Yo siento si hiero la sensibilidad de alguien (no es mi intención), pero a mi la selección me la pela, me la trae al pairo, me la suda directamente. Es así, y no es por una cuestión de antiespañolismo, ni mucho menos, de hecho esto sólo me pasa con la selección de fútbol, en las demás que gane siempre España. Me pasa por una simple cuestión de congruencia y de respeto hacia mi mismo y hacia mis principios. Me explico: no puedo estar deseándole a unos tipos la muerte durante todo el año y luego cuando se ponen la camiseta de España animarlos y celebrar cuando marcan un gol, lo siento, no puedo hacerlo, no me sale de dentro. Les tengo un asco tan grande que lo único que les deseo es lo peor que les pueda pasar. El otro día contra Holanda, cada gol al topo era un cubata más, cada cagada de Gramos, una calada al cigarro con media sonrisa de satisfacción, y cada trote cochinero del Tolosierro, una carcajada. No puedo evitarlo.
Mi desencanto con la selección no es de ahora, viene de lejos, la considero un nido de vikingos, de cerdos prepotentes, a los que acompañan los mismos periodistas que normalmente siguen a los ciervos también. La única selección a la que he animado de verdad fue la de Luis.
En cuanto a los nuestros (como "nuestros" considero a Koke, Juanfran y Torres, ni uno más), que les vaya lo mejor posible, si marcan me alegraré por ellos. Los demás, ni me van ni me vienen, exceptuando a los vikingos, que espero que la sigan cagando y que sigan sufriendo como perros.
El fútbol, y en particular el Atleti, es una cuestión de sentimientos, y mis sentimientos por el Atleti y mi antimadridismo son tan grandes y tan fuertes que no puedo cambiarlos cada cuatro años para animar a unos jugadores a los que durante el resto del año odio y maldigo. Por supuesto, respeto a quien le guste la selección y disfrute con ella, simplemente quería exponer lo que supone para mi. Un saludo.