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Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

Último artículo 07-11-2008 13:23 escrito por Bacharach. 16 respuestas.
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  • 06-11-2008 19:37

    Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Sonó el despertador y tuve la sensación de haber dormido muy poco, extraña para mí desde hace ya bastante tiempo, pues soy hombre de no más de seis horas de sueño. Extraño fue también ver a mi hija levantarse como si su cuerpo estuviera conectado al despertador por algún resorte; ella, que como joven, nunca tiene suficientes horas de sueño.

    Mientras el agua de la ducha caía con estrépito, y ni siquiera me dejaba disfrutar de ese estado de somnolencia no apremiada por la expectativa de un día de trabajo, alargué mi mano hasta la mesita donde estaba el despertador. ¡Las seis y cuarto! La muy jodida, en vez de quitarle una hora al reloj, se la había añadido.

    Así empezó el día en que fui a Anfield. Siguió con un tranquilo y bien servido desayuno inglés, en el que a fe que amorticé el caro precio que tenía. Eso sí, no llegué a amortizar el de mi hija, que se despachó con un zumito, un café y una especie de cruasán. ¡Qué derroche de diez libras!

    Al salir a la calle, allá en Speke Aerodrom, fuimos recibidos por el frío de la mañana y el gris del cielo. Cuellos arriba y manos en los bolsillos, nos encaminamos a la cercana parada del autobús, que con británica puntualidad compareció a las nueve y diez de la mañana. Atravesamos largas avenidas de suburbios residenciales de medio y alto standing, que produjeron en mí una sensación similar a la que debió sentir Catalina cuando desde su tren divisaba las aldeas de Potemkin. Hasta tuve la sensación de que la familia asiática que subió tres o cuatro paradas después era un grupo de figurantes expresamente puestos por el municipio de Liverpool para nosotros.

    Al bajarnos del autobús, la sensación de ficción se adueño aún más de mí, pues nos dimos de bruces con el Vines y el Adelphi. Me restregué los ojos con fuerza, y cuando volví a abrirlos me encontré solo. ¿Mi hija? Al cabo de quince o veinte segundos divisé su menuda figura muchos metros delante de mí. Como no podía ser de otra forma, estaba pegada a un escaparate. Se acabó la ficción. Con no poco esfuerzo, superamos la prueba de un gigantesco shopping centre, pero ya fue imposible escapar de la tentación de Church St. Un paraíso para ella, un infierno para mí. Cayeron las primeras libras. Pero algo bueno tuvo la incursión: toparnos con un puesto de la Royal British Legion. Intrigados, acudimos a él, porque vi que tenían esas florecitas de papel que, por la tele, veo en ocasiones llevar a los ingleses. Con amabilidad extrema y paciencia infinita, el comandante del puesto nos explicó su significado. Sin ser patriota ni por lo más remoto, sentí envidia, y no pude sino pensar en nuestra actual pelea simbólica entre la Doña Cuaresma de la memoria histórica y el Don Carnal de viva Franco por lo bajini.

    Con la zanahoria de visitar la tienda de los Beatles (ya había pactado la no visita al museo), conseguí tirar de mi hija hasta el Albert Dock. Bello lugar. Bien trabajada su recuperación. Agradable espacio para pasear y tomarse algo, en el que vino a mi rescate el bueno de Quesada. Dos contra una, para la Tate. Visita al galope, pero muy placentera. Varias piezas de caza mayor me sorprendieron, pues confieso que iba sin información previa. Tras las compras de rigor y encontrarnos con el joven Capo Cañonero, nos encaminamos hacia Mathew St. Allí ya nos encontramos con buena parte de la expedición de los del humo. La primera y principal, Moira. Su vitalidad contagiosa obró el milagro, y mis ojos vieron lo que nunca pensé ver: ¡a mi hija cantando y saltando en medio de una calle! Al acorde de una guitarra, creo que cantaban y bailaban algo de un tal ¿Oasis?

    La visita obligada a La Caverna, precedió a una más que satisfactoria comida en un recomendable italiano que está en lo que viene a ser la continuación de Mathew St. Con la barriguita llena y la garganta bien calentada por un buen vino y un magnífico espresso, llegó la segunda sesión de compras. Tras ella, el reencuentro con los amigos en The Grapes. Aquí sí puede encontrarse aún algo de ese ambiente que en el resto de Mathew St. ha desaparecido. Y más aún si allí ya te encuentras con el pleno de la expedición del humo. Rodeado por Chinasky, Marianux y su viuda, MLPD y etcétera, etcétera, etcétera, el gusanillo ya empezó a picarme. Pasaban de las cinco, y era como si Anfield me llamara.

    Pero el bueno de Marianux, empeñado en que hiciéramos jogging por el centro de Liverpool, nos llevó con la lengua fuera al zoco de las entradas. He de reconocerle que me permitió conocer un pub espectacular. Edificio de principios del XX, que tenía toda la pinta de ser un buen ejemplar de art nouveau a la inglesa, o sea, con elementos más eduardianos que victorianos. Había clientes locales, aunque en clara minoría frente a los colchoneros, entre los cuales destacaban las imponentes figuras de la legión germana. Lo más impresionante de todo, los urinarios, oiga usted. Mármol puro, de ese jaspeado rojizo. Daba no sé qué mear allí.

    Tras obligar a Marianux, Capo y Quesada a engullir de un trago sus pintas, al fin nos encaminamos hacia Anfield. Ya era noche cerrada y apenas si pasaba de las seis.

    Un viaje muy rápido en taxi nos llevó delante del lugar tanto tiempo soñado, para ver lo tantísimos años anhelado: mi Aleti contra el Liverpool allí. Un campo que ya por fuera no defrauda a un nostálgico con propensiones melancólicas como yo. En medio de un típico barrio inglés de clase media baja es como uno de esos mausoleos que tanto cabrean al Cobo de turno y al que los propietarios de los equipos de fútbol sólo le ven los metros cuadrados de superficie y los cúbicos de volumen a construir. Compra de bufandas conmemorativas, de maravillosos fanzines (ojo al dato, Aviación) e intento abortado de visita a The Albert (una auténtica sauna pero alimentada por calor y vapor humanos). Un museo vivo, de esos que los profesionales del arte y la cultura se empeñan vanamente en producir.

    Poco antes de las siete, entramos al estadio. Gradualmente, las gradas se fueron poblando. Enfrente de nosotros, el mítico The Kop, fue el último en llenarse. El estadio es como una caja de resonancia, que te lleva casi al trance cuando todo él, bufandas arriba, canta el You’ll Never Walk Alone. Debo confesar que lo canté. Verdaderamente emocionante.

    Tan emocionante como el partido, en el que grité y canté como hacía muchos, muchísimos años que no ocurría. Y mi hija conmigo. Por momentos, cuando reparaba en ella, se me ponía un nudo en la garganta. Si mi padre nos viera a los dos…

    Las pasamos bastante putas, hablando ya del partido. Somos como una manta pequeña. Si nos tapamos la cabeza, se nos hielan los pies; si nos queremos cubrir éstos, la cabeza al ventestate. Pero el martes, al menos, había un plan. Pobre, pero plan. Y aunque duela, porque dolor, y grande, produce ver al Kun en el banquillo, como también contemplar nuestra incapacidad para sacar un balón jugado y desplegarnos al contraataque con soltura, lo cierto es que a poco que se afine en defensa, es casi seguro que no se pierde al menos, porque con la calidad que hay arriba, alguno se acaba metiendo.

    Con el furor de ver que en el último suspiro me arrebataban el final perfecto para mi sueño, salimos del campo. Pero enseguida retornó la calma, el sosiego, y una sensación de profunda felicidad, de haberme como quitado veinte o treinta años de encima. Aún hoy me siento un poco extraño. Es como si estos días no fuera quien soy ahora. Me encuentro muy, muy a gusto, como reconciliado conmigo mismo. Y más cerca de mi hija. Sólo me faltó allí la compañía de algunos, en especial de Vafe.

    Gracias, Aleti. Gracias, fútbol.

     

     

    Saludos colchoneros
  • 06-11-2008 19:48 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Encantado de conocerle, a mi tampoco me duró mucho el enfado....

    Un saludo!!

    They will not force us
    They will stop degrading us
    They will not control us
    We will be victorious
  • 06-11-2008 20:00 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Ozemaria:
    Tras obligar a Marianux, Capo y Quesada

    Ozemaria:
    Rodeado por Chinasky, Marianux y su viuda, MLPD y etcétera, etcétera, etcétera

    Joderrrrr

    Ya me jodio tener que irme tan rapido cunado vi a Marianux y Chinasky, pero ahora al leerte y er los asistentes y los "actos" me jode todavia mas

     

    Saludos

  • 06-11-2008 20:39 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Ozemaria:
    Sólo me faltó allí la compañía de algunos, en especial de Vafe.
     

    No te preocupes que dice que en cuartos va donde sea.

    Un saludo y un placer compartir contigo la jornada.

    Diles que se vayan

    TENEMOS LA CABEZA EN EL SUELO
    D. Enrique Cerezo. Contorsionista
  • 06-11-2008 21:06 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Que peligro, medio foro en Liverpool. Me alegro que lo hayais pasado bien y tanto los que estabais en el fondo o desperdigados por Anfield gracias por representarnos con la cabeza tan alta.


    He knows so much about these things
  • 06-11-2008 21:20 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

     No se si el pub que te refieres es el The Philharmonic, pero si es ese es una autentica maravilla.

    Yo destacaria donde está situado el estadio. Parecia sacado de una peli de Ken Loach. Barrio de autentica working class. No vi coches de lujo cerca del estadio, ni gente adinerada y eso que estuve en la grada principal, cerca de The Kop y en teoria en la parte mas cara del estadio.Vamos que no es el Chelsea (a quien por cierto odian (visteis como el speaker repetia el Roma 3 - Chelsea 1), supongo que por ser la antitesis del Liverpool).

    Me impresiono ver el ambiente fuera del estadio, era como si el tiempo no hubiera pasado y estuviera entrando en un partido de hace 20 años.

    Los aledaños del estadio llenos de Fish & Chips y mucha gente en sus colas, supongo que formando parte de su tradición.

    Quiero destacar que al comenzar la segunda parte toda la grada de The Kop tributo una muy fuerte ovación al Atleti al ocupar ese lado del campo y que mostraron respeto hacia Leo especialmente.

    Lo que me extraño es que silbaban a Forlan cada vez que recibia el balón y supongo que vendrá de su epoca en el ManU.

    Estuve rodeado de gente del Liverpool, ningun problema. Muy educados, amables y me felicitaron al final del partido. Incluso cuando meti un grito enorme en el gol del Atleti.Gente maja.

    Y joder, el recibimiento a Luis Garcia fue espectacular.

    Y por último, la gente del Liverpool cree en sus jugadores y creen que cuando salen a jugar lo van a dar todo, salga bien o mal. Nunca les pitan. Creo que es lo que Pernia recibiria si jugase siempre como el martes. Da lo que tienes y entonces nadie dudará de ti ni te exigirá nada que no tengas.  Al menos eres honesto.

     Partidos como el de ayer, que en realidad no deberian ser tan importantes, nos hacen recordar como eramos e ilusionarnos como volveremos a ser. Creo la palabra orgullo es la que define lo que sentimos todos, los que estuvimos alli y los que en la distancia, sufrieron y animaron tanto o mas que nosotros.

    Forza Atleti.

  • 06-11-2008 21:52 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Ozemaria:

    Lo más impresionante de todo, los urinarios, oiga usted. Mármol puro, de ese jaspeado rojizo. Daba no sé qué mear allí

     

     

    Diles que se vayan

    TENEMOS LA CABEZA EN EL SUELO
    D. Enrique Cerezo. Contorsionista
  • 06-11-2008 21:57 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Gracias. Me han encantado vuestros relatos del viaje a Liverpool. Ahora que se menciona a Pernía, yo le he pitado en el Calderón, como muchos, desesperado por las cosas que hace, pero lo que no se le puede discutir a este hombre, es que se deja el alma en cada partido. Pienso, que quizás deberíamos parecernos un poco a esa afición en el respeto a sus jugadores y ex-jugadores.

  • 06-11-2008 23:04 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Yo también quiero daros las gracias a todos los que estuvisteis en Anfield.Hace poco, un forista preguntaba sobre lo que pasaría si un supuesto poseedor de la verdad se sincerase con nosotros y nos hiciese entender que ya no somos un club grande y que difícilmente lo volveremos a ser. Creo que la demostración de esa afición y ese día, es la mejor prueba de que eso no pasará y que solo estamos pasando una larga travesía del desierto.

    Muchas y orgullosas gracias.

    Saludos

    PD. No sé si la sección rosa del foro, o el interfecto, nos puede aclarar eso de "Marianux y su viuda" Smile

     

  • 07-11-2008 0:23 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

     No se si alguno de los que fuisteisvisitasteis el museo, pero alucinado me quede cuando vi que tenían en un sitio privilegiado un villa de Madrid que no se en que año lo conseguirian rodeado de fotos de Torres y Luis Garcia. Y justo al lado las champions. No se si seria por nuestra visita pero fue un detallazo. 


  • 07-11-2008 0:24 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

     Que envidia que me dais, madre mía!!

    Atleti: "Yo seguiré tu seguidor, yo contigo hasta morir" y más allá.
  • 07-11-2008 1:02 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

     Joder, un verdadero placer el compartir ese dia con gente como tu Ozemaria, que no tenia el gusto de concerte, asi como a otros foreros a los que no conocia, y por supuesto con gente como quesada. Como he dicho en el hilo de Chinasky, entre toda la gente con la que comparti algun momento alli, hicisteis de ese dia uno de los mas especiales en muuuucho tiempo.

    Joder del detalle de los servicios ni me acordaba, se ve que las pintas empezaban a subir...

    pd ozemaria te mande un privado.

  • 07-11-2008 1:20 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Ozemaria:
    Las pasamos bastante putas, hablando ya del partido.
     

     Qué te conocemos. ¿Recuerdas un partido dónde no las hayas pasado putas?

     Eres un gran tipo, pero eres un agonías.

     Sobre mi ausencia ese día. No me váis a echar de  vuestro lado ni pa dios.

  • 07-11-2008 1:23 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    quesada:

    Ozemaria:
    Sólo me faltó allí la compañía de algunos, en especial de Vafe.
     

    No te preocupes que dice que en cuartos va donde sea.

    Un saludo y un placer compartir contigo la jornada.

     

     Tú no acabas de creértelo, pero vamos a llegar a cuartos, y   os voy a acompañar a pesar de mi horror al avión. 

     

  • 07-11-2008 9:11 en respuesta a

    Re: Crónica de una peregrinación, más que de un viaje (aviso: ¡sabanón!)

    Joder, Quesada, eres como the webman. Mira qué encontrar una foto de los urinarios de The Philarmonic.

    Lo de "Marianux y su viuda": una licencia por mi parte, de esas que uno sólo se permite con las muy buenas personas. En el fondo, todos los sacrificados de este no lugar, de esta utopía llamada SdH, creo que han convertido a sus parejas en un poco viudas.

    Y sí, soy un agonías, Vafe, pero creo que con fundamento. O acaso es que lo del Aleti y yo es un ejemplo paradigmático de eso que alguien dio en llamar afinidades electivas.

    Para cuartos, si la UEFA lo permite, me pido Munich o Manchester. Aunque tampoco iría mal Milán o Turín.

    Saludos colchoneros
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