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COSAS DE CASA
Por Víctor Hegelman - 03 de abril de 2010
comentar
3 comentarios
Mira que me empeño en no hablar de fútbol, y mucho menos
cuando el que anda por medio es el de las rayas en la camiseta, otrora Club
Atlético de Madrid y hoy no sé qué. Pues bien, hoy reconozco que he hablado
cuando me han preguntado sobre el partido del domingo (otrora conocido como el
derbi). “Un equipo menor con objetivos menores”, he contestado.
Porque el Atlético de Madrid jugó en el otrora estadio del enemigo igual que
lo ha hecho el Almería, el Racing, el Jerez, el Málaga, el Sporting, el
Valladolid, el Villarreal, el Sevilla… es decir, igual que cualquiera de los
dieciocho equipos de la Liga
B. Todos han ido pensando en una derrota digna como objetivo
real, pensando que no ya ganar, sino sacar un triste empate entraba dentro del
terreno de lo paranormal. Así que, ¿para qué quejarnos? Un 3-2 es cumplir el
objetivo. ¿O no?
La única diferencia entre el Atleti y algunos (sólo algunos) de los equipos
citados anteriormente es que el Atleti sí tiene buenos jugadores en punta, y si
les dejas sueltos te la pueden liar (como lo hicieron). ¿Pero qué se puede
hacer si en el momento en que marcas la práctica totalidad del equipo
(entrenador incluido) está pensando en que como nos empaten nos remontan
seguro? ¿Qué se puede hacer si sabes que vas a cometer, como poco, entre tres o
cuatro errores gravísimos en defensa (como siempre) y encima esta vez contra el
Madrid en su casa? ¿Qué se puede hacer cuando sabes que eres tonto de remate y
que tampoco importa tanto que lo seas ya que es lo que el mundo espera de ti?
Pues eso, se va al Bernabéu, metes un gol y empiezas a pensar que esto es un
error, y que tarde o temprano te van a colar la del pulpo. “Es que es el
madre”, y así, como cualquier equipo no ya segundón, sino tercerón, esperas a
que te marquen uno por hacer el tonto, dos por hacer el vago y tres
directamente por hacer el gilipollas. Luego el Madrí se equivoca y te regala un
penalti, y cuando lo metes te pones tan contento porque ya has conseguido el
“resultado digno”, y de ahí al final a dormirla y a ver si en veinte minutos
podemos tirar algún tiro de lejos que rebote en alguien y se cuele. Pero eso
sí, sin pasarnos y muy al final, no sea que se cabreen y entonces nos metan
cinco y no saquemos un “resultado digno”.
Llega el pitido final y todo bien, muy digno, sólo veo salir cabreado de
verdad a De Gea, Domínguez, Tiago y parece que también el Kun. Los demás con
cara de nada. Y Forlán de cachondeo con Raúl, que no digo que se pegue con
nadie, pero hombre, haz como si te importase, coño, que es sólo un minuto hasta
el túnel de vestuarios. Pero no.
Es curioso, pero es a los medios y aficionados madridistas a los que debemos
esta injustificada condición, no ya de grande, sino de equipo importante que
todavía nos quieren otorgar. ¿A cuántos equipos más (a excepción del Barcelona)
les dedica el fondo sur una pancarta gigante en cada partido? ¿En cuántos más
foros de otros equipos entran al día miles de madridistas sin mayor motivo que
un odio cada vez más sorprendente? ¿Por qué, me pregunto, si entras en un bar
en el que televisan al Atleti y le marcan un gol los madridistas presentes lo
siguen celebrando como si fuese propio? Luego te sale el típico y mayoritario
madridista bobo (valga el epíteto constante) y te dice que no, que a ellos no
les importa el Atleti. Después te los encuentras en el bar, en el foro
“internetero” o en el estadio y ves que cada tonto se porta como lo que es.
El problema vendrá cuando los madridistas nos olviden de verdad. Hasta
entonces el Atleti seguirá siendo importante. Estúpida y ridículamente
importante.
Y ya que hablaba de Forlán, me gustaría comentar algo sobre sus
celebraciones, sus chorradas y las reacciones de la afición. ¿Os digo una cosa?
A mí me da igual. No, yo no le voy a chupar nada a este señor (es más,
respetuosamente le mando a la mierda), pero sinceramente me da igual lo que
diga, porque, de verdad, la situación invita a que se encare cuando le dé la
gana e insulte cuando le apetezca. ¿Qué pasa? ¿Le va a pitar la gente? ¿Le
dedicarán hirientes cánticos al eterno ritmo del “Guantanamera”? ¿Y qué? ¿Le
van a pagar lo mismo? Sí ¿Seguirá siendo un desagradable y un pasota con los
aficionados mientras jalean el “uruguasho, uruguasho”? También ¿Por qué? Porque
puede. ¿Y si le pitan? Nos mandará a mamarla de nuevo. ¿Por qué? Porque puede.
Hubiese estado muy bien que en estos meses en los que, presuntamente, “los
atléticos de bien” estábamos “en guerra” (no me digas) contra Giles y Cerezos,
hubiésemos podido crear una plataforma, asociación (o lo que sea) de abonados
(para que no se quejen los usurpadores de que os que protestan no son “socios
ni nada”), y que este colectivo, con entidad propia y representantes
renombrados, pudiese dirigirse a la prensa y directamente al club (o lo que
sea) y, como abonados, hacer sus demandas. Y que por ejemplo ese colectivo
hubiese exigido una disculpa pública de Diego Forlán en rueda de prensa “ad
hoc”. Y hubiese sido bonito que el club (o lo que sea) no hubiese tenido más
remedio que exigir a Forlán esa disculpa, pidiendo perdón con todas las letras
y asegurando que comportamientos así no volverán a ocurrir. Pero no, por que la
plataforma no existe ni el club tampoco, y unos tíos cabreados intercambiando
mensajes en Internet ya se ha demostrado que es como el que tiene un tío en
Alcalá, que ni tiene tío ni tiene “ná”. A nosotros quien nos representa es la
asociación de peñas, así que, las quejas por el cauce ordinario.
Eso sí, el domingo algunos dicen que el rubio se va a enterar, que le vamos
a cantar las cuarenta, que “Forlán lololó” y “Forlán lalalá”, que verás qué
risa, que se va a enterar de con quién se juega los cuartos. Pues yo se lo
diré. Con una afición que grita a veces y rara vez en la dirección correcta y,
sobre todo, que nunca hace nada más que piarlas, en el entorno de un club que
agota sus días de vida mientras nosotros gritamos a unos jugadores por torpes y
a otros por chulos. ¿Alguien cree que han desaparecido los 450 millones de
deuda o nos han devuelto el estadio por jugarLA FINAL DE COPA Y LOS CUARTOS DE LA EUROPA LEAGUE ? No,
nadie, pero ¿para qué acordarse, no?
Y así, mejor, pitamos a Forlán, le cantamos algo “de chupar”, a ver si se
cabrea, se pone nervioso y le podemos pitar más, y así, a lo mejor se pone
histérico y hasta falla un penalti y entonces le cantamos el “Forlán, vete ya”.
Qué bueno, tío. Las grandes noches del Calderón. Hay que estar allí para saber
lo que es. Y así, si convertimos su vida a orillas del Manzanares en un
infierno este verano exigirá irse y, como habrá marcado dos goles (y uno de
penalti) de aquí a final de temporada lo colocaremos por ahí a unos diez
millones cuando el año pasado daban treinta y seis. Que sepa quienes somos
aquí.
Es más, yo quitaba ya a Forlán y sacaba de inicio a Ibrahima, ese que con el
balón en los pies es capaz de derribarse a sí mismo. Porque el chaval es más
majo y más prudente…
Es lo bueno de tener una plantilla tan amplia, que si uno sale rana tenemos
un montón de alternativas. Dos por puesto y el filial, al que tanto rendimiento
sacamos.
Somos los más listos. Y un grande, no nos olvidemos.
Por Víctor Hegelman - 03 de abril de 2010
comentar
3 comentarios
Mira que me empeño en no hablar de fútbol, y mucho menos
cuando el que anda por medio es el de las rayas en la camiseta, otrora Club
Atlético de Madrid y hoy no sé qué. Pues bien, hoy reconozco que he hablado
cuando me han preguntado sobre el partido del domingo (otrora conocido como el
derbi). “Un equipo menor con objetivos menores”, he contestado.
Porque el Atlético de Madrid jugó en el otrora estadio del enemigo igual que
lo ha hecho el Almería, el Racing, el Jerez, el Málaga, el Sporting, el
Valladolid, el Villarreal, el Sevilla… es decir, igual que cualquiera de los
dieciocho equipos de la Liga
B. Todos han ido pensando en una derrota digna como objetivo
real, pensando que no ya ganar, sino sacar un triste empate entraba dentro del
terreno de lo paranormal. Así que, ¿para qué quejarnos? Un 3-2 es cumplir el
objetivo. ¿O no?
La única diferencia entre el Atleti y algunos (sólo algunos) de los equipos
citados anteriormente es que el Atleti sí tiene buenos jugadores en punta, y si
les dejas sueltos te la pueden liar (como lo hicieron). ¿Pero qué se puede
hacer si en el momento en que marcas la práctica totalidad del equipo
(entrenador incluido) está pensando en que como nos empaten nos remontan
seguro? ¿Qué se puede hacer si sabes que vas a cometer, como poco, entre tres o
cuatro errores gravísimos en defensa (como siempre) y encima esta vez contra el
Madrid en su casa? ¿Qué se puede hacer cuando sabes que eres tonto de remate y
que tampoco importa tanto que lo seas ya que es lo que el mundo espera de ti?
Pues eso, se va al Bernabéu, metes un gol y empiezas a pensar que esto es un
error, y que tarde o temprano te van a colar la del pulpo. “Es que es el
madre”, y así, como cualquier equipo no ya segundón, sino tercerón, esperas a
que te marquen uno por hacer el tonto, dos por hacer el vago y tres
directamente por hacer el gilipollas. Luego el Madrí se equivoca y te regala un
penalti, y cuando lo metes te pones tan contento porque ya has conseguido el
“resultado digno”, y de ahí al final a dormirla y a ver si en veinte minutos
podemos tirar algún tiro de lejos que rebote en alguien y se cuele. Pero eso
sí, sin pasarnos y muy al final, no sea que se cabreen y entonces nos metan
cinco y no saquemos un “resultado digno”.
Llega el pitido final y todo bien, muy digno, sólo veo salir cabreado de
verdad a De Gea, Domínguez, Tiago y parece que también el Kun. Los demás con
cara de nada. Y Forlán de cachondeo con Raúl, que no digo que se pegue con
nadie, pero hombre, haz como si te importase, coño, que es sólo un minuto hasta
el túnel de vestuarios. Pero no.
Es curioso, pero es a los medios y aficionados madridistas a los que debemos
esta injustificada condición, no ya de grande, sino de equipo importante que
todavía nos quieren otorgar. ¿A cuántos equipos más (a excepción del Barcelona)
les dedica el fondo sur una pancarta gigante en cada partido? ¿En cuántos más
foros de otros equipos entran al día miles de madridistas sin mayor motivo que
un odio cada vez más sorprendente? ¿Por qué, me pregunto, si entras en un bar
en el que televisan al Atleti y le marcan un gol los madridistas presentes lo
siguen celebrando como si fuese propio? Luego te sale el típico y mayoritario
madridista bobo (valga el epíteto constante) y te dice que no, que a ellos no
les importa el Atleti. Después te los encuentras en el bar, en el foro
“internetero” o en el estadio y ves que cada tonto se porta como lo que es.
El problema vendrá cuando los madridistas nos olviden de verdad. Hasta
entonces el Atleti seguirá siendo importante. Estúpida y ridículamente
importante.
Y ya que hablaba de Forlán, me gustaría comentar algo sobre sus
celebraciones, sus chorradas y las reacciones de la afición. ¿Os digo una cosa?
A mí me da igual. No, yo no le voy a chupar nada a este señor (es más,
respetuosamente le mando a la mierda), pero sinceramente me da igual lo que
diga, porque, de verdad, la situación invita a que se encare cuando le dé la
gana e insulte cuando le apetezca. ¿Qué pasa? ¿Le va a pitar la gente? ¿Le
dedicarán hirientes cánticos al eterno ritmo del “Guantanamera”? ¿Y qué? ¿Le
van a pagar lo mismo? Sí ¿Seguirá siendo un desagradable y un pasota con los
aficionados mientras jalean el “uruguasho, uruguasho”? También ¿Por qué? Porque
puede. ¿Y si le pitan? Nos mandará a mamarla de nuevo. ¿Por qué? Porque puede.
Hubiese estado muy bien que en estos meses en los que, presuntamente, “los
atléticos de bien” estábamos “en guerra” (no me digas) contra Giles y Cerezos,
hubiésemos podido crear una plataforma, asociación (o lo que sea) de abonados
(para que no se quejen los usurpadores de que os que protestan no son “socios
ni nada”), y que este colectivo, con entidad propia y representantes
renombrados, pudiese dirigirse a la prensa y directamente al club (o lo que
sea) y, como abonados, hacer sus demandas. Y que por ejemplo ese colectivo
hubiese exigido una disculpa pública de Diego Forlán en rueda de prensa “ad
hoc”. Y hubiese sido bonito que el club (o lo que sea) no hubiese tenido más
remedio que exigir a Forlán esa disculpa, pidiendo perdón con todas las letras
y asegurando que comportamientos así no volverán a ocurrir. Pero no, por que la
plataforma no existe ni el club tampoco, y unos tíos cabreados intercambiando
mensajes en Internet ya se ha demostrado que es como el que tiene un tío en
Alcalá, que ni tiene tío ni tiene “ná”. A nosotros quien nos representa es la
asociación de peñas, así que, las quejas por el cauce ordinario.
Eso sí, el domingo algunos dicen que el rubio se va a enterar, que le vamos
a cantar las cuarenta, que “Forlán lololó” y “Forlán lalalá”, que verás qué
risa, que se va a enterar de con quién se juega los cuartos. Pues yo se lo
diré. Con una afición que grita a veces y rara vez en la dirección correcta y,
sobre todo, que nunca hace nada más que piarlas, en el entorno de un club que
agota sus días de vida mientras nosotros gritamos a unos jugadores por torpes y
a otros por chulos. ¿Alguien cree que han desaparecido los 450 millones de
deuda o nos han devuelto el estadio por jugarLA FINAL DE COPA Y LOS CUARTOS DE LA EUROPA LEAGUE ? No,
nadie, pero ¿para qué acordarse, no?
Y así, mejor, pitamos a Forlán, le cantamos algo “de chupar”, a ver si se
cabrea, se pone nervioso y le podemos pitar más, y así, a lo mejor se pone
histérico y hasta falla un penalti y entonces le cantamos el “Forlán, vete ya”.
Qué bueno, tío. Las grandes noches del Calderón. Hay que estar allí para saber
lo que es. Y así, si convertimos su vida a orillas del Manzanares en un
infierno este verano exigirá irse y, como habrá marcado dos goles (y uno de
penalti) de aquí a final de temporada lo colocaremos por ahí a unos diez
millones cuando el año pasado daban treinta y seis. Que sepa quienes somos
aquí.
Es más, yo quitaba ya a Forlán y sacaba de inicio a Ibrahima, ese que con el
balón en los pies es capaz de derribarse a sí mismo. Porque el chaval es más
majo y más prudente…
Es lo bueno de tener una plantilla tan amplia, que si uno sale rana tenemos
un montón de alternativas. Dos por puesto y el filial, al que tanto rendimiento
sacamos.
Somos los más listos. Y un grande, no nos olvidemos.
Fernando Torres. En su despedida.“Cuando lleguen los malos momentos, cuando desde fuera quieran dividirnos y decir que las cosas van mal, en esos momentos que seguro que llegarán, me gustaría que recordarais el orgullo que sentís ahora. Todos somos uno. Eso es ser del Atleti”.