Cuando he oído alguna declaración de Abel, antes del partido, de que el equipo iba a salir a por todas, que él había ganado en Chamartín como jugador y como entrenador, etc., me sonaba a script de serie B. Pero lo cierto es que ha sido así, y por primera vez en muchísimos años (con la excepción del primer año de Aguirre) he visto a un Aleti a la altura que debe esperarse de él en este tipo de choques. Mi primer aplauso para Abel, pues.
Alinear a Camacho, ha sido una decisión de órdago a la grande, pues si le hubiera salido un mal partido al chaval, le habrían caído palos por todos lados, y ya estaríamos oyendo que por qué no ha jugado el infame de los mofletes. Mi segundo aplauso para Abel, por tanto.
El tercero, también para él: ordenar al equipo, convencer a los jugadores de que hay que asociarse y jugar más juntos, y sobre todo sacar de algunos de ellos el nivel de sacrificio que ha sacado en estos dos partidos, representa todo un logro, a la vista de cómo venían haciéndolo bajo la ¿batuta? del manito. Jugando así, ¿a que no parecen malos o regulares los buenos ni malísimos los regulares o malos? El equipo tiene evidentes limitaciones, pero llevábamos una deriva que las habían convertido en incapacidades absolutas y habían achatarrado sus innegables virtudes.
Mi aplauso, igualmente, para Agüero, Forlán y Simao. Su sacrificio, viendo lo que habíamos visto de ellos últimamente, sobre todo del primero y del último, me ilusiona, por una vez. Aunque me queda la duda a la que ha hecho alusión Striker: ¿podrán aguantar mucho tiempo este ritmo? Porque detrás de ellos no hay un mísero relevo decente.
Sobre los fallos de cara al gol, cuestión de mala fortuna, quiero creer. Y digo esto porque he atisbado en el Kun lo que todos veíamos en Torres: 'casillitis'. El mano a mano del primer tiempo es lo que me lleva a dar esta opinión: nunca he visto al Kun despachar así, a la buena de Dios, una ocasión tal.
Del arbitraje, qué decir. Lo esperado. Vamos, que ninguna sorpresa. Que todo lo mínimamente dudoso iba a resolverlo en blanco, ¿quién lo dudaba? En el penalty al Kun, por cierto, creo que el chaval ha picado de ingenuo: o te tiras (lo que muy probablemente tampoco de nada habría servido) o sigues, pero no te quedes así como se ha quedado, porque eso no te lo pita nadie. No obstante, la entrada del Carnicero de Vigo ha sido superior a mí: ha sido capaz de sacarme de mis casillas y montar en el bar un espectáculo del que luego me he avergonzado. ¿Cómo se puede dejar en el campo a un tío después de hacer semejante entrada? Para mí, la jugada donde más nítidamente se le ha visto el plumero a ese incompetente, acojonado y leal vasallo con cara de saltamontes.