Si este equipo, con todas sus grandes limitaciones, hubiera jugado con voluntad y concentración regularmente, habríamos sido terceros sin mayores problemas. Dios, que dos chicharros han marcado ese par de fieras.
Sobre la otra fiera, el que lleva el apodo de tal, Striker, no me vale con que el último día dé el do de pecho. Su temporada ha sido lamentable -aún lo veo deambular por San Mamés, mientras sus compañeros achicaban balones e intentaban tapar su banda como podían, sin ir más lejos-. Por no hablar de sus numeritos con las sustituciones. Si recuperase la forma y la voluntad, no me sobraría en la plantilla, ni mucho menos. Pero si yo tuviera que decidir, por el imperativo de hacer caja, de quien me desprendería, lo tengo muy claro.