Acaba una temporada más, una temporada en que el Atleti no ha jugado al nivel que le debería ser propio y en la que, como consuelo menor, parece que el equipo volverá a las competiciones europeas después de siete años sin salir de nuestras fronteras en partido oficial. A falta de dos jornadas en las que veremos si la clasificación a la UEFA se confirma o no, cada uno puede hacer su balance de la temporada.
Como parece ya habitual, y sin duda lo es para los aficionados colchoneros más jóvenes, el Atleti ha hecho este año un fútbol de pocos quilates, en el que ante la lesión de Maxi, casi lo único salvable es, una vez más, el juego y el compromiso de nuestro capitán. Y es que Fernando Torres se ha convertido en lo único que merece la pena ver sobre el verde del Manzanares, y lo que nos inquieta cada verano, y este nos tememos no será una excepción, con los rumores interesados sobre su siempre hipotética marcha al fútbol inglés o italiano que ojalá nunca se produzca.
Curioso lo que nos pasa a los seguidores colchoneros cada verano, una estación que se ha convertido en una época en que los atléticos vemos como los rumores se multiplican, casi todos sobre posibles fichajes de nuestro equipo que nunca o casi nunca fructifican si de figuras se trata, y excepcionalmente se substancian, generalmente cuando el jugador no es de los que ilusiona especialmente. No en vano alguien bautizó esta estación como aquella en que los atléticos siempre vamos líderes. Es un periodo anual en que siempre estamos creciendo y en que nos venden que este año sí se han hecho las cosas bien y que tenemos equipo. Ilusiones que suelen durar más o menos jornadas según nos vaya luego el principio de temporada, pero que suelen estar finiquitadas antes de que los magos de oriente nos regalen el fichajillo habitual en el mercado de invierno.
Así que desde esta redacción esperamos que el verano ni te queme ni te intoxique, que a la vuelta podamos disfrutar de un mejor Atleti, en lo que respecta al campo y en lo que respecta a los despachos y que lo podamos disfrutar en nuestra casa: el Vicente Calderón.