Mis disculpas si alguno entiende que este mensaje debería ir en el del partido contra el Valencia, pero me ha parecido que podía tener hueco propio y creo que contarlo me ayudará a liberarme de alguno de los nervios que me atenazan a una hora del partido.
He tenido que hacer algún desplazamiento en coche en esta feliz y esplendorosa mañana madrileña (a pesar de la lluvia) y no me he podido resistir a sintonizar en la radio los programas deportivos. Debo ser un poco morboso, pero me produce placer oírles lamer sus heridas. En fin, que os voy a contar...
El caso es que en Radio Marca y en una entrevista que he cogido empezada a Javier Irureta me he llevado la decepción de la mañana. Hablaba sobre la semifinal del Bilbao y comentándola en plan seguidor de ese equipo, cosa entendible como vasco y como jugador que fue del Athletic durante cinco años y dos más en los que fue su director técnico. Lo que ya es menos comprensible es que, sin mencionarnos a nosotros, haya deseado que fuera el Bilbao el ganador final del título, aunque evidentemente está en su derecho de tener sus preferencias. Lo que ya no entiendo, es más, me ha sentado como un tiro, es que cuando le han hablado sobre la otra semifinal se ha limitado a comentar sobre las posibilidades de Atleti y Valencia sin el más mínimo asomo de querencia o de detalle preferente sobre esos colores rojiblancos madrileños que lució durante ocho años, -los más brillantes de la historia rojiblanca-, y en los que ganó todos los trofeos que ha ganado en su carrera como jugador. En fin, que con su pan se lo coma y un ejemplo más, como comentábamos en otros post, de lo ingrato y poco acertado que es hablar sobre los ex.
El alegrón me lo he llevado horas después en una entrevista a Miguel Ángel Ruiz quien en Onda Madrid y ante la pregunta del periodista de si tenía dudas sobre sus preferencias (fue hace poco director técnico del Valencia) en la semifinal de hoy, ha contestado, yo diría que de forma enérgica, categórica e incluso enfadado, que ninguna. Que fue doce años jugador del Atleti, siete años más director técnico y toda una vida de aficionado rojiblanco, que con todo el respeto para el rival, su filiación no ofrecía dudas. Sé que aquí le hemos criticado en varias ocasiones y que no es santo de la devoción de muchos en este foro, pero a mí, su respetuosa indignación me ha servido de contrapunto a la decepción del olvidadizo Irureta.
Saludos