Esto da un tufo a Segunda, que tira para atrás. Malos, malos, malos, y por si ello fuera poco, los arbitrajes -lo de este tipejo de hoy es para que le impidan arbitrar más en Primera.
Pero hay que ir más allá de la indignación natural con este final. La defensa, una rifa -incluido el inefable palentino, que parece un anuncio andante del tradicional producto de su tierra. El centro del campo, una tómbola. El posicionamiento y los movimientos, lamentables. Y de la actitud qué decir: ¿éstos son los que iban a ir a muerte? Yo creo que lo que van es a la muerte, y no súbita, sino cocidita al fuego lento de su incompetencia y su acojono.
Ni defendemos ni atacamos. Somos una nave a la deriva. Siempre a merced del rival, sea quien sea éste. Da igual con pelota que sin pelota, ni un sólo movimiento con sentido, ni un mísero apoyo para salir o para tapar. Flores está teniendo el éxito que cabía esperar: ninguno.
Yo, si fuese Agüero, el único con fútbol y vergüenza de este lastimoso equipo, exigía irme ya en enero. Y que se dediquen a negociar la ampliación de contrato de Perea, Pablo, López, Reyes y Asenjo, amén de traer algún forrito más, que es lo que corrresponde a este fantasmagórico equipo.