El Atlético de Madrid presentó ayer su vino, en lo que bien podría ser una invitación a sus aficionados para que cojan la botella en estas entrañables fechas y se den a la bebida para olvidar los disgustos que le da su club asiduamente. Obviamente, la intención de la entidad es la de abrir un nuevo mercado para generar ingresos que, en estos tiempos de crisis, serán recibidos por todo lo alto en la tesorería colchonera. El club mira por lo suyo, pero es inevitable que los aficionados, cuando menos se sonrían cuando, con la que está cayendo, se abra el Calderón para presentar su marca de vinos. Uno de estos seguidores comenta que, el próximo producto estrella que lanzará el Atlético serán unos pañuelos personalizados con el escudo colchonero para poder acudir con ellos al estadio, ya sea para protestar o para secarse las lágrimas. No sería mala idea. Puestos a hacer negocio...
Lo que está claro es que el equipo no acaba de funcionar, esté quien esté en el banquillo y en el terreno de juego, y que la directiva está cada vez más en el centro del huracán por sus continuas meteduras de pata. Hay pocas cosas que pueda ilusionar en estos momentos a los aficionados rojiblancos, hastiados ya de aguantar y de recibir promesas que nunca conducen a algo decente. Se van a cumplir 14 años sin títulos. Ni siquiera se ha llegado a pelear por ellos, salvo las dos finales de Copa del Rey de finales del siglo pasado. Es mejor alzar una copa de vino para celebrar éxitos pero a día de hoy, sólo sirve para que las penas sean más llevaderas
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