El señor de brunete, le hace un daño al Atleti, incalculable.
Su nostágica historia de ferviente atlético, su reiterada manifestación de sufridor destinado, su discurso de inteligente y simpático perdedor, ya aburre.
Podía cambiar el chip y pasar a ser un luchador de una causa digna y un denunciante de las injusticias. Pero solo es un rehén de sus errores y lucros. Le debe mucho a algunos programas con Gil y Gil, y dicen que a algunas relaciones comerciales poco claras. Por eso calla y se muerde la lengua. Es un estómago agradecido. Va camino del descrédito, la conmiseración y la segunda fila.
Un saludo
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.