Hoy por hoy, solamente unos pocos entrenadores serían capaces de sacar al equipo del pozo (entendiéndose por sacar del pozo salvar la categoría sin apuros y poco más). Vease un Luis Aragonés, un Jabo Irureta, un Antic y alguno que otro (me atrevería a decir que hasta Javier Clemente). Esa clase de entrenadores que, tal y como comenta Marianux, aun sin mimbres son capaces de medio confeccionar una cesta. De lo que no me cabe la menor duda es que el Lerele de Flores no es uno de ellos.
Flores pertenece a ese grupo de entrenadores erróneamente considerados como del núcleo duro. Marcos Alonso, Camacho, Flores..., son todos iguales. Entran en los equipos como el villano en el saloon del oeste. Ya en las primeras ruedas de prensa, al más puro estilo "cuidadito que vengo", sueltan miradas desafiantes como si fueran a sacar el revólver, pero luego se cagan patas abajo en cuanto pisan el cesped. Son duros y dictadores con los débiles y pelotas y condescendientes con los poderosos, especialmente con los directivos que les han traído, con las estrellas indolentes y con los periolistos. Mal asunto cuando un entrenador utiliza las ruedas de prensa para mandar mensajitos y abroncar a la plantilla. Normalmente, el que tiene controlado el vestuario no necesita recurrir a esa clase de tácticas. Actúa sin necesidad de dar explicaciones. Ahora bien, de cara a la galería queda de cine. Hoy, igual los niños de las divisiones infantiles bajan la mirada cuando vean pasar por ahí al Lerele, los caballos de la policía relinchan y la aborregada masa social piensa que, esto junto con un negro que corra mucho, es justo lo que necesita el equipo, pero a la plantilla que es lo que importa, me da que no le afecta lo más mínimo.
Estoy de acuerdo con Chinasky cuando comenta que el debate no debería ser "Flores vete ya", sino que debería haber sido "Flores no vengas".
En definitiva, que esto tiene muy mala pinta y muy difícil arreglo. La única conclusión que saco después del partido del otro día es que de aquí a mayo las vamos a pasar moradas. Ya veremos como acaba todo.