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En apenas un mes, Tiago Cardoso (Viana do Castelo, Portugal;
28 años) se ha convertido en la última esperanza del Atlético. Su imagen
tímida y, en apariencia, frágil no se corresponde con la realidad. Esta
noche tendrá la ocasión de demostrar si su creatividad está a la altura
del equipo fantasista por excelencia, el Barcelona de Pep
Guardiola (21.00, Canal +).
"Me gustaría ser más rápido de piernas, pero, de elegir, es mejor
serlo de cabeza"
Pregunta. En las duras y las maduras, Quique Flores le pone de
ejemplo para los demás.
Respuesta. Dijo que hay jugadores
que indican cuál es el camino a seguir... Es todo un halago, pero me
siento un poco raro, mal, porque el equipo lo forman 25. Y no soy
perfecto. Me gustaría ser más rápido de piernas, aunque en el fútbol, si
tienes que elegir, mejor ser rápido de cabeza. Si tienes mucha
velocidad, pero te falta cerebro... Por esa regla, sólo pensando en las
piernas, los velocistas serían futbolistas, veríamos Obikwelus
por todos lados.
P. Ahora es un modelo a seguir y en la
Juventus apenas contaban con usted. ¿Se siente liberado?
R.
El catenaccio no tiene nada que ver con España o con la Premier.
La verdad, espero no volver a Turín. Me gustaría quedarme acá. Sé que
no debería decirlo porque tengo dos años más de contrato, pero es lo que
siento.Y eso que Ferrara era más abierto y pedía otras cosas. ¡Con
Ranieri era peor! La Juve es un equipo grande, pero jugaba muy
rácano. Así que imagínese el planteamiento del Catania... Allí el
resultado está por encima de todo. Esa realidad se me hizo muy difícil.
Venía del Lyon, de practicar mi mejor fútbol, y de repente me faltaba la
alegría para jugar. En cierto modo, me sentía como un extraterrestre.
En los dos años y medio que estuve allí no sabía lo que querían de mí,
si mi compañero me iba a dar el balón o tirar un pelotazo...
P.
Para evitar eso le quieren en el Atlético, sin un creador de garantías
desde hace años.
R. Una lástima porque han pasado Motta,
Maniche... Puedo dar mucho a este equipo, y no sólo en la cancha.
También, confianza. En los últimos partidos tenemos más el balón. Un
equipo grande, si no quiere manchar su reputación, debe apoderarse de la
pelota, moverla sin complejos. No es un elemento extraño. Es lo que nos
da sentido, principio y fin de este juego.
P. ¿Cuál es el
principal problema que ha detectado?
R. Debemos evitar
rompernos por la mitad. Para eso debemos juntar un poquito más las
líneas, comportarnos como un acordeón: cuando ataquemos, la defensa debe
arrimarse más al mediocampo, y lo mismo al revés. Son cosas evidentes.
El fútbol es muy sencillo y hermoso. Hay que hacer el campo más cortito
para actuar de verdad como un bloque. Por ejemplo, Quique me pide que
baje para recoger el balón.
P. Y más con el
Atlético por medio.
R. Los males del equipo son por una
cuestión de cabeza. Contra el Málaga hicimos un partido que daba pena
estar dentro del campo. Hay que ser constantes, salir siempre intensos,
porque tenemos un gran equipo. De verdad, no son palabras vacías. Creo
que lo vamos a hacer, que vamos a empezar mejor y a irnos arriba en la
Liga. Porque la Copa, si no la ganamos... No importa nada llegar a una
final, al menos para mí. Hay que tener hambre. Siempre. Fue una de las
cosas que aprendí con Mourinho.
P. ¿Qué más le enseñó?
R.
Es un estudioso. Está pendiente del menor de los detalles. No deja nada
al azar. Si te tocaba enfrentarte al Sunderland, del que no tenías ni
idea, te facilitaba unas hojas para decirte cómo jugaba. Te las mirabas y
en dos minutos te habías hecho una idea. Encima, es muy pasional:
estuvo una semana sin hablarme cuando le dije que me iba del Chelsea.
Vive su profesión como pocos. Me impresionó. Como Iniesta, Xavi...
P.
Le queda nada para tenerles delante.
R. Xavi se mereció
que le eligieran el mejor jugador de la Eurocopa. Fue un premio para
todos los centrocampistas. Lo normal es que se dé siempre a un atacante,
a alguien que marque goles. Xavi demostró que un centrocampista es una
figura fundamental. Fue bueno que se le diera ese valor.