Bacharach: No sé, si a mí alguien me dice Luis Felipe, pues vale, lesión grave pero buen lateral, joven, un futbolista que mejora lo que hay. Si alguien me dice Luisao, pues genial, un central sólido, experto y con un juego aereo espectacular, que falta nos hace. Pero si me dices Pedro León, Azpilicueta o Vicentín, pues qué quieres que te diga, virgencita que me quede como estoy.
Completamente de acuerdo. Aquí se juega constantemente al "y si resulta que se sale", y cuando digo aquí, me refiero evidentemente a la dirección deportiva e incluyo a este foro. Nos cagamos en Pitarch, y en sus antecesores, porque traen auténticos desechos de tienta o jugadores que no conoce ni su padre para "a ver si se recuperan" en el primer caso o "a ver si van a ser unos fenómenos", pero luego en el foro citamos y queremos jugadores que no son nadie "a ver si...".
Pero incluso lo hacemos con los que ya tenemos en casa: Ése es el caso del "si no"... "Si no traen a nadie, Valera puede valer". "Si no traen a nadie con Perea y Juanito nos podemos apañar". Pues no señor, traigan o no traigan a nadie, esos ¿futbolistas? no sirven para hacer un equipo serio y sí para tener la patochada de equipo que siempre tenemos. Pero además este año como ha sonado la flauta pues encima con más excusa, según parece, porque pensamos que va a sonar siempre (ése es el famoso síndrome Pantic que consiste en traigo a un tipo que no conocen ni en su casa porque resulta que Pantic salió bueno. Pues no nos hemos comido Richard, Patos. Grauchos, Tenistas y Pollos por el sídrome Pantic).
No señores, hay que exigir y no vale el "si no", o el "y si resulta que..." ni el "sídrome Pantic". Hay que exigir y tras el título más. No debe servir de excusa sino de acicate. Pero me temo que somos los primeros en el "y si" y el "si no". Solamente con que alguien piense que Perea, Valera, Juanito, tres chavales de la cantera en defensa y otros tres en ataque se puede aspirar a algo sin que suene la flauta (que ya ha sonado), vamos listos.
Claro que quiero que salgan chavales de la cantera, pero rodeados de jugadores de verdad que les ayuden, no de esperpentos humanos vestidos de futbolistas que limiten y corten su progresión, sin tener que dejarles a ellos toda la responsabilidad porque el resto son unos inútiles.