Yo no catalogaría lo que sucede en el Calderón desde hace dos meses como surrealismo. A mí me parece más bien eso que antaño se llamaba 'cine cómico'. Un ir y venir a toda velocidad, sin sentido, atropellado, lleno de gags, unos mejores y otros peores, y con un guión digno de Producciones La Guinda. Es lo que tiene el no tener centro del campo, tanto para crear como para destruir; incapaz de acelerar cuando toca, y de ralentizar cuando corresponde. Y aunque ayer se mantuvo la puerta cero, la zaga no le va a la zaga al centro del campo.
Después de dos partidos fuera en que parecía corregirse el rumbo, en cuanto nos hemos enfrentado a un equipo aseado, con orden y criterio, simplemente, vuelta a las andadas. Menos mal que el rival tenía poca pólvora y mojada, así como que ese portero, esperpéntico jugando con el pie, ha estado providencial bajo los palos y bien en las salidas por alto.
A ver el domingo sin Agüero, que es el 90% del gran caudal ofensivo de este equipo.