Don Juan Carlos Arteche Gómez, nacería en el 57 para algunos. Para otros, dió a luz allá por finales de los '70, en un paritorio llamado Telefunken y salpicao de un halo de rayos catódicos, como testigos de la cesárea. ¿O fué en un álbum...?. Disculpa, Capitán, que tenga tan mala memoria. Ya lo comprobaste allá por el 89, cuando cambiamos tu cromo que venía con nuestra niñez de serie, por otro más flamante, más nuevo y bastante más ancho. Llegaba sin Rayas, sin mostacho de central contundente, ni Escudo en el pecho-lobo; pero te cambiamos. El oro y el moro, ya sabes. Y esa extraña manía de confiarnos en brujas lolas, picos de oro y demás fauna acechante, a la que solemos entregarnos con fruición para que todo vaya sobre ruedas sin menearnos del sofá. En 107 años de existencia, habremos tenido como cienes de ángeles de la guarda y ninguno valió hasta que llegó el arcángel de Osma. Y su coro, claro. Que ya sabemos que no hay deidad que se precie sin una buena caterva de pífanos, timbales, flautas y flautines alrededor. Y que suenen de pelotas, vaya. Tan fuerte y alto, que los silbidos apenas supongan el run-run de una mosca cojonera. Para los incrédulos, pueden tomar nota del sistema contra el vulgo-rebotao a través de la megafonía del otrora cercano 5 estrellas Vicente Calderón. La censura, es algo que se pegó a la piel del ser humano desde tiempos de Eva, lo reconozcamos o no. Lo que sucede, es que ahora la llamamos "democracia" porque ya no se ejerce con garrote vil ni nudo corredizo sobre una rama más bien bajita... ¡A tí te van a hablar de libertá, Algarrobo, que en tu clon de sobremesa televisiva aplastabas invasores franceses por aquellas sierras morenas de Dios...!. En tanto tu otro doble, aplastaba voluntades herejes por ese Campo pagao por los socios a los que les birlaron primero el continente, y luego pretenden rematar soplándoles el contenido. Estaría cojonudo que te hablaran de libertá. Un tipo que te quitó el voto en plena "democracia". O los hijos. O los hijos de los hijos. O los cooperadores... Ayer, antes de que con botas de tacos y todo tú enfilaras al Tercero y un servidor a los Paules, oí una noticia a este respecto sucesorio. Macabra, como sufijo. Decía que en Corea del Norte, se castigaba hasta la tercera generación nacida de un delincuente. Para exterminar la "semilla". Y aunque quede como una patada en mitá del culo, y menos demócrata que las juntas de accionistas del Atleti, me perdone el dios que ande por ahí al descontrol de todo esto, que por un momento llegué a pensar: "solo se salvarían los nietos de magil...". Ya lo ves, Grande; unos mendigando casi que perdón por los pensamientos, mientras otros no solo no lo pideron ni piden, sino que se ponen farrucos; no por los pensamientos, si no por los hechos consumaos y refrendaos. A ver cómo le explicamos esto a un juez, que fácilmente ni será del Atleti, pa más inri... Intentémoslo entonces con un periodista... ¿Con un político, quizás...?
Pero solo algunos viven eternamente dentro de un cromo. Incluso de su busto, recortao en imperfecto círculo pa rellenar el vano de una chapa. Yo tuve el don de verte salir. Y aparecer sobre un tapiz verde esperanza, envuelto en un penetrante olor a faria. Circundado por miles de voces que te llamaban por un apellido alemán. Cabroncetes que cantan, Señor Cantabrón. Como a escuadra y cantabrón ponía tu carácter, metido en un disfraz de descomunal planta, a los delanteros forasteros que venían a desenfundar en tu misma Casa. En la de los tuyos. Já. Antes muerto que sin gatillo.
Cuentan que viniste muy justito de las Cantabrias, y que aquí te hiciste más sabio. A la verita del Zambo, que debe de ser como caer de aprendiz del Greco pa desarrollarse en la pintura. Hombre, seamos un poco francos y mucho más españoles porque Francia no tiene Atletis: al aficionao se le puede "cazar" más por el coraje que por las bielas de uno. Y si uno las pelotas bien plantás las lleva de serie, y se curra en sus apartaos la técnica y la colocación, pues apártese el bigote y cierre los ojos que allá voy con uno de tornillo. Sin mariconás, faltaría más.
Cuentan algunas lenguas que existe un utrerano que tiene los mismos títulos que tú. O Usted, si nos están oyendo los cachorros del Atleti. ¡Hatajo de contables!. Seres que pondrían un contador en tu alma, pa saber el grado de atleticismo que la invade. Pero si quieren cuentas, allá van: en los 11 años que Arteche defendió abajo la Rojiblanca, se hubieran jugao 7 champions y 2 uefas, y en 4 ocasiones habríamos visto pelear la Liga hasta mayo, quedando a 7, 6, 4 y 3 puntos del campeón de turno. Sin hablar del Balonmano, claro, y ese Magariños en la década de los '80. Porque por entonces, éramos un Club y podíamos desarrollarnos en otras actividades deportivas paralelas, en alguna de las cuales podíamos decir que éramos los reyes del mambo. ¡Ah! también se hacían partidos homenaje a personajes carismáticos del Atleti. Y se ponían insignias de oro y brillantes, aunque fuera en los hospitales a un convaleciente de menisco por marcar el postrero gol de la remontada... Ahora, también sale alguna. De palabra. Como la votación del traslado, el monumento al hincha, el Manzanares-casino, la ciudá deportiva autocad 2030 o la estación de metro "Vicente Calderón". Tan de palabra, que tres Rojiblancos de pro vencedores en la pasada Eurocopa aguardan ya desde hace dos años en el "corredor de la insignia".
Bueno, Artechenbauer, me hecho un hasta luego. A lo más tardar, a poder ser; ya sabes que por aquí andamos jodíos y nos quejamos más que un controlador aéreo, pero ni cristo quiere dejar esta expansión del Tigris y el Eufrates. El sábado, le haremos un guiño con voz al Tercero. Parecerá como si estuviera de corto otra vez, allí abajo. Aunque en esta ocasión, creo que lo veré peor. Ya sabe, las lágrimas, aunque sean puras, no poseen el don de la transparencia total. Y no le tenga mucho en cuenta a San Pedro eso de recibirle de blanco. Es el uniforme oficial de allá arriba, por lo oído. Tampoco tenemos los pelos de la burra en la mano de que fuera él el que apedreó el bule aquella tarde por los Melancólicos. Le hubieramos jipiao desde la Bodeguilla... ¿Que no, Capitán?
Me despido ya. Y desde aquí, un puñao muy amplio de gentes del Atleti, queremos decirle a su mujer e hijas, en este momento de tamaño dolor, que para nosotros, Arteche NUNCA MORIRÁ. Porque un atlético como él, es eterno. Y la memoria, y que los hijos de nuestros hijos cuenten lo que fué y significó, le mantendrá vivo por siempre en el recuerdo de las damas y caballeros, niños y niñas, abuelas y abuelos del Atleti.
Nos podrán quitar el Club. Jamás la memoria.