Por cierto, el último párrafo del texto del link que facilito no tiene desperdicio:
Hace cinco años que Imperioso no monta a una yegua. «Aunque, increíblemente, se pone todavía cuando las ve», dice con sorna su cuidador. Durante su época más fértil lo hacía con 40 o 50 al año «de las más selectas», presumía su amo, y, hoy, sus retoños todavía son muy cotizados en Internet con la denominación de origen de «hijo de Imperioso». Jesús Gil siempre dijo que lo iba a embalsamar cuando muriese. Por desgracia, él se fue antes que su caballo. Cuando le preguntamos a su hijo si lo va a hacer, éste tuerce el gesto, sonríe con sorna, y asegura que no lo sabe.«Si acaso sólo la cabeza...».
Que no, Sr. Periodista, que es así de nacimiento...
Saludos en rojo y blanco.