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Sergio Agüero recogió anoche en Zúrich de manos de Stephane Chapuisat el premio al mejor joven de 2007 y mejor jugador del pasado Mundial Sub-20. El rojiblanco lo hizo sin descuidar ni un momento su concentración ni preparación de cara al próximo e importantísimo partido frente al Panathinaikos. Porque los buenos hábitos alargan carreras, y más aún cuando se divisan tan exitosas como la del joven delantero. Agüero, radiante, recogió elogios de varias leyendas del fútbol y se trajo para casa un premio más.
Fue un día largo que comenzó a las 11 con el entrenamiento. Ni Agüero ni el Atlético querían que la consecución del galardón significará perderse la sesión de trabajo de hoy y entonces ese gigante del fútbol llamado FIFA demostró que era imprescindible la presencia del rojiblanco en Zúrich. Puso a disposición del futbolista un jet privado y nada más concluir el entrenamiento, Agüero salió raudo en dirección a casa para engalanarse debidamente y tomar el avión con destino a Suiza. No sin un pequeño pesar. Pese a la felicidad personal del momento, el Kun se lamentó por no poder acompañar por la tarde a sus compañeros en el funeral por la hermana de Antonio López, fallecida el sábado. A primera hora de la tarde aterrizó en el país helvético y se desplazó hasta la Ópera de Zúrich donde todo estaba dispuesto para la Gala Anual de la FIFA.
Caras conocidas.
Nada más entrar en el fastuoso escenario preparado, el Kun pudo saludar a su amigo Messi y le deseó la mejor de las suertes de cara al principal galardón. El del Barcelona optaba a Mejor Jugador Mundial de la FIFA en 2007, título que al final recayó en el brasileño Kaká. Agüero estuvo acompañado por Emilio Gutiérrez, director de comunicación del Atlético y un directivo de IMG, empresa que le representa. A las 20:20, Agüero fue anunciado y subió al estrado. Ante el clamor general recibió el diploma de Chapuisat, fue una pequeña cumbre entre goleadores.
Cumplido el compromiso, Agüero se desplazó de nuevo al aeropuerto, ni siquiera pudo acudir a la cena que después se celebraba. Hoy hay entrenamiento a primera hora. Antes de subir al jet, el rojiblanco atendió telefónicamente a este periódico. "Estoy muy contento por recibir este premio. Ha sido muy emocionante conocer la FIFA, estar al lado de futbolistas consagrados como Kaká, Messi y Cristiano Ronaldo, es una experiencia muy enriquecedora", aseguró un emocionado Kun. Entre tanta felicidad no quiso olvidarse de sus compañeros, "les dedico a ellos, a mi familia y al Atlético este premio porque han sido tan importantes como yo en su consecución". Alejado de la arrogancia, Agüero reconoció que "aún me queda muchísimo que aprender, aunque tengo un sueño, con mucho trabajo, ojalá pueda estar algún día en el lugar que ocupa hoy Kaká como mejor futbolista del mundo. Pero insisto, trabajo y humildad".
Regreso.
El argentino hubiera querido que el galardón principal se lo hubiese quedado Messi. "Es mi amigo y sería bárbaro, pero es joven y estoy seguro de que tendrá más oportunidades de llevárselo", se consoló el Kun. Está siendo un año plagado de premios individuales, pero Agüero tiene un sueño a corto plazo que cumplir junto a Javier Aguirre y el Atlético esta temporada: "Está siendo un año repleto de reconocimientos personales, pero la mejor manera de acabarlo es ganando un título con el Atlético. Una copa, la que sea, la del Rey, la UEFA... Voy a poner todo mi empeño". Se acabaron los trofeos, por el momento. Agüero durmió en Madrid con los pies en el suelo. Los griegos esperan el jueves y el Kun sabe que los premios no marcan goles. Solamente el trabajo diario.