Al loro
P. Pues tenían fama de rompepiernas.
R.
Amenazábamos, sacábamos el codo, teníamos estudiados a los rivales...
Hacíamos casi de todo menos dejarnos barba y el pelo largo. Y una cosa
importante: sentíamos la camiseta. Éramos contundentes, pero nobles.
Además, había gente muy dura en todos lados, como Panadero Díaz en el
Atlético..