El Atlético debe 215 millones de euros a Hacienda,
según se desprende de las cuentas anuales del club a 30 de junio de
2011, a las que ha tenido acceso EL PAÍS. Esa cantidad, de la que 72,7
millones son a corto plazo (menos de un año) y 142 a largo, supone casi
la tercera parte de los 694 millones que los equipos españoles tienen
pendientes con la Administración Tributaria. Una cifra que, en vez de
disminuir, no para de aumentar: al 31 de octubre de 2008, era de 627
millones, según explicó entonces el Gobierno. En concreto, la deuda
rojiblanca con Hacienda se incrementó en 51 millones en el pasado
ejercicio.
La crisis económica, la falta de buenos resultados
deportivos (la Liga Europa y la Supercopa de Europa de 2010 son los
únicos títulos conseguidos desde el doblete Liga-Copa de 1996), la falta
de continuidad en el plantel (un promedio de 14 caras nuevas desfilando
por el vestuario cada temporada) y la discutible gestión de la entidad,
con más de 600 millones invertidos en fichajes en los últimos 15 años,
están pasando factura a la caja del Atlético. Si en el curso 2009-2010
se manejaba en las oficinas del Calderón un presupuesto (ingresos
ordinarios) de 122,8 millones, en la campaña 2010-2011 descendió hasta
los 94,6 millones, un 23% menos. La caída de los ingresos se produjo en
buena parte por los tropiezos deportivos. La eliminación en la fase de
grupos de la Liga Europa y en los cuartos de la Copa tras haber
alcanzado la final el año anterior hizo que el volumen de negocio
disminuyera, pasando la recaudación por competiciones de 36,7 a 10,6
millones. Las perspectivas para la temporada actual marcan un
presupuesto de 89,8 millones. Redondeando, 30 millones menos que dos
años antes.
Pese a las pérdidas reconocidas (de 75.000 euros se
pasa a 4,9 millones), el Atlético fue el club de toda Europa que más
ingresos obtuvo en el pasado mercado de verano: 85 millones (45 por
Agüero, 25 por De Gea, 8,8 por Elías, 5 por Forlán, 3,1 por Julio Alves,
2 por Ujfalusi y 1 por Ibrahima). Al 30 de junio, las entradas por este
concepto fueron de 43 millones mientras que para el ejercicio actual
están previstos otros 30 millones. Sobre el papel, la suma no cuadra
(73), pues se queda a 12 millones de los que el club consiguió en teoría
por la venta de los futbolistas.
Eso sí, la crisis no ha afectado
al bolsillo de los jugadores. En plena época de recortes, las
remuneraciones de la primera plantilla se mantienen estables e incluso
aumentan de 52 a 53 millones. Así, las fichas del plantel ascendieron de
37,5 millones a más de 39. Lo mismo sucedió con las primas, que pasaron
de siete millones a 8,7. "Este incremento de casi dos millones no se
comprende", critican en el Consejo de Administración; "¿cómo puede ser
que estos estímulos por resultados fueran mayores que en la temporada
que se ganó la Liga Europa en Hamburgo, el primer título internacional
desde la Copa Intercontinental de 1974? No es razonable, y menos cuando
el equipo no pasó de la liguilla en Europa y fuimos séptimos en la
Liga". La previsión para la temporada actual es que los sueldos y
salarios de la plantilla (incluidos conceptos como los derechos de
imagen y las fichas del filial) sean de 61,5 millones, lo que
significaría más de dos tercios del presupuesto.
A lo largo de los
113 folios de las cuentas, no hay una sola mención a los fondos de
inversión a los que el club está recurriendo desde el mercado de
fichajes de la temporada pasada (así se han financiado parte de las
operaciones de Elías, Silvio o Falcao, los tres representados por Jorge
Mendes) y no se explican operaciones como la de Julio Alves, al que el
Atlético inscribió en la Liga justamente al cierre del mercado de verano
para traspasarlo al Besiktas. Eso sí, por primera vez aparecen
reflejados los gastos derivados de la gestión de los agentes. De acuerdo
con los números del club, el curso pasado fueron de 3,8 millones, un
millón menos que en el 2009-2010. La amortización de los derechos de
adquisición de jugadores se llevó 22,7 millones.
El Atlético tiene
previsto celebrar el próximo martes, 20 de diciembre, su junta anual de
accionistas. No será un encuentro normal. Para empezar, porque, como
mucho, asistirá una veintena de accionistas, ya que el club exige un
mínimo de 2.906 papeletas, equivalentes a unos 24.000 euros y al tope
legal que permite la Ley de Sociedades de Capital, que marca como techo
el uno por mil de las acciones totales.
Además de la aprobación de
las cuentas, en el orden del día se votará la reforma de los estatutos.
Entre los 37 artículos a revisar, destaca la modificación del número
31, relativo a la remuneración de los consejeros: "El cargo de consejero
es gratuito. No obstante lo anterior, el Consejo de Administración
podrá acordar establecer o modificar cualquier clase de contrato que
regule la relación de prestación de servicios o de obra entre la
Sociedad y uno o varios de sus consejeros". De esta forma, el consejero
delegado y accionista mayoritario, Miguel Ángel Gil Marín, no
contravendría los estatutos de la casa, que en teoría prohíben cobrar un
salario si no hay beneficios. Los estatutos vigentes y la Ley de
Sociedades de Capital no han impedido que Gil Marín cobrara 1,2 millones
en la temporada 2008-2009 o 1,35 en la siguiente, cuando fue nombrado
en Dubái mejor gestor del año (en la misma ceremonia, Mendes fue elegido
el mejor agente). En el ejercicio 2010-2011 su nómina fue de 1,05
millones.