Una vez más, los aficionados al futbol somos los grandes damnificados
de los irracionales horarios de los partidos establecidos por la Liga
de Futbol Profesional al dictado de la plataforma televisiva Mediapro.
Asistimos
otra vez a un nuevo ataque a la parte más débil, pero al mismo tiempo
la más importante del mundo del futbol, parte sobre la cual se basa este
deporte y todo lo que le rodea, la parte que paga y financia este
negocio multimillonario en que se ha convertido el futbol profesional.
Si
hasta ahora los seguidores hemos padecido el carecer de un calendario y
horarios de los partidos con la suficiente anticipación para poder
planificar los desplazamientos para seguir a nuestros equipos, tanto en
nuestro estadio como en campo contrario a diferencia de lo que sucede en
otros países como Inglaterra, y unos horarios intempestuosos, ahora
contemplamos con estupor que en las tres primeras jornadas de liga hasta
cinco partidos comenzaran a las 23:00 horas.
De nuevo los
aficionados al futbol somos las victimas colaterales de la guerra que
mantienen la LFP junto con Mediapro y los equipos que tienen sus
derechos y Sogecable y los clubs que le han vendido sus derechos de
retrasmisión. De esta manera, muchos seguidores se encuentran que justo
después de haber pagado sus abonos no podrán asistir a los partidos de
sus equipos en estas primeras jornadas de liga, y desconocen si lo
podrán hacer en el futuro. A esto hay que añadir la imposibilidad de
acudir a los estadios de los niños y las personas mayores, junto con las
personas que por razón de horario les sea imposible ir, los que no
puedan tener solo unas pocas horas de sueño al terminar los partidos
cerca de la una de la madrugada, los que tengan que recorrer varios
kilómetros para animar a sus equipos, los que no tengan vehículo
particular al no existir servicio de transporte público al acabar el
encuentro, especialmente si el estadio esta apartado del núcleo urbano.
Entendemos
que las plataformas audiovisuales pagan fuertes sumas de dinero y
quieran rentabilizar su inversión, pero no podemos permanecer
indiferentes ante esta falta de respeto que suponen unos horarios fuera
de toda lógica, cuyo fin es que los aficionados abandonen los estadios y
vean los partidos en sus hogares tras haberlo comprado.
Los
firmantes reclaman que el calendario de los partidos se establezca con
suficiente antelación y en unos horarios que nos permita acudir a los
estadios con nuestras familias, de manera que la afición a este deporte y
a los clubs que queremos pueda seguir trasmitiéndose de generación a
generación como hasta ahora.
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