Judas en el As
Derechos de televisión: la batalla de las batallas
Gil y Cerezo han rectificado y ya lideran la lucha.
Fernando García Abasolo | 21/08/2012
El Atlético de Madrid está como España. No me refiero a aspectos
deportivos ni sociales, me refiero a su economía. Igual que España tiene
una intervención de facto de las autoridades europeas que dan
instrucciones al Gobierno de lo que tiene que hacer, en el Atlético es
la Agencia Tributaria, a la que adeuda una gran cantidad de dinero, la
que condiciona la política económica del club y, por tanto, la
deportiva. Como en España, en el Atlético se ha despilfarrado el dinero.
En nuestro caso con sucesivos proyectos deportivos fracasados, con
plantillas nuevas año tras año, que han generado una deuda enorme que,
como sucede en el país, obliga a Miguel Ángel Gil a gestionar con
criterios que si hubieran sido aplicados antes, como alguno
demandábamos, no hubiéramos llegado a la situación de ser uno de los
clubes más endeudados de la Liga.
¿Qué tiene que hacer ahora el Atlético? Primero debe explicar a la
gente, a los aficionados colchoneros, cuál es la situación real, fuera
de mensajes megalómanos e irreales que se han ofrecido otros años. Debe
seguir en la línea que lleva Miguel Ángel Gil de equilibrio
presupuestario, cantera, venta de jugadores para cubrir pagos a Hacienda
e intentar mantener la estructura del equipo con los cambios
imprescindibles a los que obligan los compromisos económicos. Se
acabaron los fichajes de alto coste, que ni con la ayuda (peligrosa, por
otro lado) de fondos de inversión se pueden ya acometer. No hay otra
opción porque la situación de deuda no lo permite y cuanto antes y más
claro se explique, mejor. Aún así, el Atlético tiene un presupuesto que
es el tercero o cuarto de España. Por tanto, se debe apostar también por
la estabilidad deportiva dejando actuar a sus responsables, en
particular a Simeone, para que puedan desarrollar un proyecto estable de
exigencia y compromiso que obligue al equipo a quedar tercero o cuarto
en la Liga todos los años (recordemos que desde el ascenso hace ya diez
temporadas, sólo se han conseguido dos cuartos puestos).
¿Existe esperanza para el futuro del Atlético? Sí, pero esta pasa por
la renegociación del reparto de los derechos televisivos que permitan
una competición en donde otros equipos, que no sean Real Madrid y
Barcelona, puedan conquistar el título de Liga o, por lo menos competir
por él, porque no nos olvidemos que con los títulos de Liga además
llegan los ingresos de Champions, taquillas, patrocinadores, giras,
sponsors, merchandising, etc.
Sigue siendo un misterio para mí por qué Miguel Angel Gil y Enrique
Cerezo firmaron hace dos años un contrato de reparto de los derechos
televisivos que favorecía a Real Madrid y Barcelona, al que yo me opuse
radicalmente (en artículo en este periódico el 26 de diciembre de 2010).
Pero como rectificar es de sabios, veo con satisfacción que ahora
defendemos la posición contraria y que encabezamos un grupo de clubes
que luchan por acabar con esa intolerable dictadura deportiva y
económica. Sólo se trata de establecer un sistema de reparto similar al
de cualquiera de las otras cuatro grandes ligas (inglesa, italiana,
alemana y francesa), ni más ni menos.
Yo animo a los gestores del Atlético de Madrid a que no desfallezcan
porque esa es la batalla de las batallas. Un reparto justo de los
derechos televisivos es el único arma que puede permitir al Atlético ir
disminuyendo su deuda en el futuro y alejarle de situaciones
patrimoniales peligrosas.
Fernando García Abasolo, exvicepresidente y exconsejero y traidor al Atlético de Madrid
http://www.as.com/futbol/articulo/derechos-television-batalla-batallas/20120821dasdaiftb_24/Tes