Yo lo que me pregunto es, si fichamos al tal Jackson, ¿qué pensará la gente del Oporto? ¿Acaso no se darán cuenta que se han convertido en nuestra cantera? Claro, que nosotros tampoco podemos alardear mucho, somos la cantera de los 2 o 3 equipos ingleses de turno.
Todo lo que antes era amor por unos colores, se ha convertido en una estafa piramidal y un continuo mercadeo de sentimientos. Hace un tiempo, viendo un documental sobre el centenario del Atleti, me sorprendió especialmente descubrir, que algunos de nuestros jugadores dejaron el fútbol cuando se profesionalizó. No era capaz de entenederlo.
Viendo el desarrollo de los acontecimientos con perspectiva y friamente, se comprende perfectamente. Lo que estamos viendo ya no es fútbol, es un espectáculo dirigido desde las sombras. Unas sombras, en las que cada vez entra más la luz, haciendo visible lo que antes tan sólo era imaginable.
En estos momentos, el sentimiento de pertenencia a un equipo de fútbol, sólo es comprensible desde el amor por los familiares, camaradas, amigos, etc. que nos han transmitido el amor por estos colores, y con los que hemos compartido los mejores momentos de felicidad y tristeza. En estos momentos, esa gente, esos momentos vividos junto a ellos, son el único motivo que me queda para seguir enganchado a esto, ya que si abandonase, sería una traición a mi yo más profundo.
Dejo esto como una reflexión sobre la que todos deberíamos meditar. Somos nosotros quienes hacemos que la rueda siga girando. Dejemos de comprarles sus fichajes de renombre, y luchemos por mantener en casa a los nuestros. Digámosles que estamos hartos de ilusionarnos con un tío, y al año siguiente estar obligados a odiarle por traicionarnos. Digámosles que estamos hartos de no poder cantarle a un jugador, porque sabemos que al año siguiente ya no estará. Digámosles que queremos en el campo a once tíos que amen estos colores. Digámosles que somos el ATLÉTICO DE MADRID, y no una EMPRESA DE COMPRA VENTA DE JUGADORES. Digámosles que con los SENTIMIENTOS NO SE NEGOCIA.
ODIO ETERNO AL FUTBOL MODERNO