Tuve la suerte de verle jugar, aunque mis recuerdos infantiles me llegan difusos. En todo caso, para los que, como yo, no recuerdan bien su juego y para los que nunca tuvieron la oportunidad de verle, aquí os dejo esta maravillosa referencia que nos dejó el ilustre forero Fernando hace unos años. Como de costumbre, gracias, Fernando.
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Ufarte (un homenaje) (03/08/2003)
Su zancada era larga. Al correr, levantaba mucho
las rodillas. Con la cabeza ligeramente baja pero viéndolo todo, dormía
el balón, citaba al defensa, lo esperaba, lo encaraba, conduciendo la
bola con la punta de la bota, muy cortito ahora, interior, exterior,
interior otra vez, y el defensa retrocedía, amagaba la entrada y él se
tensaba y el otro se preparaba ya para la explosión, para ese instante
sublime de la lucha, pero entonces todo se hacía otra vez lento, quedo,
silencioso, sin tiempo y el defensa creía haber ganado el embate y se
agrandaba, se crecía y de repente Ufarte exterior y muy largo, con el
giro de tobillo que aprendió de Garrincha, Ufarte con su rostro afilado,
veloz, vibrante, Ufarte hacia la línea de fondo con el defensa detrás,
Ufarte que llega, Ufarte que la pone, Ufarte...
Chulo
y arisco. Le vi una vez contra el Milán, en el 70, nueve regates a seis
jugadores. Era un amistoso. Avanzaba y volvía sobre sus pasos para
quebrarlos de nuevo, sin que siquiera pudieran tirarle, hasta que se
metió, la cruzó, rozó el palo. El final de la jugada lo vio todo el
campo de pie, ebrio, jubiloso.
Otra vez, en uno de esos partidos
dormidos, con solazo en la banda, ni la estaba tocando. Salió el balón
fuera. Fue a recogerlo despacio, cansino, con la camiseta sacada, como
siempre, y el pelo revuelto y, de súbito, toda la lateral contra él,
violenta, feroz, con los brazos amenazadores y los dedos índices
apuntándole como cuchillos. Querían matarle. Diez minutos después, con
la bronca todavía encendida, pidió perdón sobre el césped. Ciertamente,
había sido una niñería llevarse la mano a los huevos como respuesta a
quienes le censuraban su desgana.
Ayudó a ganar copas, ligas,
como la del 73, con el Barça ahí al lado, cuando en aquel partido
invernal perdía el Atleti 2-0 en Gijón, en el descanso. Y empezó la
segunda parte y Ufarte se cambió a la izquierda, al centro más tarde, a
su derecha, desde la media, hasta la raya, driblando, pasando, gritando:
2-3 al final y el Molinón en pie, bellísimo, rendido.
He leído,
con tristeza, en un mensaje de EL SOCIO que Ufarte está arruinado. Nada
me produciría un más hondo sentimiento de impotencia pues si yo pudiera
pagarle con la frágil moneda de los sueños infantiles, él sería el
hombre más rico de la Tierra.
http://sdehumo.net/blogs/columnas/archive/2003/08/03/Ufarte-_2800_un-homenaje_2900_-_2800_03_2F00_08_2F00_2003_2900_.aspx
"¿Qué hay más bonito que defender tus valores hasta el final, no de ganar de cualquier manera, sino de la manera que tú quieres?" Fernando Torres.
¡ A ú p a A t l e t i !