Exiliado: ¡¡Felicidades!! A este paso vas a alcanzar a Villalón. Un abrazo.
Muchas gracias, querido Exiliado. Si en mi comentario anterior hablaba de microcéfalos, ahora lo debo hacer, en tu caso, de lo diametralmente contrario. Me encantaría poder hablar contigo, sin prisas, largo y tendido, en uno de mis viajes a Madrid. Sabemos ambos que sobre muchas cosas tenemos visiones absolutamente opuestas, pero por semejante bobada no me perdería para nada intercambiar ideas con una mente brillante como la tuya. Es más, haría el encuentro aún más interesante.
Con un gran abrazo.
P.d.: Villalón sigue, supongo, la voz de su amo, el tal José María Escribano (el apellido real del curioso santo). A mí me han tirado muchas veces los tejos sus correligionarios, desde que era un crío (con discreta preocupación de mis padres, también aseteados desde siempre por los mismos), entre los que cuento más de un amigo, pero visto que alguno se salió de La Obra tras "interaccionar" conmigo, y yo no entré, creo que ya me han dejado por imposible y peligroso para sus fines. Lo que desde luego no voy a hacer es renunciar a acojer con júbilo a todos y cada uno de los hijos que Dios Padre quiera enviarme, pero, vamos, sin conejiles obsesiones por repoblar España. Será lo que El disponga.