Si el Cholo consiguiera acabar con el maleficio del Calderón, ya sería para plantearse que lo incluyeran, sea sólo en pequeña miniatura, en el escudo del club.
Pero es que me da que no va a ser así. Yo no sé que es lo que sucede en nuestra casa, parece que toda la energía y el odio y la ansiedad y la emoción de los 55.000 de la grada suban al cielo y bajen en forma de sortilegio, pero de sortilegio de los malos, de los que agarrotan y llaman a la desgracia. Yo no encuentro explicación; salvando, a lo sumo, tres de derbys desde que ascendimos, en los que el árbitro o Casillas nos privaron de la justa victoria, el resto han sido un conjunto de horrores, o muy esperpénticos o muy dolorosos. Parece que tengamos al Barón Samedi clavándonos agujas todas las temporadas.
A muerte con nuestros soldados, eso sí. Hasta que se pite el final, es una realidad que puede pasar cualquier cosa. Y si alguien puede romper esta dinámica es Simeone. Si no, ya podemos olvidarnos de volver a ganarlos nunca en el Calderón.