Entre las crónicas internacionales referentes al partido de ayer, se puede encontrar una elaborada por el diario alemán “Bild”. Lo primero que hice, fue buscar la fecha de fundación del rotativo: 1952. “Vaya, estos se han perdido varias ferias”, pensé. La del 74 con sus paisanos, sin ir más lejos. No se entiende de otra forma que en el artículo mencionaran al “pequeño equipo de la capital”. Eso, o que el tipo anduvo tan despistao que se metió en un encuentro del genuino Carabanchel. O el simpar Puerta Bonita, quién sabe…
O quizás es que el grueso de 25 años de penurias, lios judiciales y mofa con befa, es suficiente bagaje para los vagos del teclado como para marcar el devenir de otros tres cuartos de siglo. No se crean, estas cosillas duelen mucho más cuando no llegan desde las alemanias, sino desde tu propia casa. Que si “pupas”. Que si “sufridores”. Que si “por qué somos del Atleti”… A esto, Rubén Amón ha puesto el punto sobre las íes: la cuestión no es explicar por qué somos del Atleti, sino por qué no son del Atleti los demás. Que se expliquen ellos. Todo un silogismo, Rubén. Así que, ya va siendo tiempecito de que hablemos con propiedad de nuestro Club, ahora transitoriamente SAD. Y hablemos bien. Como hablamos de nuestra madre o nuestro hermano. De nuestro mejor amigo. Y al primero de los compatriotas que se refugie en estos adjetivos tan foráneos, ponerle de rodillas, cara a la pared, con los cuatro tomos de la historia del Atleti del maestro Salazar en sendas manos y un garbanzo en cada rodilla.
Pero el homenaje de hoy, va para los que siempre supieron que somos grandes. En las largas noches de vacas flacas. En los fichajes disparatados y sobrevalorados. En un descenso trucado. En un ascenso truncado. En tantos años sin respirar el aroma europeo. En cuantas oficinas y talleres. En cuantas puertas del colegio… A todos aquellos que SIEMPRE han velado por la salud de un grande. Que no han dudado en echarse a la calle para revindicarlo. En gritar desde la Grada. En exigir respeto y honor o puerta. Cero. A todos aquellos que mamaron la leyenda de Celtic Park. Y que si no la pudieron vivir, escucharon con los ojos como platos. No sé que altura tendrá usté, sr. del diario Bild. Si medirá más o menos que un directivo ilegítimo, u otro indultado. Pero lo que es seguro, es que el Atleti le saca varias cabezas. A todos.
Y como tal, hay que preservarlo. Para que nadie pueda dudar ya de su estatura. Eso, es una tarea de asuntos internos. De nosotros, sus aficionados. Porque no se nos escamoteen más esos años de presencia tan regular entre la élite del fútbol patrio. Y europeo. El que quiera conducir un BMW con la exigencia de un Panda, que se busque otras pistas. O se vaya de becario con el indocumentado del Bild. Esto se llama CLUB ATLÉTICO DE MADRID. Y ni siquiera Lisboa significa una meta. Sólo es una preciosa estación en el camino. Porque, se repetía muchas veces el ganar. ¿No, Luis?