La mafia europea va camino de dejar a la tradicional española en unos meros principiantes. Esto demuestra que los méritos deportivos, que tenemos a paladas en la última década, no valen una mierda a efectos de ser tratados como grandes por la UEFA. Nos chulean una y otra vez, expulsiones mucho más claras se han saldado con un solo partido. Los atléticos que compran el discurso de la prensa estarán de enhorabuena, se ha hecho justicia. Eran dos rojas justísimas, y además de lo que hay que hablar es de lo malos que somos. En el campo y sobre todo en los despachos. A ver si hacemos piña y desterramos definitivamente los discursitos autoinculpatorios. La autocrítica que la hagan en el vestuario, los aficionados a bloque con los nuestros y contra los tramposos.