A grandes rasgos, es importante la sensación de buen oficio defensivo que traslada Reinildo, y que ayuda a concentrarse al resto de la defensa; parece que el lateral izquierdo de la defensa empieza a dejar de ser tierra de nadie y con ello, los centrales vuelven a preocuparse de lo suyo. Ya veremos. Esa seguridad por la izquierda, es importante para el ataque por ese lado, unido a un cambio en el centro del campo, que considero revelador: pasamos de centrocampistas de "calidad", a "físicos" (entiéndase lo relativo de ambos conceptos), dejando a las bandas las llegadas al área contraria; vamos que el centro del campo no es transparente para el contrario y las llegadas de sus centrocampistas y mediapuntas. Y con este formato, se tiene menos presencia en juego de toque delante de la defensa contraria, pero más efectividad cara al gol. En resumen: volvemos a dominar nuestra área, a minar el medio campo y a llegar menos, pero con goles, al área contraria. Con 4-4-2 y variantes al respecto a lo largo del partido, por mor de las características de los jugadores que se van cambiando. Benditos cambios. A ver si se consolida el fútbol eficaz y dejamos esas pizarras maravillosas con muchas flechas en las que hemos vivido.
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.