Lo del bajón físico, el fin de la gasolina y tal es un mito para justificar lo injustificable. Un futbolista es un ciudadano que trabaja y vive del fútbol. Una obviedad, sí. Y cuando eres de élite y te metes 500 kilos limpios al año, apechuga. Son 50 partidos en 9 meses, más o menos, los que jugaría un jugador con pocas bajas por sanción y lesión y si el equipo está en las 3 competiciones y llegando lejos. Ok, pues los juegas y se acabó. Trabajas hora y media al día y un día a la semana sueles descansar. Suficiente. Enero es brutal, sí, pues rotas en Copa, te la juegas y punto. Además, que coño, vienen de tener dos semanas de descanso navideño.
Insisto, de los 11 del doblete no sé si alguno bajó de los 41-42 partidos entre Liga y Copa. Y a estos nadie les daba descanso ni durante los partidos. Así que ni bajones físicos ni nada. Yo más bien le llamaría masoquismo o típica confianza de un equipo que ve al otro muerto, se reserva para un contraataque y cuando falla le entra en canguelo y se encuentra cansado por el partido (por este, no por el del Zaragoza de hace tres meses o el de la Vojvodina de verano). Eso ha pasado.
Y un entrenador no tiene flor o deja de tenerla. Aguirre llevó a una plantilla lamentable y justa a la Intertoto y por un punto no entró en la UEFA. Sí, era el Atleti...pero era un equipo de chiste. Llevó a Osasuna a la Champions (ver donde está hoy). Y hoy el Atleti va tercero, que es donde tiene que estar como mínimo. Y sin centro del campo desde hace un mes. Sin delanteros suplentes, sin defensa más allá de la titular. Y Capello, bien que con un fútbol escaso, ha ganado lo que ha ganado.
Y recordemos las cifras de goles de este año del equipo: 3º en goles marcados (35) y en menos goles recibidos (19). Pues eso.