Es una pena que no pueda venir este mamarracho porque siempre que visite el Calderón hay alguna posibilidad de darle unas h***** a este mercenario gorrino malagradaecido vikingo.
Durante toda una vida un hombre puede cambiar de gustos, de mujeres, de religión, de ideología política e incluso de sexo, lo que nunca podrá cambiar es su pasión por el Atleti.