Que ya la habéis dicho, pero acabo de terminar la cuarta temporada y sólo por ver la escena de la cena en casa del productor merece la pena tragarse la serie entera. Algunos capítulos memorables, cameos desternillantes, autocrítica y risas sobre sí mismos (inglés), un reparto femenino muy bien nutrido, sexo tal cual, un pelín de romanticismo, una idea desde el principio y fidelidad a ella sin necesidad de estirar (mucho) el chicle. Ojalá lo dejen ahí porque les ha salido muy, muy buena.