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HUGO JIMÉNEZ - MADRID - 28/04/2008 22:47
Un viejo Porsche y 30.000 euros tienen la culpa del último caso surrealista que ha perturbado el día a día del Atlético. El coche es el que Movilla, ahora en el Murcia, le traspasó a Pablo, aún en el Atlético, hace algunos años. Y el dinero es el que el centrocampista ha tenido que abonar a la empresa del leasing, ya que el vehículo estaba aún a su nombre y que ahora reclama al central.
Un conflicto entre ex compañeros que, según sospecha el Atlético, se trata de resolver bajo la modalidad del cobrador del frac.
Porque de eso se trata. O al menos eso cree el Atlético con cierta tranquilidad. Al principio, temió que el asunto era más grave. La semana pasada, una pintada en una pared contigua a la entrada al aparcamiento de jugadores en Majadahonda inauguró el caso: “PABLO IBÁÑEZ. MOROSO/TRAIDOR. 1º AVISO”. Y ayer por la mañana, llegó el segundo asalto.
Por el suelo de la Ciudad Deportiva, aparecieron unas misteriosas octavillas con idéntico destinatario: junto al nombre completo del jugador y la supuesta dirección de su domicilio, aparecía la palabra “MOROSO”.El carácter polémico de Pablo, enemistado con la hinchada del Atlético por firmar hace dos temporadas con un candidato a las elecciones del Real Madrid, hizo pensar en un principio que se podía tratar del mensaje intimidatorio de algún ultra. O de otro tipo de extorsión.
Pero se descartó tras hablar con el propio interesado. “Estamos sorprendidos, pero no asustados”, dijo un portavoz del club. “Hemos ofrecido asesoramiento jurídico al jugador, nada más. Es un caso entre particulares”. Que la preocupación no va más allá lo prueba el hecho de que no se ha producido denuncia.
"Yo no tengo nada que ver; no tendría sentido tratar de cobrar la deuda así", dice Movilla
Pablo le ha hecho llegar al club que el único que puede estar detrás de la reclamación es Movilla. El jugador del Murcia no da crédito: “Yo no tengo nada que ver con las octavillas. No tendría sentido tratar de cobrar la deuda así. Antes iría a ver a Pablo”. Lo que ninguno de los dos niegan son los 30.000 euros que Movilla abonó y que ahora le debe Pablo.
Mariano Aguilar, de la empresa que arrenda el coche, visitó hace unos días a Pablo para documentarle el dinero que adelantó Movilla. Y el futbolista le dijo que ya lo resolvería con su ex compañero. Hasta hoy.
EL FINAL DE LOS GIL AUNQUE SE DIVISA LEJOS CADA DÍA ESTÁ UN POCO MÁS CERCA