Esas comparaciones Torres- Villa no pueden beneficiar a nadie.
No quiero hablar de títulos, porque es cruel determinar la valía de un jugador única y exclusivamente por los títulos, sin atenerse a circunstancias (que son vistas como meras excusas de perdedores). ¿Con qué fuerza podemos pedirle a nuestras estrellas que se queden en el Atlético, si saben que hasta nosotros mismos los despreciaremos en un futuro, en favor de otros jugadores que sí lograron traer trofeos en nuestras vitrinas? Digamos que ni Torres ni Villa han tenido demasiada suerte en sus clubes (especialmente Torres, porque aquella semifinal contra el Chelsea que se perdió por un estúpido gol en propia puerta en el último segundo de la prórroga, o la manera en la que el Manchester le quitó la Premier al Liverpool por tres puntos... por no hablar de la manera en la que los dueños del Liverpool han convertido el club en un nuevo Atlético a la inglesa en apenas dos años)
Torres tiene un estilo muy suyo, y en él es único. Villa es más versátil, golea en el Valencia jugando a la contra, pero también integrándose perfectamente en el tiqui- taca de España.
También se podría decir que Villa, a pesar de ser chupón, da la sensación de tener un mejor juego colectivo, al menos con España: buenas asistencias, buenas combinaciones con sus compañeros, ayudas en defensa... En el Liverpool, Torres se ha convertido en un goleador más espectacular, pero a veces da la sensación de que ha sido a costa de sacrificar esa versatilidad, esa capacidad de adaptarse a diferentes papeles o estilos. Quiero decir, ahora se escucha mucho eso de que Torres es velocidad y potencia, pero que carece de pase, inteligencia, creatividad o regate (un tronco con mucho físico, quizás buena definición, pero sin inteligencia ni técnica, poco menos). Caray, puede que tenga un problema con los controles, pero yo recuerdo que en el Atlético sabía recuperar balones, subir por las bandas, poner buenos centros y pases en profundidad. ¡Se llegó a decir que su mejor posición era la de segundo punta! No era un Cesc, pero tampoco le andaba lejos a Villa en ese sentido. Y en el Liverpool, alguna vez se le puede ver haciendo esas cosas, aunque su papel de único punta no le permite participar mucho del juego de equipo. Sus mejores minutos con España, se los recuerdo jugando con tres arriba, con libertad para moverse por las bandas, como contra Ucrania.
Lo que termina de decantar la balanza a favor de Villa, ha sido el rendimiento en la Selección. Por alguna razón, Villa se movió como pez en el agua en la Selección desde el primer momento. Y a Torres, en cambio, le cuesta mucho encontrar su lugar, ya sea por estilo, por falta de forma (ni en la Eurocopa ni en este Mundial ha llegado bien), por inseguridad o ansiedad, o lo que sea. Ha sido así desde el primer momento, antes de que España se decantara por el "tiqui- taca". Y el caso es que recuerdo algunos partidos (pocos, pero los ha habido) en los que el chico parecía quitarse de encima esa losa psicológica que le lastra con España, y mostraba todo lo que podía aportarle a la Selección: Ucrania, Nueva Zelanda, Alemania... Es una lástima que pudiendo aportar tanto, se muestre con cuentagotas por la razón que sea.