en

seve ballesteros

Último artículo 01-04-2009 0:04 escrito por milinkito. 1 respuestas.
Página 1 de 1 (2 elementos)
Ordenar mensajes: Anterior Siguiente
  • 10-12-2008 0:50

    seve ballesteros

    DESPUÉS DE RECIBIR EL ALTA MÉDICA TRAS DOS MESES INGRESADO

    Seve agradece el apoyo recibido durante su ingreso

    Después de recibir el alta médica, Severiano Ballesteros agradeció a través de su página web el apoyo recibido durante los dos meses en los que ha estado ingresado tras haber sido operado de un tumor cerebral. "Después de permanecer en el Hospital La Paz durante 66 días, por fín, los doctores me han concedido un tiempo de vacaciones con carácter temporal", así comienza el comunicado del mejor jugador de golf español de todos los tiempos.

    En primer lugar, quiso dar las gracias a todo el personal sanitario que durante este tiempo le ha atendido en el Hospital de La Paz, que "son ya como mi familia". "Excelentes profesionales y únicos como personas. Gracias a ellos podré jugar el mulligan de mi vida que espero y deseo disfrutar al máximo", continúa.

    También quiso mandar un mensaje de ánimo a los enfermos del hospital y a todos aquellos que padecen la misma enfermedad que él "o peor". "Cuando se lucha con fe y perseverancia podemos salvar cuantos obstáculos encontremos en nuestras vidas (...). Si creeemos en nosostros mismos, llegaremos incluso a alcanzar metas que jamás imaginamos", prosigue.

    Tampoco quiso olvidarse de su familia, "sus continuos ánimos y atenciones han sido vitales para mi salud física y mental".

    Por último, Seve se dirige a todos aquellos que le han mandado mensajes de ánimo, correos electrónicos, cartas, etc. "Permaneceréis siempre en mi corazón. Cuando uno está en una habitación de un hospital durante mucho tiempo y recibe tanto cariño y apoyo del exterior creedme que las ganas por salir de aquí se multiplican".

     

    ánimo seve!!

    "Si se cree, y se trabaja, se puede". Palabra de Dios.

    Twitter: @14Tutto
  • 01-04-2009 0:04 en respuesta a

    Re: seve ballesteros

    merece la pena leerla

     

    MARCA ENTREVISTA EN EXCLUSIVA MUNDIAL A LA LEYENDA DEL GOLF ESPAÑOL

    Seve: "La vida me ha dado una segunda oportunidad"

    • El golfista español relata cómo afrontó su grave enfermedad y cómo está viviendo su rehabilitación.

    OLGA VIZA. Pedreña 31/03/09 - 20:50.

    La casa de Severiano está en lo alto de una colina en Pedreña, Cantabria, ese lugar que él situó en el mapa justo después de inventarse “otra forma” de jugar al golf, crear un ejército multinacional de seguidores y convertirse en el jugador más sorprendente.

    Hay gente trabajando en el jardín, lluvias pasadas arruinaron el green de uno de los nueve pares 3 que Seve se construyó alrededor de la casa. El ruido de las máquinas y los ladridos de su perra, Zaira, una pastor alemán, contrastan con el silencio del interior.

    "Tuve un shock. Estás bien y de repente te dicen esto, ¿te lo puedes imaginar? Es tremendo"

    Tres meses atrás, en aquellos días de hospital, cuando flaqueaba la voz, Seve hablaba de estrenar de una vez por todas este campo, que nada más retirarse concibió para pasar buenos momentos con su familia y amigos. El campo está prácticamente listo.

    En aquellos días de hospital, cuando apenas había fuerzas, no era extraño sorprender a Severiano en la habitación haciendo más ejercicio físico del que le marcaron los fisioterapeutas. Nunca le asustó el esfuerzo.

    Es viernes, el día de la semana es lo de menos, a estas horas de la mañana Seve está en el gimnasio.

    Ahí nos encontramos.

    "Al despertar de la anestesia exclamé: ¡Yo siempre gano!"

    Su imagen de aquellos días de hospital ya es sólo un recuerdo.
    Hay algo que también ha cambiado y que presidirá esta entrevista: su emoción.

    Camina deprisa alrededor de la piscina.

    “He recuperado mucho; pero sé que es un proceso muy largo. ¡Es el par 72 más largo del mundo!, esa es la verdad. Esto hay que admitirlo y afrontarlo.”

    PREGUNTA. ¿Y ahora cómo transcurren los días?
    RESPUESTA. Me levanto a las 8, me aseo y me pongo la ropa de trabajo, porque ¡esto es un trabajo para mí¡ De hecho, recuperarme es mi trabajo.

    "No me importa que vean como estoy, son heridas de guerra"

    P. ¿Y cómo está pautado ese trabajo?
    R. Después de desayunar bajo aquí al gimnasio, camino 20 minutos alrededor de la piscina, hago otros 20 minutos de bicicleta estática y 6 de remo. Luego camino descalzo 15 minutos más. Sigo con ejercicios específicios de movilidad y sensibilidad de la parte izquierda del cuerpo. Acabo con contrastes de frío y calor, sauna y piscina. Almuerzo a la una y luego duermo un poco de siesta. Ya por la tarde, salgo a dar un paseo para tomar el aire fresco, para oxigenarme. Algunos días vienen los fisios y otros tengo terapia cognitiva. Tengo que decirte que algunas veces me he rebelado, ha ocurrido un par de veces, además tuve dos lumbalgias que me obligaron a estar en cama. Aquello fue un retroceso.

    P. Antes de bajar he pasado por la cocina: había lentejas en el fuego. Me cuentan que estás cuidando mucho la alimentación.
    R. Gracias a mi buen amigo Emilio Butragueño conocí a un especialista en alimentación que me ha puesto una dieta basada fundamentalmente en verduras y pescado. No como carne roja, no como pasta, ni pan, ni queso y no bebo el vaso de vino que todo el mundo desearía [pone cara de resignación]. Ahora mismo peso 75 kilos, cuando entré en el hospital pesaba 90 y cuando salí, 80 kgs. Con esta dieta, como no hay nada de grasa y todo está cocido, he perdido otros 5 kilos; es decir, ahora mismo peso lo que pesaba con 22 años.

    P. Hoy tu imagen dará la vuelta al mundo. ¿Te inquieta?
    R. En absoluto. No me importa nada. ¡Eso es lo de menos! Las heridas… son heridas de guerra.

    P. Todo empezó el 5 de octubre…
    R. Fue un shock tremendo. Aquel día yo iba a Alemania a presentar en la feria del golf unos palos con mi firma. Pasé por Madrid para comer con mi hijo Miguel y con mi sobrino Iván. En la Terminal T4 del aeropuerto de Barajas me caí en las escaleras mecánicas, debió ser un mareo. Algunas personas se acercaron a ayudarme, por cierto, que entre ellas vino una señora muy amable pero un poco asustada. Recuerdo que le dije: “Señora, cállese, que está armando un escándalo”.

    "Estoy vivo, hablo, razono perfectamente... Objetivamente he tenido mucha suerte"

    P. ¿Viene a ayudarte y la reprendes?
    R. Sí, ella me dijo: “¡Señor, qué desagradecido!”. Yo me expliqué: “No, señora, perdóneme; pero no me gustaría que se juntara aquí mucha gente y montáramos un espectáculo. Esa es la razón, compréndame”. Los de Iberia querían llevarme a la enfermería, no quise ir y me las arreglé para llegar, arrastrando la maleta, hasta donde estaba esperándome mi sobrino Iván. Nada más subir al coche le dije: “Si supieras lo que me ha pasado...” Al llegar a la puerta del restaurante me dio otro mareo, Iván me vio mal y decidió llevarme al hospital. Coincidía que estábamos cerca del hospital de La Paz. Entré en urgencias, me hicieron un scanner y rápidamente se dieron cuenta de dónde venía el problema y... bueno, me lo comunicaron. Me dijeron: “Tienes una mancha grande y puede que lleve bastante tiempo ahí”. Fueron claros conmigo, me dijeron: “Es un tumor, la suerte es que está en el lado derecho, haremos una biopsia para ver qué es”. En ese momento tuve un shock. Estás bien y de repente te dicen esto, ¿te lo puedes imaginar? Es tremendo [se emociona], yo iba a comer con mi hijo...

    P. ¿No hubo ninguna señal antes?
    R. Ahora sé que hubo avisos; pero entonces no podía sospechar esto.

    P. Habrás buscado en tu memoria explicación para algunas cosas.
    R. Saqué explicación a algunas. Por ejemplo, a un accidente de coche que tuve, en el que me llevé 3 coches por delante, o a que me daba golpes de vez en cuando, pero no era consciente de lo que me estaba pasando. Decía para mí: “¿Por qué me he dado este golpe? ¡Qué raro, será la edad!” Luego he sabido que tenía deficiencia en el campo visual, una negligencia en la parte izquierda, una parte anulada. Por eso a veces me fallaba el ojo, el brazo o la pierna izquierda, que a veces se quedaba como dormida.

    P. La biopsia puso nombre y apellidos al tumor y decidieron operar.
    R. Los doctores Heredero, Pérez Álvarez e Isla, con todo su equipo, se portaron maravillosamente conmigo, en lo profesional y en lo personal. También otras personas como Matías Prats, que nos puso en contacto con el doctor Krauss en Hannover. Con él pulsamos una segunda opinión. Krauss y los doctores de La Paz estuvieron en contacto y coincidieron en el pronóstico. Tras una serie de pruebas entré por primera vez en quirófano el día 14 de octubre. Luego hubo otras tres intervenciones, la más importante fue la tercera, la del día 24 y, ¿sabes?, es el mismo día en el que murió mi madre [rompe a llorar]. Me han contado que al acabar aquella operación los doctores dijeron que habían podido cumplir los objetivos que se habían marcado. Estuvieron sensacionales, la operación fue perfecta. Lo peor... los post operatorios, que fueron durísimos, ¡durísimos! Son muchas incomodidades, no es que tuviera dolores, el dolor... es interior.

    P. Sabrás de la enorme expectación que había por todas las noticias que pudieran llegar desde La Paz donde, por cierto, estabas registrado con un nombre falso. ¿Cómo te llamabas?
    R. ¡Ay, déjame recordar! [duda]. Sí, me registraron como Antonio Domínguez Sota, eso fue para preservarme, para que pudiera estar tranquilo. Pero te digo una cosa que ya te conté en su día… Ya no me llamo Seve Ballesteros, me llamo Seve Mulligan, porque he tenido la suerte de tener un Mulligan, que en golf es una segunda oportunidad.Yo he tenido un Mulligan en la vida. La prueba es que estoy vivo, que puedo hacer cosas, que hablo, que razono perfectamente. Si lo observo objetivamente... he tenido mucha suerte, la verdad.

    P. Cualquier persona que pase por esta experiencia coincidirá contigo en que, en esta situación, el estado de ánimo viaja por una montaña rusa.
    R. El tiempo que pasé en el hospital estaba con el ánimo alto, tal vez porque no era consciente de la situación. Recuerdo que iba por el pasillo empujando esa silla con dos ruedas que te ayuda a caminar y que yo bauticé como taca tan. Por lo visto iba demasiado deprisa por los pasillos y las enfermeras, que siempre me trataron muy muy bien, me llamaron la atención para que no fuera tan rápido. Yo les decía: “¿Qué pasa, que aquí también sacan puntos por velocidad?”. Entonces bajaba la cabeza, les enseñaba mis cicatrices con un “tengo puntos de sobra”. Estaba de muy buen humor en el hospital, contaba chistes, yo tengo un amplio repertorio de chistes y no hay cosa más bonita que ver reír a la gente, pero...

    P. ¿Pero?
    R. Pero luego ha habido algún que otro momento bajo. Ya me advirtieron en el hospital que atravesaría un momento emocional, ése ya lo pasé, y que tendría retrocesos, y alguno ha habido. Es cuando te despiertas por la mañana, no tienes ganas de salir de la cama y dices: “¿Dónde voy?”. El problema viene cuando eres plenamente consciente de lo que pasa, ahí es cuando sientes mayor dolor interior.

    P. No te ha faltado un analgésico muy poderoso, tener muy cerca a los tuyos.
    R. Mis hijos Javier, que tiene 18 años, Miguel, de 16, y Carmen, de 14, son conscientes… [se queda sin habla]… Mis hermanos, toda mi familia. Me siento muy querido por todos, les tengo a mi lado, ¡qué puedo decir!, que les quiero y que agradezco lo que hacen por mí.

    P. Esta maldita enfermedad ya se había cruzado en tu vida hace años. Tu padre fue tratado en Estados Unidos. Habrá quien se pregunte por qué has querido no moverte de España.
    R. Con mi padre aprendí una cosa: los médicos y hospitales de Estados Unidos son excepcionales; pero déjame que te diga que los de aquí, también. El Hospital La Paz es increíble. Tienen la tecnología más avanzada, la renuevan constantemente y los médicos son tan buenos como los americanos. Aquí también estamos preparados y por eso me gustaría que fuéramos conscientes. De alguna manera me gustaría ayudar a la Fundación de Investigación contra el Cáncer del Hospital La Paz de Madrid, porque ésta es la verdadera guerra que debe existir, la verdadera y la única: la lucha contra las enfermedades, para poder ayudar a curar a las personas que las sufrimos. Las enfermedades no distinguen, ni razas, ni ideologías, ni nacionalidades. Son el verdadero enemigo y nuestro máximo patrimonio es la salud.

    P. Durante 33 años que ha durado tu carrera has sido el ídolo de muchísimas personas. Eso lo sabías. ¿Ahora qué percibes?
    R. Durante todos estos años yo estaba muy centrado en mi trabajo. Sabía que me admiraban, pero lo que no sabía es que la gente me quería tanto [rompe de nuevo a llorar y le dice al fotógrafo: “Voy a salir hecho un Cristo”]. Siento la sensación de lo afortunado que he sido, de los grandes momentos que he tenido en mi vida. Me lo he pasado muy bien jugando, compitiendo, me he divertido mucho, ha habido momentos de gloria y no sabes cómo me reconforta que mis padres, mis hermanos, que mucha gente lo haya podido vivir conmigo. Y de lo que más orgulloso estoy, si me preguntaras cuál ha sido mi mayor victoria, es de haber hecho del golf un deporte popular, así lo es hoy, pero en su momento estaba mal visto y rechazado por una gran parte de la sociedad.

    P. ¿Te han contado cuántos e-mails y cartas de ánimo se han recibido desde el pasado mes de octubre?
    R. Me dicen que en mi oficina hay miles.

    P. A día de hoy cerca de 300.000…
    R. Sí, he visto algunos y he contestado unos pocos. Algún día echaré un vistazo a esos mensajes, a los que pueda, porque ahora mismo vivo en un mundo… Es como si viviera un mal sueño ¿sabes? No consigo vivir la realidad, lo veo todo distinto, difuso; es difícil de explicar, pero sé que todo es cuestión de tiempo.

    P. En España la noticia fue una conmoción…
    R. No sé cómo podré devolver tanto cariño de gente aficionada o no al golf, gente que no conozco, me llega su ánimo. Me cuentan también que el teléfono no para de sonar, llaman todos mis compañeros: Chema Olazabal, que vino a verme al hospital [el nombre de Chema siempre le emociona], Sergio García, Manuel Piñero, todos... Sé también que el Rey se ha interesado por mi salud, que el Príncipe Felipe me dedicó un recuerdo en su discurso de los Premios Príncipe de Asturias, fue un detalle maravilloso. Periódicamente hay llamadas de Rafa Nadal, de Carmelo Ezpeleta, de Michael Robinson, de Carlos Sainz, de Angel Nieto,de Samaranch… Gracias, gracias.

    P. Pero tu figura trasciende a este país. En el Reino Unido eres, si cabe, mucho más. Allí te consideran su ídolo.
    R. Ellos siempre me han hecho sentir muy querido, muy querido [se viene abajo de nuevo…] Es el rincón del mundo donde más se entiende este deporte, de alguna manera allí empezó todo para mí, allí di el primer gran paso de mi carrera y también mi último paso deportivo. Es mi segunda casa y todo el mundo sabe que el Open Británico es mi torneo favorito. Fíjate sí lo llevo en mi memoria que mi hermano Baldomero me ha contado que, al despertar de la anestesia de la primera operación, dije entre sueños: “El Open Británico hay que ganarlo el sábado”, aunque parece ser que mis primera palabras fueron: “Yo siempre gano”.

    P. EE.UU. es tu otro lugar. Te leo algunos mensajes que llegan desde allí. Reconocerás las firmas. Bill y Hilary Clinton te dicen: “Sólo somos dos de entre miles y miles de seguidores americanos que estamos contigo”. Gary Player: “Eres un guerrero. Si peleas igual que en el campo, seguro que te recuperas”. Greg Norman: “Te conozco bien y si hay alguien capaz de salir de las dificultades ése eres tú”. Harrington: “Hace tiempo que debían haberte nombrado embajador de este deporte”. Tiger Woods dijo públicamente: “Para mí es seguramente el jugador con más imaginación que he visto”. La lista es interminable: Nicklaus, Watson Frank Nobilo… y miles de cartas anónimas.
    R. La afición de Estados Unidos siempre ha estado muy bien conmigo. Admiró mi juego. Valoraron mucho que yo era un creador de juego. Tengo grandes amigos allí. Nicklaus ha sido muy cariñoso y hace pocos días Ernie Els me ha mandado una botella de vino y este mensaje: “Para que brindes cuando te recuperes”.

    P. El grueso de los mensajes son de personas anónimas y hay algunos fantásticos que remiten personas que entienden muy bien por lo que estás pasando.
    R. Y no sabes cómo comprendo a los que están pasando dificultades, que están igual o peor que yo, a los discapacitados, a los que no pueden hablar o van en silla de ruedas. Les entiendo y les envío mi cariño y mi energía, y no quiero olvidar [vuelve a emocionarse] a mis sponsors, su fidelidad: Hugo Boss, Valle Romano, MD golf o Stihll. No sabes cómo se están portando conmigo.

    P. Llevas tres meses en casa y el campo de pares tres está casi terminado. ¿Has dado algún golpe?
    R. Sí, el otro día estuve aprochando.

    P. ¿Conservas el toque?
    R. Bueno, algo se ha perdido, pasa siempre, ¡cómo no se va a perder! Como te digo, estuve aprochando y haciendo unos putts. No lo hice mal, pero me sentí un poco extraño porque hacía más de cinco meses que no cogía un palo. Veía el hoyo algo difuso, como lo deben ver aquellos jugadores que tienen yips. No estuvo mal [sonríe].

    P. Hacer birdies ahora es lo de menos.
    R. Desde luego. Éste es el golpe más importante de mi vida. Estoy luchando para ganar mi sexto “grande”.

    http://www.marca.com/2009/03/31/golf/1238450882.html

    "Si se cree, y se trabaja, se puede". Palabra de Dios.

    Twitter: @14Tutto
Página 1 de 1 (2 elementos)

AVISO LEGAL - Esta web pertenece a la ASDH, sin relación directa alguna con la sociedad Club Atlético de Madrid SAD. El uso de cualquier marca propiedad de la última se hace de modo nominativo y en ningún caso con fines comerciales o de intento de confusión de marcas. Así mismo SDH no se responsabiliza de las opiniones de sus colaboradores, foristas, etc...

Ofrecido por Community Server (Non-Commercial Edition) Football Supporters International Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español Asóciate al Atlético Club de Socios a través de Señales