Mientras tanto Picu a lo suyo...
Gil Marín: el pecado de expresarse
Artículos de F. J. Díaz
F. J. Díaz | 09/09/2009
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La pasada semana el Atlético se convirtió en un polvorín: no hubo
fichajes, Heitinga se fue, García Pitarch encrespó los ánimos y Cerezo
le enseñó la puerta de salida... Demasiado para un equipo que se había
clasificado por segundo año consecutivo para la Champions y que tiene
en su plantilla a dos de los jugadores más deseados de todo el fútbol
mundial. Y todo ante un año muy bonito, con la visita del Chelsea o la
posibilidad de revancha con el Oporto. Por eso no me pareció mala idea
que saliera Gil Marín a la palestra. Habitualmente lo hace Cerezo, pero
entendí que el consejero delegado era una voz más que autorizada para
poner algo de cordura ante la situación vivida, pero el dirigente no es
muy partidario de hablar públicamente, por lo que a los dos nos pareció
una buena idea que mandara una carta abierta a los aficionados
rojiblancos. Que el Atlético no lo ha hecho bien en el mercado de
fichajes, es cierto, pero de ahí a que todo sea malo, media un abismo.
Los medios hemos criticado que Gil Marín no diera la cara en muchas
ocasiones y cuando lo ha hecho ya hemos visto lo que ha pasado. Sus
detractores comentan que la carta no dice nada nuevo, ¿entonces por qué
tanto revuelo? Gil Marín sólo quiso expresar sus sentimientos a su
afición y trasladarles una verdad a voces: que ahora es muy difícil
competir con Real Madrid o Barcelona. Si no dice nada, es un cobarde y
si habla claramente, un irresponsable. Desde 1992 sólo tres clubes que
no fueran Madrid o Barcelona han ganado una liga: Valencia (2),
Deportivo y el propio Atlético. El consejero delegado expuso también
que el club mejora año a año, pasos pequeños pero al frente y señaló
que ni él ni Cerezo quieren hipotecar la entidad con fichajes que no
pueden financiarse. ¿Cuál fue entonces su error? A lo mejor decírselo a
un medio que a veces le ha criticado, pero le ha tratado con respeto.
Justo el que algunos no lo han tenido con él por el solo hecho de
expresar sus ideas.