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heleAletica69
  - Se unió el 15-11-2007
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Re: Periódico Señales Nº 4 (incluye cómic)
Y muchas gracias a todos los foreros que con vuestra ayuda desinteresada habéis hecho posible este nuevo número de Señales. El artículo de opinión de Fran, la sección de Fiebre en las Gradas con un emocionante artículo de Panadero Díaz y el reportaje de portada por Chinasky, entre otros que ya son habituales.
Aquí os dejo íntegro el reportaje central, tal cual lo escribió Chinasky, que luego tuvimos que cortar un poco por necesidades de maqueta. No tiene desperdicio. Muchas gracias, de verdad.
Lo he editado tres veces pero no me respeta los párrafos. A ver si el administrador puede arreglarlo
Sobre la historia, los sueños y la triste realidad "Esta historia está basada en hechos reales…" y es cierto, no se asombren. ¿Acaso ya no recuerdan cuando el Aleti, nuestro Aleti, era un grande y ganaba títulos? Sí, recuérdenlo, tienen que acordarse, hubo un tiempo, antes de que la sombra oscura de los Gil nos atrapara,, hubo un tiempo en el que el Club Atlético de Madrid ganaba Ligas, Copas y paseaba por Europa de manera asidua y como un rival temible para todos sus rivales. Pero como suele ocurrir con todas las películas que empiezan con esa lapidaria frase, la realidad es que lo que viene detrás de esa frase suele ser un drama, una tragedia, un horror. Y eso es lo que actualmente sufrimos en nuestro Club a diario, un drama, una tragedia, un horror, un vodevil cutre que cada día se reescribe, aunque nunca se reinventa, con renglones cada vez más torcidos, esperpénticos y predecibles.
“…pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. Muy cierto también. La fotografía que podemos ver en portada nada tiene que ver con nuestra triste realidad de los últimos veinte años. Salvo un accidente en el que todos los astros se conjugaron para que nuestro Aleti se alzara con el histórico doblete, éxito que todos celebramos, claro está, pero al que luego nuestros actuales mandamases han sabido sacar una jugosa tajada durante muchos años, el resto ha sido todo mediocridad, deambular por la nada, pulular sin rumbo fijo, sin destino, sin patrón, ni de juego, ni de ningún otro tipo, sin planificación, sin objetivos acordes a nuestra historia, en una continua montaña rusa de mediocridad de la que nos resulta imposible bajar, que nos envuelve, y que no parece tener final y, lo que es más triste, que no nos lleva a ningún sitio. Pero vayamos por partes y situemos todo en su justo contexto. El Club Atlético de Madrid, antes de que dejara de ser de sus socios y pasara a ser una Sociedad Anónima Deportiva era un Club grande, como se suele decir, un Club Histórico, que tenía un estilo propio, una manera de hacer las cosas, una idiosincrasia muy particular de la que todos nosotros nos enamoramos. Ser del Aleti no es ser de un equipo de fútbol, es una forma de vida, o mejor dicho, una forma de entender la vida. ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Muchas, y resulta bonito escucharlo, incluso sentirlo como nuestro, pero la realidad es que esa frase nos ha envuelto, nos ha devorado y ha transformado su esencia y significado en algo que nada tiene que ver con lo que un día nos hizo que nos enamoráramos de esas siete rayas rojas y blancas.
Somos diferentes, somos así, no nos importa ganar títulos, nosotros seguimos a nuestro equipo hasta la muerte, gane o pierda, y aunque en los últimos tiempos el “pierda” se haya convertido en la tónica habitual, no nos importa, el próximo domingo animaremos más fuerte y ya está. Pero eso no es cierto, porque nosotros no éramos así. Y ustedes lo saben también como yo. Sí es cierto que éramos y somos fieles, que no somos seguidores de un equipo de moda, o que no nos hicimos de nuestro equipo porque fuera el que más títulos ganara, a cualquier precio. No, nosotros no buscamos la victoria a cualquier precio, de cualquier manera, no sólo nos importa ganar, pero sí es cierto que nosotros siempre hemos buscado la victoria, por encima de todo, y siempre que hemos salido a un campo, a disputar un título ha sido para ganar. Pero además sabíamos ser críticos cuando había que serlo y exigir siempre estar a la altura de nuestra centenaria historia, protestando por no disputar un título, mostrando nuestro disgusto si no luchábamos codo con codo con los dos primeros, exigiendo, ¿recuerdan? Porque hace ya tanto tiempo de eso, hace ya tanto que equipos de un nivel muy inferior, tanto en historia como en afición nos superaron.
Sí, hace ya mucho que el Aleti ha pasado a ser un equipo más de mitad de tabla para arriba. Hace ya mucho que no jugamos una final. Hace ya mucho que no disputamos un título y que cuando una temporada nueva comienza, salvo los cuatro vende humos de los medios de comunicación, que algo tienen que vender, todos sabemos en el fondo de nuestro corazón que este año tampoco vamos a luchar por disputar nada. Pero si no lo pensáramos así, si todavía siguiéramos siendo unos ingenuos dispuestos a creer, nuestros dirigentes, nuestros jugadores y entrenadores, contratados todos por los que rigen actualmente nuestros destinos, y nuestra triste realidad, se encarga de decirnos que no, que este año tampoco vamos a luchar por ganar nada. Y fíjense en lo que estoy diciendo, no hablo de tener que ganar todos los años algo, simplemente hablo de salir con opciones de luchar por ganar algo. Y seamos sinceros con nosotros mismos, hace ya muchos años que no luchamos por ganar nada. Si esto fuera tan solo una terrible pesadilla les diría, ¡¡¡DESPIERTEN!!!, por favor, ¡¡¡DESPIERTEN!!!, pero tristemente no es una pesadilla, es nuestra amarga realidad, por lo que sólo me queda decirles una vez más ¡¡¡DESPIERTEN!!!
Sí, despierten, despertemos todos de una vez, nuestra realidad es la que es y ya nos hemos olvidado de los títulos, de las copas y de levantar trofeos, pero lo que es más triste, ya nos hemos olvidado de soñar con luchar por hacerlo. A esto es a lo que nos ha conducido una pésima gestión deportiva e institucional durante los últimos años. Vivimos adormecidos, en extraño estado que nos hace imposible luchar y recordar. Vivimos felices en nuestra propia tragedia. Hemos pasado de ser un equipo grande, un equipo histórico y temible en todos los campos a los que acudíamos, a ser una tragicómica comparsa, a ser el bufón que anima la fiesta y que todos necesitan y del que se alimentan. En el actual panorama futbolístico/comercial somos necesarios. Si no existiéramos intentarían inventarnos. Les venimos bien a todos, a los medios de comunicación que nos utilizan constantemente, sabedores de que pese a todo hay una gran masa social detrás que compra, por lo que para qué denunciarlo, más allá de otras prebendas y favores. A los colectivos y estamentos, porque nos guste o no, somos unos perfectos animadores del cotarro. E incluso a nuestros enemigos, que han dejado de mirarnos a los ojos con respeto y temor, para mirarnos con condescendencia, que es de la peor manera que te pueden mirar. Y si no se lo quieren creer sólo tienen que pensar lo que sienten cuando hablan con un aficionado del equipo rival en cualquier bar. Lo que sintieron los últimos diez años y sienten cada vez que nos enfrentamos con ellos. Lo que sienten cuando los árbitros vienen a nuestro estadio y nos pitan como si fuéramos un equipo pequeño. Lo que sienten cuando los Comités de la UEFA nos tratan de manera absolutamente abusiva y nos utilizan para dar ejemplo. Lo que sienten cuando vuelven a casa tras una derrota inesperada y con las esperanzas una vez más rotas. Eso es lo que somos actualmente, y eso es lo que queda de lo que fuimos… NADA. Y sabiendo lo que somos, y lo que fuimos y comprobando que efectivamente cualquier parecido es pura coincidencia, y sabiendo que por este equipo han pasado en los últimos años cientos de jugadores, decenas de entrenadores, con sus decenas de estilos de juego y nada ha cambiado, pregúntense qué es lo único que ha permanecido inamovible durante todo este tiempo y qué o quiénes son los que han contratado y traído a todos esos entrenadores y a todos esos jugadores, quiénes han decidido echarlos en el peor momento, quiénes se han beneficiado con ello y quiénes nos han conducido a esta situación. Pregúntenselo y seguro que cuando se respondan, como ya he hecho yo, llegarán a la misma conclusión que yo y sabrá que la respuesta sólo puede ser una. Ni siquiera va a ser necesario que yo se la dé. Y conociendo la respuesta ya sólo queda buscar la solución. Difícil, ¿verdad? Sí, lamentablemente es difícil, porque aunque la solución se le ocurriría a un niño de primaria, e incluso un alienígena que de repente llegara a la tierra y que sin saber nada de nosotros y nuestro problema, tras darle los datos y una vez analizada la situación diría: “pues está claro lo que sobra, que se vaya el único parámetro que se ha mantenido constante en este caos sin sentido”, el problema es ¿CÓMO?
Como ya he comentado antes el Club era nuestro, de los socios, pero ahora resulta que no, que tras ponerle detrás las siglas S.A.D, o lo que es lo mismo, Sociedad Anónima Deportiva, el Club ya no es nuestro y según parece también, nada se puede hacer. Ahora resulta que todos nuestros sentimientos y nuestra historia ya no nos pertenecen. Según parece pertenece a unos señores que, según sentencia del Tribunal Supremo, se apropiaron del Club de manera indebida, y no lo digo yo, lo dice el Tribunal Supremo, y que simplemente se libraron porque la Justicia es lenta y el delito había prescrito tal y como figura en dicha sentencia (http://galeon.com/vda/sentencia.pdf). Pero que nos guste o no son ahora los dueños de nuestros sentimientos, nuestros sueños y nuestras ilusiones y pueden decidir si nos echan de nuestra casa y derriban nuestra historia, como quieren hacer con nuestro querido estadio para beneficio de no sé sabe quién, pero desde luego no el nuestro, o si debemos ser un equipo mediocre como el que somos ahora. Sí, por desgracia, estamos sujetos a su capricho.
Legalmente puede que sea así, pero no nos engañemos, el ALETI SOMOS NOSOTROS, somos los que vamos cada domingo al Calderón. Somos los que sufrimos horas de viaje para seguir a nuestro equipo allá donde juegue. Somos los que esperamos una cola para subir a un avión en el mejor de los casos, o a un autocar, mientras que ellos pasan a clase VIP mirándonos por el encima del hombro. Somos los que caemos destrozados en una grada de Oporto, rotos por el dolor, viendo como nuestro equipo tira nuevamente a la basura una nueva cita con la historia. Somos los que lloramos en Oviedo cuando estos mismos señores nos llevaron a Segunda en la que fue nuestra mayor vergüenza de nuestra historia. Somos los que volvimos a llorar en Getafe cuando no fueron capaces de devolvernos al lugar que nunca debimos dejar. Efectivamente SOMOS NOSOTROS. Y sólo podemos hacer una cosa que es animar a nuestro equipo y seguirle hasta la muerte, sí, pero exigir victorias, como siempre lo hemos hecho, recuperar nuestro orgullo perdido y exigir a los que ahora gobiernan nuestros destinos que hagan las cosas de una vez bien, y como eso está más que demostrado que es imposible y que el daño ya no se puede reparar, que se marchen de una vez y podemos hacerlo mostrando nuestro descontento partido tras partido. Como dice la canción, pasan los jugadores, pasan los entrenadores, ojala pasen las directivas y lo que queda siempre es el Club, la camiseta, las siete rayas rojas y blancas y el escudo del Aleti grabado en el corazón. Eso nadie nos lo podrá quitar. Es nuestra obligación luchar porque sea así y por lo que es nuestro.
Por favor, y más hoy que celebramos un año más de nuestra centenaria historia, ¡¡¡DESPIERTEN!!! y exijan que el Atlético de Madrid, nuestro Aleti, vuelva a ser lo que nunca debió dejar de ser, un equipo grande, temido y respetado, que consiga que podamos volver a estar orgullos de nuestro escudo y nuestra camiseta.
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