Me gusta el fútbol. Sobretodo el buen fútbol. Reconozco el temporadón que se ha marcado el far$a. Ver a siete canteranos jugando como los ángeles es una delicia. Pero no puedo evitar, cuando discuto con estos aprendices de vikingos (los culés, claro), que a pesar de tener una filosofía de juego, unas señas de identidad, buen juego, titulos, etc.. nosotros tenemos algo que ellos, y todos los demás adolecen. No sé lo que es. No sé como definirlo. Pero sé que es nuestro, único e intransferible. Es como saber que eres el bueno de la película aunque al final no te quedes con la chica. Como el que se presenta culpable, aún siendo inocente. Como W. Mannig en " Sin Perdón".
No sé vosotros, pero para mí ser atlético es saber que tengo la razón y los demás están equivocados. Es estar orgulloso de ser diferente al resto. Es no cambiarme por ninguno de ellos, aunque me prometan todo el dinero del mundo, o incluso ser Dios. No sé lo que es, ni sé definirlo, ni describirlo mejor, pero ser atlético es lo mejor (familia mediante) que me ha pasado.
Por eso, digo a los culés, vikingos y demás fauna:
QUE OS DEN! Ni con mil tripletes podreís sentir lo que yo siento.
Saludos.
" Soy una vía sin tren. Una monja en un burdel. Una botella vacía. ".