Historias de (Solo)Basket: ¡El Atlético de Madrid de Jesús Gil llega a la ACB! (incluye entrevista con Tim Shea)
Jesús Gil conversa con Tim Shea (foto cedida por Tim Shea)
Vuelven
las historias de (Solo)Basket para rememorar la incursión del inefable
Don Jesús Gil y Gil (q.e.p.d.) en el baloncesto ACB. Incluimos una
entrevista con Tim Shea, técnico de aquel proyecto, que nos habla sobre
aquella etapa de su carrera profesional.
Jesús
Gil y Gil (1933-2004) irrumpió en el mundo del deporte como un elefante
en una cacharrería. Llegó a la presidencia del Atlético de Madrid en
1987 y, muy pronto, su forma de ser, su locuacidad y sus grandes
fichajes le hicieron ser centro de atención mediático. En sus primeros
años de presidencia, Jesús Gil quiso expandir el imperio atlético a un deporte que estaba viviendo un momento dulce en España, el baloncesto.
El Atlético de Madrid ya tuvo durante su dilatada historia varios
proyectos baloncestísticos, pero ninguno había cuajado. La última
incursión rojiblanca en el baloncesto logró el ascenso a la ACB desde
1º B en la temporada 83-84: sin embargo, la delicada situación del club
se cobró como víctima a la sección de baloncesto.
El primer intento de Jesús Gil para introducir a su Atlético de Madrid en la elite del baloncesto nacional se produjo en 1989. La entidad rojiblanca compró la plaza del CB Oviedo de Primera División (la
categoría de plata del baloncesto nacional en aquellos momentos) y se
confeccionó una plantilla, en la que destacaban jugadores nacionales de
contrastada calidad como Paco Velasco o Quino Salvo, que pudiera optar
por el ascenso a la ACB. Sin embargo, la temporada fue un auténtico desastre y el Atlético de Madrid descendió a 2º División.
Tras este primer fiasco, en el verano de 1990 llegó una oportunidad de oro para Jesús Gil. El CB Collado Villalba,
un equipo de la zona media-baja de la tabla en la ACB, había perdido a
su patrocinador (el BBV) y se encontraba al borde de la desaparición.
El Atlético entabló negociaciones con las instituciones locales y el
club y logró su anhelado objetivo: se fusionaban ambos clubes y nacía el Atlético de Madrid-Villalba,
nuevo equipo ACB para la temporada 1990-91. La características
camisetas rojiblancas, combinadas con pantalones azules, desembarcaban
en la elite del baloncesto nacional.
Shelton Jones tratando de parar a Ramón Rivas
Para afrontar la temporada 1990-91, el proyecto Atlético de Madrid-Villalba optó por
Clifford Luyk para ocupar el puesto de
entrenador y por mantener la
estructura de jugadores nacionales de la plantilla; así, continuaban en el club los bases
Carlos Gil (1.85, 22-2-1968) y
Quique Ruiz Paz (1.83, 30-1-1967), los exteriores
Javier Gorroño (1.94, 9-7-1968),
Andrés Valdivieso (2.03, 19-12-1967) y
Luis Barroso (1.93, 9-1-1971), y los pívots
Antón Soler (2.05, 30-3-1966) y
Ion Imanol Rementeria (2.02, 29-2-1964). A este grupo se le añadió, como único fichaje nacional destacable,
Javier García Coll (1.93, 20-5-1964), ex de Estudiantes, donde era conocido como
“La Rata” por la Demencia, y que, posteriormente, lograría la Liga Europea con el Real Madrid de Arlauckas y Sabonis.
La verdadera bomba llegaría con el anuncio de los jugadores que ocuparían las plazas de extranjero y que serían presentados a bombo y platillo en el Estadio Vicente Calderón. Los elegidos iban a ser Shelton Jones (2.06, 6-4-1966) y Walter Berry (2.05,
14-5-1964); 2 jugadores de un caché muy elevado (se habló, en su
momento, que Berry iba a cobrar en torno a los 180 millones de las
antiguas pesetas, mientras que Jones se quedaría en 120 millones) y con
un historial más que destacable.
Shelton Jones era un jugador formado en la Universidad de St. John´s (por lo tanto, pupilo del mítico Lou Carnesseca) que había promediado en su última año en la NCAA (temporada 1987-88) 18.6 puntos y 8.8 rebotes, lo que le valió ser elegido el puesto 27 (2º ronda) del draft de 1988. Sin embargo, no cuajó en la NBA. Pasó por 3 equipos en su año rookie y acabaría jugando en la CBA. Tuvo su cuarto de hora de gloria en el Concurso de Mates de la All-Star de 1989, donde ocupó la 4º plaza.
Era un jugador muy atlético, un saltarín, pero no exento de talento, un
hombre dotado para el juego, cuya mala cabeza impidió tener una carrera
mñas exitosa.
Walter Berry, portada de Sports Ilustrated en su època universitaria
Walter Berry era otra ex estrella de
St. John´s,
más aún, se le puede considerar una auténtica leyenda del baloncesto
universitario. Su última campaña universitaria (la 1985-86, donde
promedió
23 puntos, 11.1 rebotes y 2.1 tapones por encuentro), le hizo ser merecedor de los prestigiosos
Premios
Adolph Rupp, John R. Wooden y Oscar Robertson, sería elegido en el 1º
equipo All American y fue también elegido mejor jugador de la Big East
Conference. Su clase y calidad ofensiva, su gran envergadura,
que le permitía recoger un buen número de rebotes y, sobre todo, un
talento descomunal para el baloncesto le llevaron a ser seleccionado
por los Blazers en el puesto
14º del draft de 1986.
En la franquicia de Oregón coincidiría con el malogrado Fernando Martín,
sufriendo, como el ala-pívot español, el conservadurismo de Mike
Schuler, que apenas le dio oportunidades para demostrar su calidad.
Para su suerte, fue traspasado a los Spurs a cambio del pivot Kevin Duckworth (q.e.p.d.). En la franquicia texana lograría demostrar su valía, promediando 15.3 y 16.2 puntos de medias en las 2 temporadas que
disputaría con la camiseta de los Spurs. Luego, tras varios problemas
extradeportivos, llegaría su paso por los Nets y otro fugaz por los
Rockets, contando en ambas franquicias con menos minutos de juego que
las ganadas a pulso en los Spurs. Ahí comenzaría el principio del fin
de la carrera en la NBA de Walter Berry. En la temporada 1989-90,
harto de no lograr una posición estable donde poder desplegar su juego
con la continuidad necesaria y tras ser marcado por la franquicia como
jugador “conflictivo”, daría el salto al pallacanestro italiano,
fichando por el Paini Napoli, donde promediaría 19.2 puntos y 7.7 rebotes.
Walter Berry no empezaría la temporada ACB por sufrir una leve lesión, lo que sería aprovechado por Shelton Jones para lucirse. En los 3 partidos en los que faltó Berry, Jones promediaría 33.3 puntos y 11.6 rebotes; eso sí, se lanzaría hasta las zapatillas (nada menos que ¡94 tiros de campo! realizados por el estadounidense en esos 3 primeros partidos) para lograr esos números. Por fin, en la 4º jornada, se daría el estreno de Berry en la ACB.
Y Walter Berry ofrecería una de las exhibiciones ofensivas más
espectaculares de la historia de la Liga ACB. Su equipo perdería por
98-107 ante el Real Madrid, pero el neoyorkino se iría con una
facilidad pasmosa hasta los 52 puntos (24 de 38 en tiros de 2 y 4 de 6 en los tiros libres, además de un triple fallado), a los que añadiría 15 rebotes, que dispararía su valoración hasta los 56 puntos (Nota: sobre esta soberbia actuación, consúltese el fantástico artículo de Javier Ortiz publicado en la Web de la ACB).
Exhibiciones de este estilo se repitieron a lo largo de toda aquella temporada, hasta acabar siendo el máximo anotador de la liga con un promedio superior a los 33.4 puntos por encuentro, media nunca jamás superada (además, hay que añadir que sumó más de 11 rebotes
recogidos por encuentro). En la cancha parecía un hombre frío e
indolente, pero cuando este alero zurdo de más de 2 metros de estatura
cogía la pelota y decidía anotar, eran dos puntos seguros. Su tiro de
media distancia era bastante eficaz, pero era especialmente indefendible en el 1 contra 1
e imparable en las cercanías del aro. Sus movimientos parecían
aparentemente lentos, pero es que prácticamente parecía deslizarse por
la pista, con una elegancia pocas veces vista en una cancha española.
Lástima que, tras esta temporada, no volviésemos a disfrutar de Walter
Berry en la ACB.
La eclosión de Berry coincidió con el bajón en el rendimiento de su compañero Jones.
Shelton Jones no se adaptó a ser el 2º espada del equipo y sus números
fueron progresivamente disminuyendo. Además su actitud dentro y fuera
de la cancha no era el exigible a un profesional, por lo que fue cortado y sustituido por Howard Wright
(2.04, 20-12-1967), un pívot mucho más gris que Jones, pero un jugador
ideal para hacer el trabajo sucio, dejando los puntos para Berry. Antes
de ser sustituido por Wright, Jones dejó su impronta en el All-Star de
la ACB, venciendo en el Concurso de Mates.
Durante la temporada también se daría un cambio en el banquillo. Los resultados no eran los apetecidos y Cliford Luyk dejaría su puesto a Tim Shea. Con el norteamericano en el banquillo, el Atlético de Madrid-Villalba remontaría el vuelo, acabando la fase regular en con 17 victorias y 17 derrotas,
clasificándose para el Playoff por el Título y logrando el pasaporte
para disputar la Copa Korac el curso siguiente. En el Playoff por el
Título se desharían de Valvi Girona en 1/8-s de final, cayendo ante el
Montigalá Joventut, equipo que se llevaría el título de la ACB en
aquella temporada, en ¼ -s de final.
El proyecto Atlético de Madrid-Villalba, que había dado unos resultados moderadamente buenos, quedaría finiquitado en el periodo estival de aquel 1991.
Tras un rifi-rafe entre el Ayuntamiento de Villalba y Jesús Gil, la
unión entre el CB Collado Villalba y el Atlético de Madrid se
disolvería. La siguiente temporada, el CB Collado Villalba, que
contaría con otro cañonero de leyenda (Henry Turner), salvaría la
categoría en un agónico Playoff por la permanencia ganado al Gran
Canaria por 3-2. Sin embargo, las penurias económicas del club de la
Comunidad de Madrid le obligaron a renunciar a su plaza en la ACB.
Tim Shea con Luis Rodríguez, GM del Atlético de Madrid-Villalba (foto cedida por Tim Shea)
Desde
Solobasket contactamos con Tim Shea,
al que podemos considerar un integrante más de nuestra familia. Tim nos
ofrece una visión en primera persona de aquella temporada:
¿Cómo fue su llegada al Atlético de Madrid?
A finales de Octubre 1990 era Head Coach en FC Benfica. Durante
mis dos años como entrenador fuimos campeones nacionales. Estando en
Lisboa recibí la llamada de un agente americano con la propuesta de
Atlético de Madrid (oferta que había rechazado George Karl). Se trataba
de sustituir a Clifford Luyk. Al día siguiente fue el propio
presidente, Jesús Gil (que descanse en paz), quién me llamó: "Hola Tim
Shiiii...soy Jesús Gil, sabes quién?" Respondí que claro que lo sabía.
Continuó diciendo…"me han dicho que eres un Entrenador con un par", y
dije "ah... ah... sí…" Entonces me explicó la situación y me preguntó
si podríamos encontrarnos cuanto antes en Madrid. El equipo estaba
penúltimo y las "estrellas" con problemas. Finalmente firmamos el
contrato en el Club Financiero con muchos, pero muchos periodistas
presentes.
¿Cómo fue su experiencia personal con Jesús Gil? ¿Él y su entorno le hicieron fácil su trabajo o le condicionaron?
En una palabra... fácil. Quise tratar con él directamente desde
el primer momento y conseguí tener una relación abierta y clara,
únicamente exigí que las críticas, si las hubiese, no me llegaran a
través de los medios. Su "entorno" en baloncesto consistía en una
figura esencial: Luis Rodríguez, el General Manager. Jesús admitía no
entender NADA de basket, pero sí quería que se reflejase la gran
inversión hecha en Walter Berry ... el hombre del Millón de Dólares.
Ganamos muchos partidos consecutivos y remontamos la clasificación
hasta el 7º puesto de la liga ACB clasificándonos para la Copa Korac.
Sin problemas del club hacia mi o de mi al club, siempre con Luis
Rodríguez de puente eficaz entre ambos.
Recuerdo una vez durante los playoffs (contra Girona de
Ivanovic, el jugador estrella, con Alfred Julbe de entrenador) el
presidente Gil vino al vestuario durante la charla pre-partido para
servir de inspiración ... para no parar de hablar y tal y tal y tal...
.Finalmente nos quedaban sólo 15 minutos para calentar y empezamos
realmente mal; aún así ganamos el partido y la serie… La temporada fue
un gran éxito, Jesús me regaló un Rolex con inscripcion y dos años más
de contrato...pero La Comunidad de Madrid desbancó a Gil de la
presidencia y yo a la calle. Fue el principio del fin de Villalba como
club. Todavía conservo el Rolex con su dedicatoria...
Tuvo en su equipo a uno de los mejores anotadores que han
pasado por la ACB, Walter Berry. ¿Cómo era, tanto como jugador como
persona? ¿Era un hombre fácil de entrenar o de carácter complicado?
Walter, como Andre Turner, no era un jugador … era un artista.
Desde el Bronx, Walter había perfeccionado un juego muy, muy difícil de
parar e imposible de defender uno contra uno; si era capaz de llegar a
la zona era canasta segura, con unos movimientos que, hasta hoy día, no
han sido vistos en ninguna otra parte. Un reverso de malabarista dejaba
a todos con la boca abierta. No era un gran tirador pero entendía de
espacios y adversarios perfectamente.
Como persona era dócil y amable. Con Walter y con la ayuda de
Luis Rodríguez aprendí a usar mi "left hand". Walter no era el mejor en
el trabajo diario. Mientras Walter ganaba su confianza en mi, mejoraba
su rendimiento diario ... Era tranquilo, respetuoso y atento con las
personas de su alrededor. Amaba su Rolex lleno de diamantes, hasta que
lo que dificultaba ver la hora, y en cada entrenamiento, el mismo
ritual: una vez en la cancha se quitaba el reloj con cuidado, lo
colocaba dentro de una pequeño bolsa-joyero y me lo entregaba para su
cuidado. Por muchos detalles, Walter, hacía que me sintiese como en me
barrio.
Los esquemas de juego en ataque empezaban y acaba en Berry, ¿no quedaría otra opción?
Mandaba Kiki Ruiz Paz ... esto era lo que Walter esperaba.
Walter y Kiki eran casi perfectos. Kiki siempre imponía el ritmo y
orden, era un gran base... un hombre de carácter. Era el corazón del
equipo … y yo siempre quedaba sorprendido de lo bien que leía los
partidos. Lo bueno de este equipo era su defensa y su carácter.
Walter no era un buen defensor en uno contra uno pero si muy listo
y ágil en la defensa de ayudas. Nuestra "firma", nuestra arma secreta,
era ¡Carlos Gil! Walter y Carlos tenían "su jugada" favorita y decisiva
al final de los partidos apretados. Walter con el balón penetrando o en
el post bajo, forzando una defensa dos contra uno interior y sacando el
balón a Carlos para el tiro decisivo. Al final, Walter ganaba el
partido con asistencias. Carlos era un gran tirador. Por lo menos de 3
a 5 partidos se ganaron con este Modus Operandi.
Otro jugador espectacular, como Shelton Jones, empezó la
temporada haciendo pareja con Berry. Pronto se vio la necesidad de
buscar a un hombre de perfil más bajo, ya que Jones y Berry eran dos
jugadores de parecidas características. Así se fichó a un discreto
trabajador como Howard Wright. Tuvo que ser una decisión difícil, pero
acertada, ¿no es así? Además, parece que también tuvo que ver en la
decisión la agitada vida nocturna de Jones: ¿es cierto?
Shelton fue compañero de Walter en St. John´s durante tres años.
Eran las estrellas. Shelton tenía envidia de Walter y persistía
intentando imitarle. Esto se convirtió en un problema durante los
partidos.
Un ejemplo: Walter hacía una buena jugada, tal vez una
espectacular, entonces Shelton al tratar de hacer exactamente igual se
salía del guión por su propio afán de imitación. La gota que colmó el
vaso fue cuando en un entrenamiento, una mañana muy muy fría de
Villalba, Shelton se negó a entrenar, pues había olvidado sus gafas de
protección habituales. El problema es que tan sólo era una práctica de
tiro (no contact) y las gafas no eran necesarias. La situación se
volvió absurda hasta el punto de que en una reunión en el Club
Financiero fue literalmente "mandado a la mierda" ... así de simple y
así de directo... Jesús esperaba un Shelton arrepentido y
cooperativo... pero ... Shelton, siempre muy inmaduro, respondía a
Jesús inmediatamente ¡mandándole a la mierda también! Yo, estupefacto,
sobre todo porque Shelton era un buen chaval, y en apenas dos segundos
fue despedido.
Era obvio que Shelton no era feliz allí y tras esto tampoco lo
estaba Jesús... Shelton fuera… y esa misma tarde comenzamos a buscar un
sustituto. Tuvimos la suerte de encontrar a Howard Wright, que era
grande, fuerte, honesto, sincero y un duro, duro trabajador. Llegaba
temprano y era el último en irse de los entrenamientos, lo que supuso
un efecto contagioso para el equipo haciéndonos aún mejores y más
sólidos.
Para acabar le pediría una reflexión final sobre los
recuerdos que tiene de aquella temporada, sobre aquel grupo humano que
integraba el Atlético de Madrid-VIllalba:
Era un vestuario tenso al principio. Nervios y tal y tal.
Uno por uno:
Carlos Gil: "alegre y gran tirador".
Kiki Ruiz Paz: "el corazón y el cerebro"
Javier Garcia Coll: "portavoz y espiritú ".
Ion Rementeria: "trabajador , honrado y profesional".
Anton Soler: "gran catalán y poder y gran persona".
Andrés Valdivieso: " el más verde y gran atleta".
Walter Berry: "Million Dolar Man, la estrella".
Shelton Jones: "atleta impresionante, espectáculo".
Howard Wright: "el pilar" .
Javier Gorroño: "momentos inspirados"
Javier, el asistente: "educado y muy correcto".
Luis Rodríguez: "el puente a Jesús, fundamental en el éxito"
Jesús Gil: “El presidente-personaje”
Y yo: “...muy afortunado de haber estado con todos. Una
temporada inolvidable. Espero que todos ellos y sus familias estén
bien. Gracias and thanks for the memories".
Gracias Tim por tu tiempo y tu amabilidad.
http://www.solobasket.com/contenidos/historias/solobasket/atletico/madrid/jesus/gil/llega/acb/incluye/entrevista/tim/shea/c-21510.html