¡Ay! El Pobre Porterete Palentino. Perfecta metáfora del Atleti de Gil Marín: el necio saco de los golpes de una afición a la que otros, no el PPP, llevan dando intensamente por el culo dos décadas y media. Y tal, y tal y tal y tal... Ahora se va el infeliz, más gordo y con más cicatrices en las rodillas y todo es alegría y alborozo. Y mientras, los otros, meándose en la afición y en el escudo, y brindando en las Islas Caimán. Llegó en 2009 por 5 millones de euros + el traspaso con opción de recompra de 1 millón más de Diego Costa, tras la salida de dos "ases" como Jubileta Coupet y Leonardito "Tembleque" Franco. Llegó aquel porterete gordo, malo y cabrón a quitarle el sitio a tres prometedores porteros del Atleti que tenían entonces 19 años, De Gea, Roberto y Joel. Con el tiempo, el porterete gordo y rencoroso ha seguido ahí, en plan inversión de despiste, asumida, en parte, por el nuevo cooperador necesario, un portugués de altos vuelos que ofrece mucho negocio concomitante (véase La Finca, por ejemplo) y un negoción directo (mover futbolistas de aquí pallá dejando un reguerito de ingresos no fiscalizables) con unos socios ingleses que saben mucho de esto. Con el tiempo, los otros se lo han ido llevando por los tres prometedores porteros del Atleti, dos en Inglaterra y el tercero, parece, en Grecia (o vaya usted a preguntar a Valdeolivas), mientras el Atleti juega con un porterazo que no es suyo ni lo será nunca. ¡Ay! Asenjo, cabrón, lo malo y lo jodío que eres. ¡Gordaco! ¡Hijopvta!
Brindo con vosotros por esta "nueva operación", pero disculpadme si me pongo tapones en los oídos: me hacen daño las risotadas de Miguel Ángel, Enrique, Mariángeles, Míriam, Oscar y compañía.