He visto el partido como si de una final Madrí-Atleti se tratase. Los rojiblancos esta vez iban de rojo. Ilusión y temor a lo largo de más de 120 minutos y nervios, angustia y alegría final con la tanda de penaltis. Festejo con los amigos y una preocupación ¿ha cambiado la historia? Ojeo y hojeo alguno de mis libros y la historia sigue siendo la misma, aunque a partir de hoy hay que añadir un nuevo capítulo victorioso. La Historia no la cambia un resultado, como los penaltis no son una lotería, ni el portero está debajo de los palos, ni los árbitros cumplen con su obligación, ni los méritos son suficiente para ganar, ni el resultado de un partido siempre es justo, ni en el deporte debe existir la palabra venganza. Hemos ganado a pesar del árbitraje, porque nuestros lanzadores han sido mejores que los rivales y nuestro portero ha estado más acertado que el suyo y además, esta vez, hemos hecho más méritos que el adversario y el resultado ha premiado al mejor y se ha aprovechado una ocasión de revancha o desquite, que casi siempre el deporte ofrece antes o después.
¡Viva Luis Aragonés y vivan sus jugadores! ¡Gracias, muchas gracias a todos ellos! Y ahora a por Rusia, difícil rival para alcanzar el último partido de la Eurocopa.