Tanto me aburría ante la impotencia del Aleti para hilvanar un mísero amago de jugada, que en cuanto el auxiliar sacó el cartel con el tiempo añadido, me piré, para no encontrar atasco en el Metro. O sea, que me perdí lo único que mereció la pena del partido, junto a la labor de Domínguez y la jugada de Reyes, comentada por Metropolitano.
Es imposible jugar peor al fútbol. Tan asumido tienen su destino, que ya ni intentan sacar un balón jugado. Todo melonazos; desde atrás, desde el medio, desde cualquier lado, vamos. Y encima, ahora, arriba, nadie. Porque Forlán es como si no estuviera. No es sólo que no dé una a derechas, es que además anda arrastrado. Por cierto, alguien ha dicho por ahí que el senegalés aportó juego de espaldas, suponiendo que en el Aleti no lo hay normalmente. Es que no ha debido fijarse en Agüero, el auténtico cazador de ovnis de la Liga.
Cómo no, apartado para el palentino. Su actuación en el primer gol es lamentable. Voy, pero no voy, aunque tampoco vuelvo, y !zas!, balón a cámara lenta por el centro de la puerta hasta la red. Alguien ha comentado que Palop hizo algo parecido y que en Sevilla no lo van a matar, porque una salida en falso la tiene cualquier portero. Una, y dos, y hasta tres, y hasta cuatro, se pueden tolerar, pero una al menos cada día, y ya van muchos, no. Este tío es un PUFO.
Con todo, tres estupendos puntos. Por lo que representan para nosotros y por lo que, su pérdida, representa para el superequipo de Del Nido. Menos mal que tenía la mejor plantilla de España, según él. Después del Español, el peor equipo que ha pasado por el Calderón. Y mención especial para el portentoso Negredo, al que piensa revender al Madrid por no sé cuantísimos millones. ¡Hala, a mamarla!
Por cierto, cómo me alegro de que haya abortado la operación italiana. Tenía una pinta lamentable. ¡Que lo más urgente es un lateral derecho, señores! Los dos izquierdos son malos, sí, pero es que derecho no tenemos siquiera, ¡coño!