Europa League | Atlético de Madrid
Quiso reconciliarse con los hinchas dejando pasar a más de un centenar.
Sandra del Estal | 02/11/2011
Quiso reconciliarse con los hinchas dejando pasar a más de un centenar.
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Parecía un día más de entrenamiento del Atlético en el Cerro del Espino, pero al filo de las 12 del mediodía Manzano decidió romper la rutina. El técnico, ante la afluencia de público que ayer, por ser día festivo, se había acercado a Majadahonda, decidió por cuenta propia abrir las puertas de la sesión. De esta manera, más de 100 aficionados pudieron ver desde una banda del campo de entrenamiento el trabajo de los colchoneros.
Normalmente, los hinchas rojiblancos que van al Cerro del Espino (pocos en los días laborables y en un número más significativo en los festivos) se colocan detrás de la verja del recinto para ver el trabajo del equipo. Sin embargo ayer ante la sorpresa de todos, los propios seguidores los primeros, el jiennense les dejó acceder para verlo a pie de césped y ellos, de forma muy ordenada, se fueron colocando a lo largo de una de las bandas del terreno de juego. Fue incluso el propio entrenador el que ayudó a los aficionados a colocarse.
Con esta iniciativa, única en el Atlético, Manzano quizá buscaba una manera de reconciliarse con la afición rojiblanca. A pesar de la victoria ante el Zaragoza (3-1) del pasado domingo, la grada del Calderón le criticó abiertamente. De esta manera, se escucharon gritos en su contra y se corearon a los sustitutos que la hinchada querría ver sentada en el banquillo atlético. Motivación aparte no hay que subestimar el buen gesto de Manzano, que fue agradecido por unos seguidores que pudieron ver a sus ídolos a escasos metros de distancia y no tras verjas, vallas o cristales tintados de todoterrenos o deportivos.
Sin duda alguna, los que más disfrutaron de esta jornada festiva en Majadahonda fueron los más pequeños. La mañana sin colegio se convirtió en un día especial a tenor de las caras de asombro y admiración de los niños. Entre la timidez y el desconcierto, los chavales se acercaban a los jugadores para pedirles una foto, una firma en la camiseta o un simple choque de manos. Los futbolistas estuvieron en todo momento dispuestos a complacerlos y religiosamente fueron pasando por la fila de aficionados. Los más solicitados fueron los nuevos ídolos de la hinchada: Falcao, Diego, Arda Pero los pequeños rojiblancos tampoco se olvidaron de otros jugadores que llevan más tiempo en el Calderón como Perea, Domínguez o Mario Suárez.
Bonito gesto del entrenador
"Es una buena iniciativa que la gente esté cerca de nosotros"