Ya no es sorprendente, pero me sigue costando asumir cada nuevo
detalle. Simeone fue el jugador que fue, y que de aquel jugador salga este
monstruo de entrenador, todavía me produce asombro.
Que conste, a riesgo de parecer oportunista o, por contra, amante
del fútbol de siempre, o sea de lo que algunos llaman jugar mal, que me
encantaba como jugador, y que aquel pisotón en Bilbao, fue una más de las cosas
que pasan en el campo de fútbol; o sea que aquello, como el codazo de Kedira a
Godin anoche: entró al balón con la posición perdida y por tanto
desordenadamente, para parar a Godin, que tenía el remate, sacó el codo como
debe hacer un defensa en estos casos y le cascó la nariz; hizo lo que debía pero
se pasó. Le metió el codo en la cara porque era esa parte de su anatomía la primera
que llegaba y la única que podía llegar a enmendar el retraso. Godin ni se
molesto en protestar. Pues eso, pero como soy del Atleti, es que soy de los que
gustan del fútbol violento. Sobre lo que no pitó el árbitro,....normal. Tan
normal como increíble que se tragara el penalti escandaloso del tal Kedira,
cuando paró con el brazo un remate a gol, que era gol. No pitó nada. Tampoco.
Cuando llegó, Simeone dijo:
"De momento, sólo buscamos crecer, ya que el
equipo venía de perder tres partidos y encajar cinco goles. Así que hay que
pensar en positivo y buscar buenos resultados. Sí es por mí, prefiero atacar
una vez y meter un gol, que llegar 15 veces y no marcar ni uno". (Santander, 11 de enero de 2012).
A mí, que vivía asqueado del parloteo de uno que había en el
banquillo del Atleti, que contaba los minutos de tenencia de la pelota, como el
número de briznas de hierba por metro cuadrado en una pradera ardiendo, aquello
me pareció bálsamo intelectual. Llegaba uno que buscaba ganar de la mejor
manera posible. Esencia rojiblanca, pensé.
Y más cuando un tal Santiago Segurola, poeta romántico, madridista,
esteta del malabarismo pelotil y apóstol del sistema defensivo al que llamaban
tiki-taka, que solo es eficaz cuando los que lo practican no pierden una
entrega ( o sea es carísimo por la calidad de los jugadores), pero que
únicamente vale para atacar al contrario, cuando, como siempre en el fútbol, le
pones velocidad ( o sea mayor riesgo de pérdidas), movimientos de desmarque
verticales y finalización de todas las jugadas para volver a colocarte, va y
suelta:
LA ESQUINA por Santiago Segurola 13/01/2012
Simeone aterriza
en el planeta Maguregui
Llegó Simeone
y aterrizó en los tiempos de Maguregui. "Me gustaría atacar una vez
y marcar. Quiero ganar", dijo el miércoles. Además de simplona, fue la
clase de declaración que sólo se tolera a los entrenadores que manejan algún
crédito en los equipos angustiados. El crédito de Simeone es de tipo sentimental.
La gente le recuerda de su época en el Atlético y ahora le toleran cualquier
desparrame verbal.
La
declaración de Simeone convierte en Indiana Jones al más ardiente
defensor del catenaccio.
¿Atacar una vez, marcar y ganar? Esa pretensión se relaciona más con la lotería
que con el fútbol. Alguna vez ocurre, porque se trata de un juego misterioso,
pero al Atlético le vendrá mucho mejor no conspirar contra la ley de
probabilidades. Cuanto más y mejor ataque, más posibilidades tendrá de marcar
goles y ganar. Diez ocasiones de gol son mejor que una, se ponga como se ponga
Simeone.
Simeone parece decidido a ocupar un
lugar casi vacío en el fútbol español, que abandonó hace bastante tiempo el
ideario tremendista del cerrojazo y tentetieso. Y no le ha venido nada mal. Sus
palabras le ganarán muchos adeptos entre los nostálgicos de la caspa, pero sólo
se pueden interpretar como un viaje al pasado y un pésimo mensaje para un
equipo que necesita ser grande por seguimiento y palmarés.
Y este mismo individuo, sin rendirse ante la evidencia del fútbol
de Simeone, suelta ante la evidencia de su error y su falta de capacidad para
ver a un gran entrenador
Pregunta: Sr .Segurola: Que explicación le encuentra
Vd. a la trayectoria del Atlético con Simeone. Prácticamente con los mismos
jugadores, ha pasado de ser eliminado por un 2º B, y estar a 4 puntos del
descenso, a la situación actual. Lo curioso es que parece que cada temporada ha
ido mejorando. Quitando que su futbol es para algunos el más feo de España, me
gustaría saber si recuerda alguna situación similar. (03.feb.2014 )
Respuesta de Santiago Segurola: Simeone ha encontrado una manera de
creer y que le crean. Proclama un tipo de fútbol que lo vimos en España y
especialmente en Italia durante años, pero que estaba casi en desuso por el
éxito del fútbol del Barça y de la selección española. Simeone ha proclamado
que no le interesa la posesión de la pelota. Tampoco disimular su querencia por
el contragolpe y por la habilidad para penalizar los errores del contrario, a
cambio de generar muy pocos errores propios. El mensaje ha calado en un equipo
que dispone de los jugadores para hacer este tipo de fútbol, gente competitiva,
sin vanidades, capaz de convertir cada metro del campo en un infierno para el
equipo rival. Le han servido los resultados que cosechó desde el principio y su
tremenda ascendencia en un club que había perdido su identidad futbolística.
Puede que a muchos aficionados españoles no les guste el fútbol del Atlético,
pero la hinchada del Manzanares está feliz con Simeone y su propuesta. Nunca,
ni tan siquiera en la temporada del doblete, he visto una cohesión tan grande
en un club que no era precisamente un bálsamo de paz.
Simeone, ha hecho un equipo, que anoche le metió 4-0 a los
que nunca se ganaba en la historia más reciente de la estupidez futbolística y
táctica del Atleti. Con un 30 % del presupuesto del otro. Lo mejor no es eso:
es el enésimo baño táctico que pega; el partido del Atleti fué tácticamente,
anímicamente, cronológicamente, demoledor.
Estamos ante un entrenador tremendo, de los que ha tapado
todas las bocas que le señalaban como picapedrero, remero a contracorriente,
bruto, elemental y, el colmo, demasiado visceral y un poco mal bicho. De los
que le señalaban como entrenador simple y que no quería jugar al fútbol (¿a qué
fútbol?). El baño futbolístico de anoche fue memorable, sobre todo porque se
transformaba en goles a favor y ninguno en contra que es lo que cuenta: son los
goles, idiotas, son los goles.
Y para terminar la loa, varios detalles: ni un gesto de
desprecio al contrario en su calvario durante el partido, ni un mal detalle en
el campo, ni una frase altisonante en la rueda de prensa, ni un comentario de
aprecio al halago, y una frase repetida hasta la saciedad por todos los
jugadores en las entrevistas: (solo) hoy el Atleti manda en la capital.
Estoy orgulloso y pido con esperanza que no se marche nunca
del Atleti, porque me representa perfectamente. El es lo que quiero para el
Atleti.
Perdón por convertir la alegría en una "sabana" y
un saludo.
El fútbol es un sentimiento que se lleva muy adentro...y se concreta en el Atlético de Madrid.