Muchos quieren ser Cholo, pocos son Simeone.
Esta historia es una historia de amor, claro está, como casi todas las historias. No hace mucho (apenas 5 años), la gente, que es muy gente, utilizaba apelativos como ‘duros’, ‘salvajes’, ‘sucios’, ‘leñeros’, ‘violentos’, etc… para hablar del juego del Atlético de Madrid. La gente, esa gente, sí. El debate fue tornando, pasado el tiempo en una cuestión de eso a lo que llaman estilo, ‘el estilo’. Hablan —los todopoderosos opinadores futbolísticos, que ‘el estilo’ del Atlético de Madrid del Cholo es un estilo más cercano al catenaccio italiano que al tiki-taka de nuestro querido Andrés Montes (q.e.p.d), hablan de autobuses, de Mourinho, incluso —los más avezados—, intentan difamar con sones Clementistas como argumento inocuo. ‘El estilo’, eso a lo que todo este mundillo del trending topic (el mundillo que acostumbra a seguir los biorritmos de CR7, etc…) confundió los términos ‘estilo’ con ‘identidad’, como de la misma manera, confundieron aquello otro de ‘violento’ con ‘pertenencia’ y así podíamos seguir hasta finalizar con el resultadismo italiano que nada tiene que ver con el ‘Ganar y ganar y ganar, y volver a ganar y ganar y ganar’ del Sabio de Hortaleza. Competir, en una palabra, sí. Competir.
Y es curioso, sí, porque justamente cuando equipos como el Sevilla o el Real Madrid de Ancelotti —o el mismo Madrid de Zidane—, comenzaron a emular las formas del Atleti del Cholo Simeone, es cuando comenzaron a llegar los resultados, claro, pero entonces, los bufandistas, correveidiles y demás personajes de la farándula pseudoperiodística deportiva de la marca España, miraron hacia otro lado y no hicieron hincapié en eso que llaman ‘estilo’.
Del mismo modo, no deja de ser curioso que frente a los todopoderosos F.C Barcelona y Bayern de Múnich, el equipo rojiblanco cometiera menos faltas que sus rivales y además consiguieran pasar de eliminatoria. ¿Cuestión de estilo? No, claro que no. El ‘estilo’ consiste en identificarse y lucir mejor que nadie la identidad propia, mostrar qué eres, quién eres y hacerlo con tus propios ropajes. Marilyn tenía estilo, Leonard Cohen tiene estilo, Al Pacino tiene estilo, Pynchon tiene estilo, la Woolf tenía estilo, así como Ted Hughes y Plath, como Don DeLillo, Billy Wilder, Ava Gardner o Arthur Cravan. Hablamos de estilo, no de juntaletras que por leer a Galeano o escribir una columnita en cualquier tabloide español ya hablan de estilo como si manejasen el compendio de la verdad suprema a su antojo, eso que ellos llaman estilo y no deja de ser mero artificio que no va a ninguna parte.
Lo único que sucede en este país, como en muchos otros es que la envidia no deja dormir a la gente, que el sentido de pertenencia o el esfuerzo y el trabajo se acuña ahora como gran descubrimiento en eslóganes políticos y publicitarios, todos quieren subirse al carro —guste más o guste menos—, del partido a partido, ese ‘estilo’ que no ha inventado Simeone pero que sí lo ha llevado a rajatabla desde el primer día en el que se hizo con las riendas del equipo del Manzanares, y olvídense, no lo intenten, por favor, déjenos en paz de aquí al 28 de mayo, podremos ganar, podremos perder, el resultado ya se sabrá, lo que no podrán comprender ninguno de esos juntaletras que andan por ahí escribiendo noséquépuñetas sobre el Atleti, la historia y que si a la tercerá irá la vencida…
Queridos juntaletras, no se esfuercen en comprender nada, pues como en las grandes historias de amor, esto es cosa de dos: El Atleti y su afición, la multitud que nos rodea sólo es eso, multitud que ni quiere, ni sabe, ni podrá entender jamás cuál es el secreto que guarda la rojiblanca, más allá de debates vacíos sobre estilismos, estilistas y estilográficas.
Sólo hay una cosa clara en toda esta historia que nos lleva hasta Milán el próximo sábado: Muchos quieren ser Cholo, pocos son Simeone.
https://todoesfutbolmenoselfutbol.com/2016/05/23/muchos-quieren-ser-cholo-pocos-son-simeone/
Partido a partido, final a final, latido a latido y a ganar y ganar y ganar... y volver a ganar y ganar y ganar.
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@nachomontoto