No es por ser agorero, e igual con este Celta no pasa, que es de los que quieren jugar bonito, pero la tónica de los partidos fuera de casa va a ser terrorífica. Osea, masacre arbitral histórica. Lo de no quitar la tarjeta a Costa es ya la declaración de intenciones definitivas. Sin ambages. Y lo peor es que ni nosotros mismos daremos al delito la importancia que merecerá.
La cosa será así: como casi siempre fuera de casa, el equipo ofrecerá una imagen más efectiva que vistosa, muy esforzada y a veces poco lúcida, seria y concentrada pero con sus limitaciones, las que no le permiten salir con suplentes de nosecuantos mil kilos y llevarse los puntos casi andando. Luego, en jugadas puntuales, el árbitro decantará la balanza, y acabaremos en empate o derrota, pero nosotros empezaremos a discutir que si el cansancio, que si muy mal haber querido ganar la Copa, que si la gestión de la plantilla, que si las rotaciones aquello y que si los cambios muy tarde, que si esto y que si lo otro. Mientras nos atracan en toda la cara.
Así será y así nos mangarán esta Liga.
Aunque ójala me equivoque.