Mis ya de por sí maltrechas muñecas han sufrido sobre todo, la izquierda su último esguince por el momento y tengo bailando el escafoides y un montón de huesos de cuyo nombre no quiero acordarme. O sea, que lo del futbolin me viene fatal.
Durante toda una vida un hombre puede cambiar de gustos, de mujeres, de religión, de ideología política e incluso de sexo, lo que nunca podrá cambiar es su pasión por el Atleti.