Pues a mí me da que la cosa estaba muy terciadita, y la imagen ofrecida en conjunto es sumamente buena: la intervención de la Navarro me ha parecido realista (la crítica de fondo debe estar basada en el presente y no en el pasado); la del Nobel, cabal y mesurada como siempre, sin dejar de ser filosa, especialmente cuando ha hecho memoria y ha puesto los puntos sobre las íes acerca de alguna que otra "manipulación" periodística; y la de Rubén Uría, en tono "violento" pero sin alejarse ni un ápice de la verdad. Miguélez entre el "exceso" de Uría y la "estudiada contención" de Fuentes y María José. Que me perdonen, el otro invitado era un convidado de piedra, sportinguista para más señas (¿A qué alético se le ocurriría expresar lo que ha hecho acerca del "caso Agüero"?). De los anfitriones, se alaba el gesto, aunque mañana será otro día, en el que seguro dejar de considerar lo que han escuchado de estas voces aléticas. Satisfactorio. Porque está bien que se vean (y escuchen) voces discordantes que dejen de asociarse al "extremismo" que algunos (como el propio Méndez*, tal y como torpemente ha vuelto a colar en una breve apostilla) tanto gustan asimilar a los que son contarios a la gestión de la familia Gil.
* Debería de estar más preocupado de la ortografía (y la gramática): que uno lee según qué tuits y lo de la vergüenza ajena se queda en poca cosa.