Javier Aguirre se ha marchado del Atlético sin hacer ruido, más o menos como vino. Nada de palabras altisonantes ni quejas. Se va con la decepción de no haber logrado terminar su obra en el Atlético. "Picu, este año vamos a hacer algo bueno", me dijo más de una vez al inicio de esta campaña. No ha podido. Pero es el entrenador que devolvió al equipo a Europa y por eso se le debe un respeto. El Atlético, después de muchos años, vuelve a competir con los mejores del continente y parte de culpa la tiene Aguirre. En su debe, que el equipo, salvo contadas ocasiones, no ha hecho un buen fútbol. Ha aburrido mucho.
Pero mi pregunta es si es el único culpable de que el Atlético se haya venido abajo en un mes. Mi respuesta es que no. Los culpables son los que juegan cada domingo; los que deciden cuándo, cómo y contra quién corren. Tampoco creo que el Atlético tenga mejor plantilla que Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o Villarreal. Aguirre trató de sacar el mejor rendimiento de lo que tenía, que no era tanto.
Llega Abel, el Gato. Conoce el vestuario, los pasillos, el palco, la sala de juntas, el oso y el madroño del escudo. Lo sabe todo del Atlético. Él fue jugador, un ganador nato, de esos que escupía lagartos por la boca cuando perdía. Y sabe cómo se las gastan los que se autodenominan profesionales. El domingo más de un jugador quedará en evidencia. Alguno hará más kilómetros en el Nuevo Colombino que en todo este último mes. Y de todos los consejos que ha recibido Abel hay uno que le ha machacado los oídos: mano dura con esa plantilla. ¿La tendrá?
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El Atlético cambia de entrenador. Se va Aguirre y viene Abel. Se va Aguirre víctima de los resultados, como todos. Para el Atlético es decepcionante verse ahora fuera de la UEFA, cuando despidió el año en Champions, por delante incluso del Madrid. Consecuencia ello de que las deficiencias estructurales de la plantilla han perdido el burladero que las ocultaba: la excelencia de su delantera, que a fuerza de goles en grandes jugadas aisladas, sin relación con un buen funcionamiento del equipo, ha ido sacando partidos adelante. Cuando han bajado de su mejor forma Forlán y Agüero, todo se ha derrumbado.
Porque hay defectos en la plantilla. Falta un medio creativo, que no apareció. Heitinga ha salido peor de lo esperado. Los laterales contribuyen poco al juego. Con tan buenos delanteros y flojo de medios como está, Aguirre acabó, y me parece que poco a su gusto, en algo parecido al antiguo 4-2-4, que le dejaba muy débil en la media. Cuando lo ha evitado prescindiendo de un delantero (en los partidos más gordos, si nos fijamos) se ha visto sometido a crítica, acusado de 'cagón'. En definitiva, no ha encontrado el equipo y por eso no es extraño que sin la inspiración de Agüero y Forlán pase lo que ha pasado.
Ahora viene Abel, tipo sencillo y tranquilo, carne y sangre de la casa. Una nueva ilusión. Me intriga qué puede sacar de este grupo mal hecho, y sobre todo cómo gestionará la irritación de ese amplio sector del Calderón que aún rechaza la legitimidad de Gil y Cerezo para estar ahí, por la forma en que Jesús Gil efectuó la compra del club, enseñando el dinero por la noche y retirándolo por la mañana. Es una irritación estéril, porque aquel partido ya se jugó y el club es de estos dueños. Pero el recuerdo aún escuece y estalla cada tanto en peloteras como la del domingo. Otra prueba para la flema de Abel.
http://www.marca.com/2009/02/03/opinion/firmas/1233674488.html
Abel puede ser el Guardiola del Atlético
Antes de entrar en harina, enhorabuena a Javier Aguirre por lo logrado como entrenador del Atlético de Madrid. Me parece justo reconocimiento a un trabajo serio, profesional y cordial. Enhorabuena, también por cómo se ha ido. Un señor. Por todo lo demás, se puede discrepar: alineaciones, falta de autoridad, resultados, fútbol, pero es innegable que ha conseguido los objetivos –a día de hoy- que se le marcaron en el club rojiblanco. Y quiero dejar muy claro que me parece un buen entrenador. Motivador y gran conocedor del juego. Seguirá en equipos grandes. Seguro.
Y dicho esto, no podía seguir ni un minuto más en el Calderón. Como escribí hace unos días, el fin de trayecto lo tenía a la vuelta de la esquina, la presión era tal que no hay ser humano, ni entrenador que lo soporte. Había perdido el poder con el vestuario y así era imposible. Otra cosa es que esta decisión sea una la fórmula magistral.
No creo que las destituciones a mitad de temporada sean rentables, pero entiendo también que hay que tener muchas narices para aguantar una descomposición del equipo mirando al tendido mientras la parroquia se sube por las paredes.
¡Aguirre fuera! suena a un problema menos para la entidad rojiblanca, pero la realidad es que a mi me parece un problema más. Una nave quemada y a tirar del carro de un vestuario que sale 'vencedor'. La tarea no es nada fácil.
¿Abel Resino? Un modelo inteligente para salir de una crisis deportiva. Atlético a muerte, ex futbolista, ídolo del Vicente Calderón, una institución y, lo más importante para este momento, un buen entrenador. Me parece un acierto su elección, puede acabar siendo el Pep Guardiola del Atlético.
Ganador, profesional y trabajador, puede enderezar un vestuario crecido y un equipo roto. Su imagen ante el Valladolid, echó a Aguirre y enseñó las vergüenzas de un grupo de jugadores que o se agarran al último tren o los pañuelos van a ser para ellos.
Abel tiene una tarea por delante muy bonita, pero de gran responsabilidad. Pido algo más de paciencia de la que se ha tenido con Aguirre, dejarle trabajar y creer en sus métodos. El problema va a ser el tiempo: la Liga de Campeones está ahí y seguro que se le va/vamos a exigir como si llevara toda la vida con este grupo.
Abel, eres un ganador. Rodéate de atléticos comprometidos con tu método y olvídate de las urgencias históricas. Mucha suerte.
http://marcawas5.recoletos.es/blogs/Controlador?opcion=9&codPost=2373
Ahora, a ganar la Champions
Ya no está al frente del Atlético el gran culpable de su hecatombe. Entre unos y otros han conseguido cargarse a Javier Aguirre, así que muerto el perro, se acabó la rabia, ¿no? Ahora todo será una balsa de aceite y el equipazo que tiene el Atlético, y al que el mexicano era incapaz de sacar rendimiento, resurgirá cual Ave Fénix. Como la Liga BBVA ya se les ha ido de las manos, el objetivo será ganar la Champions, porque escuchando a muchos parece que estábamos hablando de un equipo hecho para ganarlo todo y al que sólo un pésimo entrenador cortaba las alas. Pues no. El problema no era Aguirre. No puede ser que en Navidades el equipo fuera segundo y se presentara como un duro rival copero para el Barcelona y menos de un mes después ha caído en Copa sin presentar batalla y está fuera de Europa en la Liga. Algo raro ha pasado y no toda la culpa es del mexicano. Por muy mal que lo haga, ese desplome no lo consigue uno solo. Aquí ha contribuido más gente, y los jugadores tienen su parte de culpa. Ahora ya no está el máximo culpable, veremos si recuperan el nivel porque ya no tienen el parapeto de Aguirre y la afición exigirá responsabilidades... a todos.
P.D. Aguirre se equivocó en varias ocasiones. En su planteamiento en Pamplona, en algunas decisiones tácticas, pero su mayor error ha sido tragar con una plantilla que todo el mundo veía que era corta. Y más con la actitud de algunos futbolistas (Seitaridis, Maniche) nada comprometidos con el proyecto. Con tres competiciones por delante el plantel era insuficiente y ante eso no debía haber tragado Aguirre. Lo que está claro es que por el bien de todos (técnico, plantilla, afición, equipo), el relevo era la única salida a un ambiente insoportable. Veremos si se refleja en el terreno de juego.