Vamos a ver lo de la dureza congénita del tal Gabi. En el tiempo que jugó con nosotros yo no lo recuerdo como un tipo duro, precisamente, sino como un tonto.
Me explico. ¿Era un duro defensor, de esos que van al límite si no siempre casi siempre? No. Era más bien un blandengue, que de vez en cuando soltaba una tarascada a destiempo y se ganaba una tarjeta, con lo cual volvía a su blandenguería habitual. O sea, que no era un Albelda, ni siquiera un Assunçao, precisamente. El domingo, en cambio, sistemáticamente atizaba. Cada vez que entraba por detrás o era desbordado, zas: patada alevosa.
¿Fue Tiago el único de los nuestros que "leyó" bien el partido? Sinceramente, creo que no. Me pareció que no abrió el "libro" del partido hasta los diez últimos minutos. Los otros ochenta vi en él la misma actitud que en el resto, salvo Reyes. En este sentido, como ha dicho Máximo, el problema del Aleti no fue que entrara o no en la dinámica de dureza, sino que no entró en el partido siquiera. Cuando quisieron darse cuenta ya perdían, y desde ahí, hasta que al Zaragoza se le acabaron las pilas o le entró el afán de conservar sin más el resultado, ni aparecieron.Yo no vi por lugar alguno un equipo solidario, entero, y que conservó con cabeza, como alguien ha dejado caer por ahí, al igual que dijo el Faraonito al final del partido. Vi un equipo ajeno al partido que debía jugar, y que si no perdió con claridad fue porque enfrente tenía a un equipillo; asquerosamente duro, pero equipillo.
Con respecto a Reyes. Su juego se presta a que lo breen, salvo, claro está, que vistiera de blanco y con despertador en el corazón o de azulgrana. Únase a ello su tradicional exceso de dramatización, cosa que a los árbitros de este país, al menos, suele llevar a crucificar al artista. Con todo y con eso, lo del domingo fue no ya vergonzoso, sino asqueante. Y sí, yo también vi que era carne de expulsión. Lo que es tan lamentable casi como lo del árbitro no es que nosotros no respondiéramos, sino que ni tan siquiera nos comiéramos al árbitro tras, por ejemplo, los leñazos a Reyes y al Kun. Te ganas un par de tarjetas por protestar, pero le montas una que se caga, caldeas el ambiente más aún, y a ver si tiene cojones de seguir igual.