Manifiesto de las "I Jornadas por un fútbol social y crítico" en Ciares (Xixón)

Por un fútbol social, crítico y popular. Contra la mercantilización y especulación en el deporte: literatura, música y alternativas democráticas entorno al fútbol. 9, 10 y 11 Septiembre en Xixón.

Si no nos gusta su fútbol, construyamos el nuestro.

“Me enamoré del fútbol como después me enamoraría de las mujeres: de repente, inexplicablemente, acríticamente, sin pensar en la pena y los trastornos que traería consigo”, Nick Hornby, Fiebres en las Gradas.

Todo sucede de un día para otro. En una imagen eres un crío que apenas levanta unos palmos del suelo, empiezas a darle patadas a un balón, y en el siguiente fotograma estás en el estadio o enfrente de la televisión animando a un equipo como si te fuese la vida en ello. No sabes muy bien cómo has llegado a esa situación pero te gusta, tanto el deporte en sí como la pasión con la que lo vives, la pasión con la que lo vivís.

Pero pasa el tiempo y todo se complica. Ese enamoramiento acrítico se tambalea al descubrir todo lo que hay detrás: especulación, negocios turbios, corrupción, sensacionalismo… Y llegan las dudas. “¿Cómo voy a seguir dándoles dinero a estos?”, “Es solo pan y circo”. Pero no, no te autoconvences, sigues haciendo girar la rueda, esas contradicciones no son suficientes para apartarte de tu pasión. Odias el fútbol moderno, incluso le declaras tu odio eterno, pero no ves salida.

Precisamente para encontrar esa salida queremos hacer estas jornadas. Para compartir frustraciones e ilusiones en torno al fútbol, para convencernos de que somos muchos los que tenemos esta visión, no sólo contra el fútbol moderno, si no incluso dando un paso más y haciendo nuestra propia propuesta.

Porque nos avergüenzan las cantidades que mueve este negocio, el verdadero fútbol se vive en las calles de las novelas de Nick Hornby e Irvine Welsh.

Porque no queremos leer noticias sobre el corte de pelo de Cristiano Ronaldo o sobre con quién esté saliendo Piqué, preferimos leer la revista Panenka.

Porque no queremos jeques, y nos da igual que sean árabes o de La Calzada, como aficionados queremos ser nosotros los protagonistas aunque no tengamos un duro.

Porque estamos cansados de waka wakas y radiofórmulas en los estadios, recuperemos la cultura futbolera del fanzine y la música soul, pop y rock.

Porque es sonrojante que el fútbol profesional deba miles de millones a hacienda y mientras sigan especulando más y más sin que nadie diga nada.

Porque el fútbol es nuestra pasión, igual que es la de Benedetti, Camus y Galeano, y no estamos dispuestos a que se nos trate como borregos por ello.

Porque queremos llenar el campo, animar y divertirnos colectivamente sin buscar otros beneficios.

Por todo esto y por mucho más, nos vemos el 9, 10 y 11 de Septiembre en el campo de La Cruz de Ciares (Xixón), por un fútbol social, crítico y popular.

Love football, hate the business.

Organizan: Unión Club Ceares y Los Ideales Del Gol

http://losidealesdelgol.wordpress.com/2011/08/20/manifiesto-de-las-i-jornadas-por-un-futbol-social-y-critico-en-ciares/

 

Víctimas y verdugos

En el mercado veraniego de fichajes, un Hércules recién descendido de categoría estaba buscando un portero. La Real Sociedad contaba con un joven guardameta con muy buena pinta, pero querían que se foguease en segunda división para coger experiencia. Rápidamente iniciaron las conversaciones, pero cuando Zubikarai, el portero suplente donostiarra, tenía casi las maletas hechas para irse a Alicante, todo se torció. Saltó la noticia: su padre estaba cumpliendo condena por terrorismo. Su padre, Cándido Zubikarai, era de ETA.

La noticia se extendió por Alicante, y es que además de que su padre perteneció al comando Eibar, Eñaut Zubikarai apoya el acercamiento de los presos vascos a Euskal Herria. Enterados de ello, los dirigentes del Hércules rompieron las negociaciones con el presidente de la Real, Jokin Aperribay (familiar de víctima del terrorismo por cierto: su padre sobrevivió a un atentado de ETA). El equipo alicantino se justificó: “Esto es un tema que puede herir la sensibilidad de mucha gente”.

Desde que terminó la conferencia de paz donostiarra los medios de comunicación están lanzando constantemente el mensaje de “no se puede equiparar a víctimas y verdugos”. Y tienen razón, claro, nadie afirma eso, el problema es delimitar ese “víctimas y verdugos”. Haciendo un análisis más sensacionalista que racional quizás sí que esté claro, pero la terca realidad y el más terco aún fútbol niegan esto. Y es que hay otra historia de Eñaut Zubikarai que no saltó a la prensa: su tío Jesús María Zubikarai fue asesinado por el Batallón Vasco Español, uno de los precursores de los GAL. Por tanto, ¿Zubikarai y sus familiares tendrán que pedir perdón como verdugos, les tendrán que pedir perdón como víctimas del terrorismo, o ambas cosas? La situación es mucho más compleja.

De http://www.diagonalperiodico.net/Victimas-y-verdugos.html

Fallece Sócrates, mítico jugador brasileño antifascista

El jugador que en plena dictadura celebraba sus goles puño en alto, y que siempre se declaró admirador de Fidel Castro y el Ché, entre otros, murió ayer.

Con un cariño casi incondicional a los cigarrillos y al alcohol, el estilo de vida de la leyenda del fútbol Sócrates pudo haber provocado la condena de varios entrenadores en la actualidad.

Pero, tras su muerte este domingo, lo que nadie discute es que fue un maestro del mediocampo, una leyenda.

Sócrates, quien con su visión casi telepática y su habilidad podía desbloquear una defensa con cualquiera de sus piernas, es ampliamente recordado como uno de los grandes futbolistas de todos los tiempos.

Con su banda en la cabeza y la barba poblada, el hombre que nació como Socrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira se convirtió en el símbolo de toda una generación de aficionados al fútbol.

Nunca llenó el estereotipo de los futbolistas.

Con opiniones filosóficas contundentes, haciéndole honor al gran maestro griego, Sócrates nunca se preocupó mucho por cohibirse a la hora de expresarlas.

Eso lo llevó a que se le conociera no sólo por sus habilidades con el balón, sino también por sus posiciones políticas y su activismo.

Política

Sus dos pasiones se fundieron a mediados de los años 80, en el seno del Movimiento Democrático Corinthians, cuando en el ocaso del régimen militar brasileño, el club de Sao Paulo se convirtió en el único equipo del mundo que llevaba a cabo elecciones democráticas internas. Un símbolo claro de rechazo al gobierno castrense.

Probablemente, la mayoría de los futbolistas de su edad nombrarían a Pelé o a Garrincha como sus ídolos. Sócrates tenía a otros en la lista.

Entre sus héroes estaban Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, los hombres que lideraron la Revolución Cubana y el ex Beatle y activista por la paz John Lennon.

Como el trío anterior, Sócrates participó en la actividad política, pues sentía que era una obligación hacerlo.

“La gente me dio el poder como un futbolista popular”, le dijo a la BBC en julio de 2010.

“Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos. Si yo estuviera del otro lado, no del lado de la gente, no habría nadie que escuchara mis opiniones”.

“Lo mejor que el fútbol me dio fue la oportunidad de conocer a los seres humanos. Conocí a personas que sufrieron muchísimo y también conocí el otro lado de la sociedad, los que lo tienen todo. Pude ver las dos caras de la sociedad en la que vivimos”.

El capitán

En su propio consultorio, Sócrates también vio el dolor.

El doctor, que se negó a jugar fútbol profesionalmente hasta que no finalizó sus estudios universitarios a los 25 años, ejerció la medicina en la ciudad brasileña de Ribeirao Preto. Lo hizo cuando decidió colgar sus zapatos deportivos en 1989.

En la cancha, fue el corazón de la selección brasileña de inicios de la década de los ochenta.

Con agonía vio sus sueños desmoronarse cuando, en España, no pudo convertirse en el cuarto capitán de la verdeamarela en alzar una copa del mundo.

El torneo buscaba marcar el regreso triunfal de las estrellas de lacanarinha  a la cúspide del balompié mundial.

Brasil superó la etapa inicial del certamen con una ofensiva tan imponente y elegante como arrogante. Derrotó a su archirrival en Sudamérica y defensora del título, Argentina, con una victoria histórica de 3-1.

Pero, después, una derrota 3-2 contra Italia, complicó sus aspiraciones. Sólo necesitaban un empate para avanzar a las semifinales.

Las cosas no mejoraron cuando, cuatro años después, en México, Sócrates falló un penal en los cuartos de final contra Francia. El resto fue historia con acento argentino.

Sin embargo, su actitud ante la vida que se reflejaba en su estilo relajado al jugar, tuvo millones de seguidores, no sólo en Brasil, sino en todo el mundo.

“Cuando le puse a uno de mis hijos Fidel, mi madre me dijo: ‘Es un nombre un poco fuerte para un niño’. Y le respondí: ‘Madre, mira lo que me hiciste a mí’”, le contó a la BBC en 2010.

http://www.youtube.com/watch?v=-BwU2NdLShQ

 Interesante hilo, te felicito.

 

De todos modos me ha bastado echarle a un vistazo para ver que, aunque hay quien nos ha acusado de ser clones, hay muchas cuestiones en las que tenemos opiniones distintas.

 

Principalmente la cuestión del antifascismo y su papel actual, especialmente en el fútbol. Para mi el antifascismo no es una ideología puesto que somos mucha gente de pensamiento diverso (y no siempre complementario) los que podemos ser catalogados como 'antifascistas'. El antifascismo para mi es una actitud y como tal lo ejerzo. Es por eso que el antifascismo actual no me agrada ni me siento identificado con él. Veo mucha ira adolescente y poca reflexión, muchas ganas de combatir fuego con fuego. Desde luego no es esa mi actitud. Creo que los grupos ultras de izquierda caen en el mismo infantilismo que los de derecha dentro y fuera de los campos de fútbol. Personalmente creo que una de las grandezas del fútbol es la pasión de la afición, por eso aprecio la existencia de gradas de animación (las palabras ultra o radical me desagradan para referirme al fenómeno, ya hay demasiada violencia en el ambiente). Sin embargo este fenómeno deja de interesarme cuando la política hace acto de presencia. Cuando yo estoy en el Calderón no me interesa nada la ideología que profesa el vecino, es que soy incapaz de ver la relación entre la ideología y cualquier deporte. Para mi, la ideología dentro del campo de fútbol consiste en la idea del juego que cada aficionado tiene, si es de los que silban a los jugadores propios a la mínima o si es de los que tiene confianza ciega. Si es de los que no se preocupan de los problemas del club y su propiedad usurpada, o si es de los que está contra la banda de chorizos que nos han robado el club. En eso consiste para mi la ideología para mi dentro del estadio, siempre y cuando no aparezcan símbolos, gritos o mensajes que me hagan recordar en ese momento que mi actitud es antifascista y aquéllo que oigo/leo/veo empieza a resultarme una ofensa inaceptable. Por eso aborrezco la política en el fútbol, quien introduce la política en el fútbol está trazando una divisoria que no tiene ni idea de por dónde pasa y la mayoría de las veces le está rozando a él mismo y a su vecino.

 

Otra cosa es la cuestión del antirracismo y la participación de los aficionados en la gestión y toma de decisiones dentro de los clubes. Esto me parece una necesidad, y más aún en nuestro club, cuya propiedad fue secuestrada y atrae cada vez más a un número mayor de inmigrantes afincados en Madrid que, en mi opinión, han de recibir el afecto de la afición sea cual sea su color.

 

Otras diferencias que tenemos y que se adivinan leyendo tus posts en este hilo serían sobre la cuestión nacional y los sentimientos identitarios, que desde una óptica anarcoide como la mía quedan muy relativizados en comparación a la cuestión social. Pero de eso ya debatiremos en otra vida.

 

Un saludo 

Iep! Bienvenido, que no había tenido oportunidad de decírtelo. 

Respecto al antifascismo, claro que es una ideología (diversa, plural), además de una actitud. Aunque hunda sus raíces en los años 30's, se reconstruye en los 80's para dar respuesta a las agresiones que las bandas ultraderechistas protagonizaban, con todos los déficits que ello conlleva y que podemos compartir.

Tampoco a mí me gusta lo ultra, soy de hinchada paisana de toda la vida, sin importar ni imitar modos, estética ni actitudes pueriles.

Respecto a la política en las gradas, el eterno debate. Yo no soy capaz de dejarme el cerebro en los tornos del estadio, entro al campo con él. Además, no nos engañemos, como decía B. Brecht, política es todo. Hasta el punto de que la izquierda tiene el mismo problema en la grada que en la calle: no es capaz de llegar a la gente. Porque habla otro idioma. Yo no me dedico a ir al fútbol con pancartas del Che ni banderas de la CNT, creo que lo que habría que hacer es explicar lo que el capitalismo ha hecho con el fútbol (como con todo), apostar por la democratización de los clubes contra las SADs, por los horarios para la gente contra la globalización, por los precios populares en entradas o equipación contra el "copyright" del escudo, por la cantera y la identidad contra la compra-venta masiva de jugadores, contra cualquier discriminación y el mercantilismo, por los valores del deporte contra su actual olvido, por el reconocimiento de las selecciones de los pueblos contra la actual prohibición, contra los palcos VIP, contra los estadios en las afueras con nombre de multinacional... esas cosas cotidianas, que nos afectan a todos, y que escarbando nos llevarán necesariamente al sistema socio-económico raíz de todo.

Finalmente, en lo que respecta a la cuestión nacional, como tuve la oportunidad de explicarle ya a -creo- Kikogol II, no veo por qué iba a relativizarlos un castellano "anarcoide", si libertarios de la talla de Bakunin, Kropotkin, Secundino Delgado, Nestor Makhno o Blas Infante no lo hicieron en absoluto. Los sentimientos identitarios forman parte preferente dentro de la cuestión social, yo no los disociaría. Menos en un contexto de globalización neoliberal. Volviendo al fútbol para acabar, obsérvese cómo son en muchos casos directamente proporcionales la identidad de los equipos y la resistencia que han ofrecido al fútbol negocio.

Otro saludo para ti y gracias por enriquecer el hilo. A seguir loco por incordiar a los malos.

El antifascismo no es una ideología, nunca lo fue, ni ahora ni en los años '30. Antifascistas pueden ser un ácrata, un marxista-leninista o hasta un demócrata cristiano, gente que ideológicamente tiene poco en común. Antifascismo es respeto a la igualdad de los individuos entre sí independientemente de su raza, sexo, religión o ideología y el derecho de esos individuos a no doblegarse ante cualquier tiranía y organizarse voluntariamente como mejor les parezca. Ser antifascista o ser demócrata son nociones muy generales y básicas para ser ideologías. Querer convertir estos conceptos en ideologías en realidad es rebajar el nivel del debate de las ideas a un mínimo que ya hace tiempo quedó atrás. Yo no me dejo el cerebro en los tornos cuando voy al fútbol. Opino justamente lo contrario: son los que una vez dentro se dedican a hacer política de uno u otro signo quienes se lo han dejado allí. Respecto a predicar contra el fútbol negocio, pues mira no es mi estilo, cada cual tiene ojos en la cara y capacidad de discernimiento suficiente como para percibirlo por sí mismo, no me siento obligado a convencer a nadie, principalmente porque lo más efectivo siempre es el autoconvencimiento, y cuando haya un número de gente significativo que se haya convencido de que este fútbol negocio contemporáneo ha arruinado lo que una vez nos atrajo a todos, es cuando hay que apostar por organizarse y presionar por devolver a esto su originalidad. Creo que en el Atleti estamos justamente en esa fase y aunque las cosas van despacio, creo que estamos en la dirección correcta. Respecto a la cuestión nacional creo que la discusión se sale de la naturaleza de este foro. Deberíamos tenerla en alguno de esos foros que frecuentas, no aquí. De todos modos (y es la última alusión que haré al tema) yo soy un trabajador castellano: por ese orden, primero trabajador y luego castelllano. Mi reivindicación de una identidad cultural y nacional soterrada no se antepone jamás a mis reivindicaciones como trabajador, más esenciales y universales. No me gustan los nacionalismos, ni los grandes ni los chicos, y me gusta menos aún que se vistan con un discurso revolucionario de clase, lo considero un anzuelo para pescar en otras aguas. No quiero extenderme más sobre esto, y menos con alguien que se declara cantabrista (algo que para mi, como castellano, no existe) y cita a Blas Infante como "libertario". No tengo ánimo de polemizar, pero no sigamos por esta senda porque este no es el sitio y nuestro desacuerdo va a ser enorme. Saludos

Volvamos al fútbol Ya lo he mencionado en otro hilo, pero creo que cuadra perfectamente en este. El boicot que hacen en Liverpool a The Sun. Dejo los enlaces para recordar lo que fue la tragedia de Hillsborough en 1989 y la vergonzosa cobertura que hizo The Sun, suficiente para incendiar la ciudad de Liverpool y hermanar a las aficiones del Liverpool y el Everton contra The Sun. Lo que me parece destacable es cómo la afición de una ciudad puede pararle los pies a un diario sensacionalista. Es una lección que podemos aprender en el Atleti cuando nos rascamos la cabeza preguntándonos cómo es que la prensa deportiva madrileña no paró hasta desalojar a un corrupto como Calderón de la presidencia del Madrid y sin embargo a Gil Marín y a Cerezo no hacen más que bailarle el agua. Pues aquí tenemos una alternativa. The Sun ha pedido disculpas en muchas ocasiones pero no han servido dinero. Apenas tiran 12.000 ejemplares en una ciudad como Liverpool cuya área metropolitana supera los 2,5 millones de personas.

http://premierfootball.wordpress.com/2011/10/19/victoriaperseverancia/ http://www.liverpoolcultureblog.co.uk/2009/03/why-does-liverpool-boycott-the-sun/ http://www.guardian.co.uk/media/2004/jul/07/pressandpublishing.football2 (lo siento pero no me aparece una barra de herramientas con la que editar los mensdajes debidamente ??)

Usa Firefox, con el Chrome no va la barra de herramientas.

Saludos en rojo y blanco.

"Ni de políticos, ni de empresarios. El Racing es nuestro. Porque el Racing somos nosotros"

Pancarta en la Gradona de los Malditos retirada por los perros de la "seguridad":

De rabiosa actualidad:

La vieja empresa

IÑIGO A. R. / Periódico Diagonal

Hace unos días se jugó en Escocia el derbi de Glasgow, el famoso Celtic-Rangers. Este partido es conocido como The Old Firm, es decir, la vieja empresa o el viejo negocio, y lo es porque pese a la gran rivalidad existente por cuestiones políticas, identitarias y religiosas, al enfrentamiento constante entre sus hinchadas, a la contraposición de simbolismos… cuando tienen que pactar temas económicos importantes como el reparto televisivo, se sientan a negociar y llegan a acuerdos por encima de sus aficionados y del resto de clubs. Los dirigentes aprovechan esa rivalidad y ese nivel de crispación  para obtener beneficios para ambas partes.

La contraposición de personajes, uno encarnando los valores del bien y otro los del mal, es uno de los ganchos con mejor resultado en el cine y la literatura. El posicionarte de uno de los lados te engancha y hace que te impliques en el devenir de la historia. Sin embargo, para que esa historia funcione, ambos contendientes, el bueno y el malo, tienen que respetarse de alguna manera o la historia durará bien poco. No puede plantearse un duelo a muerte en la primera escena, hay que tensar la cuerda pero sin pasarse, a los dos les interesa que su némesis continúe viva porque acabar con ella sería acabar consigo mismo. A veces asusta lo que se parecen el fútbol y la política.

Hay otra situación curiosa en el Old Firm. Muchas de las aficiones del resto de equipos de Escocia, dolidos por el biequipismo imperante en su país, consideran ese derbi como un partido ajeno a ellos. Un negocio futbolero para turistas en el que gane quién gane ellos pierden, y que además representa el enfrentamiento entre potencias extranjeras. Aquí el 20-N tendremos nuestro propio Old Firm, la lástima es que no tengamos esa misma lucidez.

Publicado en Diagonal, periódico quincenal de actualidad crítica, nº 158.

Soberanía alienada

IÑIGO A. R. / Periódico Diagonal

Y el capitalismo financiero llegó al fútbol. En realidad ya había llegado hace años, pero con el aterrizaje en España de los fondos de inversión ha alcanzado su máxima expresión. Estos fondos son empresas dedicadas a comprar derechos de futbolistas, pero no para traspasarlos en ese momento, si no para dejarlos en su propio equipo el tiempo necesario para que se revaloricen y, entonces sí, obtener una plusvalía con su venta. Mientras más joven sea el prometedor futbolista, menor será su valor, más margen de mejora tendrá, y también más margen de beneficio. La especulación de toda la vida, sí, pero el fútbol tiene peculiaridades. Una de ellas es la contradicción propia de las Sociedades Anónimas Deportivas: en un lado, unos aficionados convertidos en consumidores sin poder de decisión, que aspiran a ver algún día a esos jóvenes dándoles éxitos deportivos; en el otro, los dueños de la SAD, cuyos objetivos entienden de euros y no de goles.

La soberanía del fútbol nos la robaron hace tiempo, el problema ya existía, pero con estos fondos de inversión el secuestro del fútbol da un paso más. Tomemos como ejemplo a Doyen Group (un fondo de inversión que ya tiene relaciones de patrocinio con Atlético de Madrid, Getafe, y Sporting de Gijón) e imaginemos que es dueño de Falcao, Adrián, Reyes y Arda Turan. En esa situación, ¿Quién tiene el poder en el equipo? ¿No podría esta empresa obligar a fichar jugadores de su propiedad o a tomar otras decisiones contrarias al interés de sus seguidores a cambio de mantener en el equipo a sus jugadores?

Fútbol y política a veces son muy parecidos: Cambiemos Atlético por PSOE, Doyen por BBVA, y a los futbolistas por miles de millones de euros, y veremos que el mecanismo para secuestrar el fútbol es bastante similar al que mantiene a la democracia cautiva por los mercados.

Publicado en Diagonal, periódico quincenal de actualidad crítica, nº 163.

La Selección Cántabra de fútbol, cerca de su centenario, hiberna por falta de apoyo institucional

Desde su constitución a principios del siglo XX hasta su último partido (contra Estonia) a principios del siglo XXI, la Selección Cántabra de Fútbol ha dado muestra de la rica cantera de futbolistas que ha visto nacer esta tierra.

A punto de cumplir un siglo de historia, el combinado cántabro lleva con este una decena de años sin disputar ni siquiera el amistoso navideño, mientras crece la expectación popular por ver otra vez a Cantabria competir al máximo nivel...

http://www.enfocant.info/futbol/la-seleccion-cantabra-de-futbol-cerca-de-su-centenario-hiberna-por-falta-de-apoyo-institucional

 

 

HINCHAS CONTRA LA CRIMINALIZACION